Vals Poetico

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Eduardo.

—Creo que deberás correr—dijo Ángel guardando su celular lentamente en su bolsillo mientras me analizaba de pies a cabeza con una mirada burlona.

Decidí evitar peleas con el hermano de Gonzalo, así que solamente me puse de pie para ir a hablar con él, quien pareció afectarle demasiado mis palabras que salieron a base del enojo y frustración que provoco desbalances en mi relación. El patio se sentía eterno, parecía que corría con una lentitud terrible, como si mis pies se hubieran olvidado de dicha tarea, me sentía adormilado, entumido, presionado y el recordar los sollozos de Gonzalo me daba la fuerza que necesitaba para seguir con la estresante situación.

Para colmo, la casa que parecía laberinto, me hizo más difícil la llegada hasta la habitación e Gonzalo, todo tan silencioso siempre en este lugar, parece que no conocen la música o la televisión para que mínimo haya un ruido que invada el lugar. Aunque eso me dio ventaja para encontrar la habitacion de Gonzalo, pues Cody gritando desde la puerta de Gonzo fue quien me ayudo para saber el camino a su cuarto.

—¿Todo bien? ¿porque los gritos? —pregunté caminando un poco exaltado por la carrera que estuve haciendo desde el patio hasta aquí.

—Lo miso me pregunto... ¿pelearon o algo así? Hace un rato los escuche discutir, no me quise meter, pero cuando escuche a mi hermanito así, decidí venir a ver como estaba—Cody se encontraba totalmente serio, si Gonzalo a veces llega a dar miedo estando en esa postura, su hermano era mucho más intimidante.

—Sí, te seré sincero, me enoje por nada y le dije cosas que quizás lo lastimaron, así que vine a ver como estaba, no quiero estar peleado con él, me choca estar así con el—Cody se quedó callado unos segundos, analizando todo y pensando las cosas como si le estuviera mintiendo.

—Me alegra que ellas venido a eso, pero te seré sincero, déjalo solo un momento, quizás hablar con él sea mala idea y te mande más lejos que mi madre a mi padre—reí levemente por su comentario, haciendo menos incomodo el momento entre él y yo—pero si gustas entrar, no te detendré— mire la puerta de la habitación de Gonzalo por unos segundos, hasta que me acerque a ella para abrirla.

—Conozco muy bien a mi Gonzo, y sé que a él le molesta mucho que lo dejen así, le gusta hablar las cosas, cosa que no hice hace un momento—Cody no me dijo nada, solamente se quedó con los brazos cruzados en la misma postura que hace un rato, pero esta vez con una sonrisa.

Entre e inmediatamente subí las escaleras del cuarto para llegar a la cama, esperándome encontrar con Gonzalo, pero este no se encontraba ahí, solamente estaba su ropa doblada y otra en la misma silla donde se encontraba su traje hoy en la mañana. Confundido tomé la ropa hecha bola que estaba en la silla e instintivamente la llevé a mi nariz, inhalando el aroma del perfume de Gonzalo mezclado con sudor.

—¿Eddy? —se escuchó desde la planta de abajo—creí que querías estar solo, aquí estoy yo así que creo no estarás cómodo un este cuarto, te recomiendo la biblioteca—menciono con seriedad, mientras se escuchaba como subía las escaleras lentamente—¿o qué? ¿te arrepentiste y vienes a querer estar acompañado?, ¿quién te entiende? —me quede congelado con su ropa sucia en mano, observando su sombra que cada vez se acercaba más y más hasta que llego al final de la escalera, quedándose quieto mientras me observaba con molestia—necesito que me digas algo, ¿o te quedaras callado otra vez? —lo único que pude hacer fue mirarlo sin decir nada, el por su parte se cruzó de brazos recargándose en la pared con la misma expresión que Cody me dedicaba antes de entrar a la habitación.

—Te pareces demasiado a Cody—el comentario hizo que Gonzalo sonriera levemente hasta que volvió a tornarse serio.

—No, no vengo a que me digas los parecidos entre mi hermano y yo, vengo a que me des una explicación del por qué tu comportamiento hace un rato, me molesto demasiado que me hablaras en ese tono, ni en tus momentos de adolescencia me hablabas así Eduardo, ¿qué pasa contigo? —no pude decir nada ante esa pregunta, solamente podía mirarlo a la cara mientras se acercaba a mí aun con los brazos cruzados—¿te comió la lengua el gato? —volvió a pregunta.

De Viaje A Chile 🏳️‍🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora