Capítulo 5

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Salimos a caminar, por el momento por el momento todo estaba tranquilo, era cuestión de tiempo para que Los Cazadores salieran a la luz del sol y nos atacarán, desearía recordar algo más acerca de ellos, lo único que recuerdo es que los había visto antes en una tubería.
-Oye Nueve. Llamé.
-¿Que quieres?. Preguntó enojada.
-¿Hacia dónde esta el este?
-Fijate en tu Timer, el mío está averiado.
-¿No puedes repararlo?
-No, no puedo repararlo, ninguna de las que están en la ciudadela pueden arreglarlo, ni siquiera Lunes, y ella es la más inteligente de nosotros por estar aquí más tiempo.
-En resumidas cuentas. Dije. -¿Piensas que por estar atrapada ahí más tiempo te vuelves más inteligente? Que estupidez más grande.
-¿Que te pasa imbécil, quieres pelear?
-Ahora tus energías para Los Cazadores. Le ordené. -Sí peleamos entre nosotros vamos a terminar muertos. Dije mientras apretaba sutilmente la pantalla de mi Timer para que se encendiera, era táctil, y busque la opción de GPS y pude ver la ciudad al este y la ciudadela. -Valla La Ciudadela está marcada en el GPS.
-Por supuesto que está marcada es el punto donde todas entramos, incluyendote.
-Igual, hay algo que me inquieta. Dije frenando el paso.
-¿Que cosa?
-Pues que la ciudad al este está marcada en el mapa y si expando más veo otras ciudades, si esto estaba marcado en todos los Timers, ¿Para que arriesgaron a la antigua Veintisiete a ir y reportar que había una ciudad si en el GPS lo muestra?
-¿Que dices, que ves la ciudad del este en el GPS?. Preguntó sorprendida. -Dejame ver y se acercó a observar.
-Mira, no te miento y ves esas otras dos ciudades, son la del sur y la del norte, es decir que La Ciudadela está hacia el oeste.
-No puede ser, no puede ser. Dijo agarrándose la cabeza y empezando a llorar. -Tantas muertes en vano y cuando podíamos ver eso en el Timer, oye Veintisiete.
-Deja de llorar y dime qué quieres, entiendo que sufras porque no se dieron cuenta antes, pero llorar no hará que ellas vuelvan a la vida.
Ignoró mi comentario, menos el de llorar y se secó las lágrimas con su blusa y preguntó:
-¿Como configuraste el GPS?
-¿Configurar? Simplemente lo active y apareció, no se de qué me hablas.
-No puedo creerlo, nuestros Timers necesitaban configurarse antes de que las ciudades que otras personas visitaran aparecieran en ellos, y el tuyo no, ¿Porque es diferente?
-No lo se, es la verdad. Comenté. -Bueno deja de llorar después averiguaremos el porque mi Timer es distinto al de ustedes pero por ahora lo mejor será dejar de perder el tiempo y caminar hacia el este.
-Sí tienes razón.
Le tendí mi mano para ayudarla a pararse pero la golpeó apartandola de ella.
-No necesito tu ayuda.
-¿Porque me guardas algún rencor?
-Por supuesto que te guardo rencor por tu culpa estoy sufriendo un castigo, estoy sufriendo El Castigo de la Más Fuerte, así lo llamamos, estoy aquí por tu culpa.
-Eso no es cierto. Dije retomando el recorrido. -Tu iniciaste la pelea pateandome, aún sabiendo que está prohibido pelear cuerpo a cuerpo con otros y después le mentiste a Lunes.
Ella se quedó callada y dijo:
-Sí, tienes razón, perdona solo te culpaba por ser fuerte, por haberle ganado a Lunes cuando yo no pude hacerlo y por ser hombre.
-Veo que le tienes rencor a los hombres, ¿Recuerdas el porque?
-No, no lo recuerdo, pero siento mucho rencor hacia ellos, pero tú eres bueno, y no solo en combate, eres buena persona, tratas bien a Once, eres el primero en hacerlo y en comprender sus sentimientos.
-Pues gracias por notarlo. Dije riéndome y ella acompaño mi risa.-Pronto aparecerán Los Cazadores dije y tendremos que correr para escapar de ellos.
-Eso no es tan simple, son rápidos y mucho.
-Lo se, pero Lunes me dijo que Los Cazadores no son capaces de trepar.
-Sí es cierto.
-Entonces buscaré en el GPS algún edificio lo suficientemente alto como para que no nos alcancen, no importa si está destruido, solo debo buscar y... Bingo.
-¿Que encontraste?
-Según esto hay un pedazo de rascacielo a diez kilómetros de nosotros y nos podremos ocultar ahí y recuperar energias después de comer.
-Yo traje comida solo para mí. Dijo Nueve.
-Tranquila, mientras limpiaba las cuchillas Once se acercó y me dió una bolsa llena de filetes de carne y tres botellas de agua, dijo que Lunes ordenó que me las dieran, como no conocía lo que me esperaba creo que se apiadó un poco.
-Eso parece.
De pronto otro dolor de cabeza y empecé a gritar, este dolor era peor de los que había sentido antes, era muy fuerte e intenso.
-Oye, ¿estás bien?. Preguntó Nueve. -Sí gritas Los Cazadores cercanos que no llegaron a su nido aparecerán.
-No puedo parar de gritar por el dolor, escondete por si acaso. Le ordené y empecé a recordar.
Era yo estudiando a uno de Los Cazadores, era pequeño y no tenía forma de cangrejo, más bien de serpiente, ese mismo estaba en un tubo de creación, parecía un bebé serpiente del cual se derramaba el ácido que desaparecía en el aire, como si la tubería descompusiera ese ácido venenoso. "Profesor Lion", me giré a ver quién me hablaba, era una señora que también llevaba bata de laboratorio, era petisa y de cabello negro y lacio. "¿Cómo va su investigación de Los Simbiontes?" Preguntó, "Pues va en progreso, aunque creo que inyectar ese virus mortal en una criatura para que se reproduzca sola dividiéndose en múltiples partes puede ser algo peligroso, Profesora a Cargo Anna" comenté, "No pedí su opinión Profesor Lion, recuerde que todo lo que hacemos en la Coorporación Live es para matar al virus" dijo ella, "Si lo se, lo lamento" me disculpé. Luego pase a otro recuerdo, eramos Charlote y yo entrenando, aunque se la veía más vieja de lo que la recordaba de última vez, "Bien Lion, ya he creado tu entrenamiento de olfato, pase mucho tiempo tratando de descubrir como entrenar una nariz tan aguda como la tuya, ya que yo no la tengo se me hizo difícil y supe muy tarde que tienes que hacer, después de tanto tiempo", dijo ella, "Charlote, ¿Es mi imaginación o envejeciste?", Pregunté, "Ya no tiene caso ocultarlo, pues verás, cada vez que un investigador de la Coorporación Live termina una investigación los altos mandos esperan a que se vallan a dormir y dan la orden de que los anestesien, así no se darán cuenta de que los meten en tubos de criogenización, así ustedes vivirán más y su progreso aumentará, pero las inútiles como yo, no tenemos ese privilegio, cualquiera podria entrenarte" Dijo ella, "No, nadie más que tú puede entrenarme, y no eres una imbécil, creare un suero para que puedas vivir una vida longeva y no mueras así nos seguiremos viendo para entrenar" Mencione mientras la abrazaba, ella acariciaba mi cabello y dijo, "¿Una vida longeva?, no le temo a la muerte, a lo que si tengo miedo es que Wendy y tú se olviden de mí", "Jamás nos olvidamos de ti", "Eso espero, bueno antes de que me valla te diré el secreto para saber si algún enemigo, desconocido o compañero se acerca a ti, primero debes oler a todas las personas que creas que son aliadas, tu olfato esta más desarrollado que el de un perro, y podrás memorizar cualquier olor, cada persona dispersa un aroma único, ninguno se parece, puede que haya similitud en algunas pero debes reconocer esas similitudes de inmediato, y que esto quede entre nosotros" dijo acercándose a mi oreja para contarme un secreto, "en el tiempo que tú y Wendy estuvieron criogenizados ví como los científicos llevaban a Los Simbiontes a una ciudad extraña, pero no hay solo una, hay cinco en total, no se que se proponen pero lo mejor será que reconozcas el aroma de un Simbionte, ¿Entendido?". Después vuelvo a un recuerdo en mi laboratorio, dónde aparece Lunes y me dice "oye Lion, descubrí una debilidad en Los Simbiontes", "¿Enserio, cuál?, Los Simbiontes tienen sus ojos expuestos pero por culpa del fluido ácido que dispersan lo protegen, al parecer su corazón se trasladó al ojo derecho, se trasladó ahí después del experimento y solo tienen un sitio arriba de su cabeza que no tiene veneno ácido, así no se dañan a ellos mismo, además, todos tienen un patrón de ataque de izquierda a derecha, recién lo notamos, debo informarlo", tomé su mano y le dije, "detente, no lo hagas... Ya no confío en la Coorporación Live, no después de lo que me dijo Charlote". Ahí termina el recuerdo.
-¡Cuidado Veintisiete!
Levanté la cabeza y vi a un Cazador, no, a un Simbionte frente a mi a punto de atraparme con sus tenazas.
-Oye, ¿Ya te sientes mejor?. Preguntó ella detrás del escombro de un muro destruido.
-Sí, ya no me duele. Dije esquivandolo tirandome para atrás.
-Te iré a ayudar.
-Quedate quieta. Dije mientras desenfundaba las cuchillas. -Yo me hago cargo de el. Mencioné y coloque la tercer cuchilla en mi boca.
El cangrejo simbiotico se acercó a mí atacarme.
-Primero irá por la izquierda. Pensé y esquivé el primer ataque. -Luego por la derecha. Y esquivé el siguiente
De pronto paso algo que no esperaba me atacó con ambas pinzas y no me quedo de otra que defenderme con las cuchillas que tenía en la mano.
-Mierda, lo subestime a pesar de mis recuerdos, ellos evolucionaron, si se dan cuenta que alguien conoce su patrón de movimientos atacan de otra forma, en el caso de Los Simbiontes Cangrejo, es atacar con las dos pinzas al unisono. Pensé y luego ví mis cuchillas el acero no se derretía. -Con que el acero no es afectado por su ácido, es bueno saberlo, desearía haberlo recordado.
-¡Veintisiete!, ¿Estás bien?. Dijo Nueve lanzándole una piedra al cangrejo y me dejó en paz pero su ácido me rozo el hombro izquierdo y no pude evitar soltar un grito y la cuchilla de la mano.
-Ay no, ¿su ácido te tocó?.
-Sí y duele.
-Es venenoso.
-Eso ya lo sabía. Pero luego volví a ver mi hombro y me sorprendí, la herida causada por el ácido se estaba curando y no sentía que el veneno me afectara.
Entonces lleno de enojo conmigo mismo por atraer a ese Simbionte a pesar de recordar cosas de utilidad, le lanze una de la cuchilla en su parte trasera mientras se dirigía a Nueve, la cual se incrustó en su espalda, entonces corrí hacia el.
-¿Que haces, vete, querías ir al este no? Déjame y podrás llegar sin contratiempos, yo me busque esto, me lo merezco.
-¿Ir al este, llegar sin contratiempos, que te lo mereces?. Pregunté. -¡Claro que no!. Grité empezamos juntos este castigo y lo terminaremos juntos. Entonces peque un pequeño salto sobre la cuchilla que había lanzado y pegue otro salto para ir más arriba a la parte donde el veneno ácido no llegaba, eso ocasionó que la cuchilla que le lance se cayera al suelo. -Tu corazón están en el ojo derecho ¿No Simbionte? ¡Pues muérete!. Grité clavándole la única cuchilla que me quedaba en su globo ocular. Y peque un salto y caí al suelo.
El Simbionte gritaba de dolor y luego de chocar contra un muro de ladrillos cayó muerto.
-No lo puedo creer. Dijo Nueve. -Mataste a un Cazador, ni lunes logro tal hazaña.
-Simbionte.
-¿Que cosa?. Preguntó incrédula.
-Los Cazadores tienen nombre y es Simbiontes, son criaturas mezcladas con alguna clase de virus que hay en los alrededores, yo me encargaba de estudiar estas cosas y al virus mismo pero ahora no recuerdo nada.
-Entonces... tus dolores de cabeza te dan...
-Fragmentos de mi vida. Terminé.
-Impresionante, no puedo negar todo lo que me dices porque supiste como se movía la criatura, pero aún más me sorprendió que supieras que el acero no se derretía.
-Pues eso no lo sabía. Dije mientras levantaba las dos cuchillas del suelo.
-¿Cómo supiste que moriría si le clavavas la cuchilla en su ojo derecho?
-Alli está su corazón, gracias a dios lo recordé.
-Espera déjame ver tu herida, debo vendarla.
-¿Herida, cuál herida?. Pregunté sarcásticamente mostrándole mi hombro. -Al parecer poseo la habilidad de recuperarme de las heridas.
-Imposible, no tienes una quemadura por el ácido del Cazador, digo del Simbionte... Espera, ¿Y el veneno, que paso con el?
-Pues creo que no me afecta.
-No lo puedo creer.
-No tiene caso preocuparnos por eso en estos momentos. Dije observando al Simbionte y viendo la herida que le cause en el ojo y pude ver su sangre brotar de el, era negra, como la mía, por lo tanto llegué rápidamente a la conclusión de que lo que me haya inyectado tiene que ver con Los Simbiontes, pero algo no cuadra si yo puedo regenerar cualquier herida, ¿Porque ellos no?
-Veintisiete. Dijo Nueve.
Hacia dónde queda el este, mire el Timer y señale.
-Hacia allá, mejor demonos prisa porque pronto aparecerán más Simbiontes. Dije acercándome a él y oliendolo, su aroma era asqueroso y rancio y me tape la nariz.
-¿Para que hiciste eso?. Preguntó Nueve.
-Para reconocer su aroma. Respondí destapando mis fosas nasales. -Tengo el olfato muy desarrollado y puedo oler cosas a grandes distancias si ya las he olido antes. Dije acercándose a mí y empecé a oler el aroma de Nueve la cual me apartó a los pocos segundos.
-¿Que haces pervertido?
-Tranquila no era de pervertido, era para identificar tu aroma, hueles mucho mejor que esa criatura, siento que hueles a vainilla.
-¿A vainilla, ese es mi aroma?. Dijo oliendose. -Pues yo no lo siento.
-Obvio, te dije que mi olfato es como el de un perro, pero más avanzado, si nos separamos ya sabré dónde encontrarte, solo por las dudas no vallas muy lejos mío.
-De acuerdo. Respondió ella. -Y si te sientes mal por el ácido venenoso del Simbionte me avisas, ¿Entendido?
-Sí, tranquila. Dije yo y retomamos nuestro camino, caminamos y caminamos y sin darnos cuenta ya era mediodía y era cuestión de tiempo para que los Simbiontes vuelvan a aparecer.

La Cúpula "Libro 1"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora