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Jin

— Joven Kim, despierte —Se escuchó una voz femenina hablarme.

Bostecé, antes de abrir los ojos lentamente.

— ¿Señora Alessandra? —Pregunté, en cuanto mi vista se había enfocado bien.

— Buenas tardes joven Kim —La señora Alessandra sonrió.

— Cuanto tiempo ha pasado, señora Alessandra, la he extrañado mucho —Sonreí al mirarla bien.

— Yo igual joven Kim, sin su presencia la casa se había sentido muy triste.

Di una sonrisa de nuevo, hasta que pensé mejor las cosas — Señora Alessandra, ¿Namjoon me trajo hasta aquí?.

— Sí, el señor Kim junto con otro joven de nombre Jeon Jungkook vinieron a dejarlo a la habitación de huéspedes para que pudiera descansar mejor.

— Ah, comprendo, ¿Namjoon está en la mansión? —Pregunté.

La señora Alessandra asintió.

Sonreí —Vale, muchas gracias, iré un momento al baño.

La señora Alessandra me dio el paso, entré al baño, bostezando, buscando paquete del cepillo de dientes, añadiéndole pasta dental después de abrirlo para comenzar a lavarme los dientes, recordando, después de dar de alta a Namjoon entramos al auto de Jungkook, quedando casi dormido cuando me senté en el asiento trasero.

Cuando terminé, lavé mi cara con agua fría, tratando de quitar la cara adormecida que tenía, no quería quedar en pena con Namjoon ahora que lo viera.

En cuanto salí de mi habitación, busqué por lo pasillos a Namjoon, preguntándome en dónde podría estar.

Parecía que la casa estaba casi intacta a como la vi por última vez, causando un pequeño escalofrío en mi cuerpo.

Por un momento, recordé el jardín que tanto me gustaba estar, era tan cálido y tranquilo, que mis ganas de ir aumentaron, quizá Namjoon estuviera ahí, sino, una lástima, pero deseaba un poco más regresar al jardín que ver a Namjoon.

En cuanto llegué, respiré profundamente, como si fuera una especie de aceite relajante entrando a mis fosas nasales.

Sonreí, mirando de nuevo las sinfín de rosas que estaban, algunas rosas ya no estaban, cambiadas por rosas de otros colores, pero gran parte seguía igual, caminé un poco más hacia adentro, mirando todo.

— Algo me decía que vendrías aquí, y mi instinto no me falló —Se escuchó una voz detrás de mí, y luego, sentí unos brazos comenzando rodear mi cintura.

Sonreí — Quería ver de nuevo este jardín.

— ¿Más que a mí?.

Mmm, quizás —Contesté, riendo un poco más.

Namjoon hizo que volteara a verlo, sonriendo felizmente, plantandole un beso rápido, ambos nos miramos un segundo antes de volver a dejarnos otro beso un poco más largo, sonriendo al separarnos.

— Me haces sentir como un adolescente enamorado —Dijo, riendo un poco.

— Me siento igual, es como si un montón de mariposas volaran alrededor de mi estómago, no pensé que volviera a sentir esto de nuevo —Hablé, en medio de un abrazo que empezamos.

El esposo ideal - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora