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Sin embargo, pasó medio año. Hanni nunca le dio un beso a Jae en los labios, él lo había llegado a intentar varias veces pero siempre la chica lo esquivaba.

El día siguiente era el cumpleaños de la pequeña de 11 y Jae ya le había preparado una sorpresa.

Minji le había contado que Hanni deseaba una bicicleta con dos monturas así que se dedicó a ahorrar y con un poco de ayuda de Minji, pudo comprar aquella bicicleta, era una de color blanco, el color favorito de Hanni.

Había llegado el momento y Jae salió de casa junto con esa bicicleta, no sin antes despedirse de su hermana, padre y madre respectivamente, todos deseándole suerte.

...

- Mamá... - Entraba a casa el pequeño Jae triste y con un tono lloroso, estaba derramando unas lágrimas

- Cariño, ¿qué pasó? - Preguntó preocupada y se acercó a su hijo

- A Hanni no le gustó el regalo... - Minji salió de su cuarto para ver a su hermano llorando - Me dijo que le gustó, pero realmente no fue así, yo noté que no estuvo ni un poco feliz por el regalo -

- Ay hijo - Lo abrazó - Tranquilo, seguro lo disfrutó mucho pero no es de expresarlo - Animó pero él solo negaba con la cabeza

Minji miró triste a su hermano. ¿Por qué a Hanni no le gustó ese regalo? Si era lo que más quería.

...

Fue el día siguiente con Jae al parque a alquilar su bicicleta como todos los días después de clase y haber almorzado, sin embargo, Hanni no estaba ahí.

- Hoy fui hasta su colegio para acompañarla hasta su casa, y la veía bien, ¿por qué no vino? - Preguntó triste porque quería ver a su hermosa novia

- Que raro... - Dijo la mayor algo confusa

...

- Le pregunté a Hanni por qué no vino al parque ayer, pero me dijo que estaba cansada - Dijo Jae mientras se sentaba a comer

Minji lo escuchó pero siguió en su celular, tratando de ignorar aquel sentimiento de querer ver a la menor.

...

El día siguiente Minji fue al parque, pero esta vez sin Jae, este estaba convencido de que Hanni ya no iría al parque así que ya no tenía motivación para ir.

Minji vio a los mismos niños de siempre en el parque, y de nuevo, no vió el rostro alegre de Hanni.

Se instaló donde siempre y comenzó a anotar los nombres de los niños de siempre mientras recibía sus billetes.

Preparó al primer niño y dejó que vaya libre.

Se sentó en la banca, esperando, y en parte, extrañando aquella vez en la que Hanni se sentó encima de ella y se acostó sobre ella, tan tiernamente.

De repente, vio la figura de Hanni caminar hacia la tienda que se encontraba en la esquina en pijama y se paró instintivamente.

Caminó rápido hasta ella y la jaló del brazo, haciendo que se voltee.

- ¿Unnie? - Preguntó con brillos en los ojos pero luego apartó su vista de los ojos de Minji y se cruzó de brazos

- Hanni-ah... ¿Por qué no has estado viniendo? - Se acercó un poco más a la menor

- Tú no fuiste a mi cumpleaños, no quiero hablarte - Minji sonrió por lo tierna que sonaba la baja

- ¿Por eso te privaste de hacer lo que más te gusta, montar la bicicleta? -

- No quiero hablarte, estoy molesta - Repitió

- ¿Qué puedo hacer para que ya no estés molesta? - Preguntó sin dejar de sonreír

- Nada, no voy a hablar contigo - Se giró, llegando hasta la tienda y entrando a ver los dulces variados que habían, pensando en cuál debería de comprar

- Hanni-ah, ¿Mañana montamos tu nueva bicicleta?- La alta se rindió y seguía el paso de la menor

- No basta con eso -

- Bien... ¿Qué tal si... Mañana te doy las vueltas que quieras y gratis? - Hanni cambió su expresión rápido y se lanzó a abrazar a Minji, como siempre

- ¡Sí! -

Bbangsaz  -【Nocivo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora