La Cúpula "Libro 1"

Capítulo 14

No podía sacarme de la cabeza el tatuaje oculto de la Corporación Evil, debía saber más acerca de mi pasado.
Estaba mudo, no sabía cómo reaccionar.
-Oye... ¿Te encuentras bien? . Nueve lucia asustada.
-Si quieres sinceridad... No lo sé. Le respondí con voz apagada. -Tengo que calibrar la máquina, debo descubrir quien era en el pasado a toda costa.
Me senté en la silla metálica y le pedí a Nueve que me encadenara las manos con las esposas. Luego me colocó el colador con los cables en mi cabeza y cuando estuvo a punto de encender la batería, dudo un momento y me preguntó:
-¿Estas seguro de que quieres saber tu pasado?
-Si, estoy seguro... ¿Porque preguntas?
-Porque tengo miedo de que descubras algo de lo que no estés feliz u orgulloso.
-Recien recordé algo que me asusto y no me siento orgulloso, pero debo recordar,besa es la única forma de enfrentar a los demonios de mi pasado, presente y futuro.
-Que Dios te guíe hacia donde deseas ir con tus recuerdos. Comentó Nueve.
-¿Desde cuando eres creyente de Dios?
-No lo sé, quizás antes lo era. Dicho lo último comenzó la cuenta regresiva para encender la batería de la Máquina Memorable. -¿Listo?, tres, dos...
-Uno. Termine yo.
Acto seguido encendió la batería y una fuerte corriente eléctrica recorrió cada rincón de mi cuerpo. Sentía como cada parte de mi ser sufría fuerte y dolorosamente.
-Bajale la potencia... Por favor. Pedí yo.
Y Nueve obedeció, la bajo un cincuenta porciento.
De pronto todos mis recuerdos vinieron a mi mente, desde quien era yo, quienes eran mis familiares, mis amigos, incluso recuerdos bellos, como cada pastel de cumpleaños que mi mamá me hacía para celebrar y los juguetes con los cuales jugaba de niño.
-¡Ya recordé apaga la máquina!
Y ella obedeció. Apenas se apagó sentí como todo mi cuerpo se entumecia hasta liberar la tensión que sentía.
-¿Y, que recordaste?. Pregunto Nueve.
-Algo que no es bueno.
-¿Que cosa?
-La Ciudadela... No es real...
-A que te refieres.
-Es una carcel de confinamiento donde se busca una cura hacia un virus que se esparció por todo el mundo.
-¿Que clase de virus?, preguntó Lunes quien se acercaba a nosotros.
-La Corporación Live en la cual nosotros trabajamos, era una cortina para ocultar a la Corporación Evil, quien encontro la cura contra el sida, luego de varios años estudiando esa enfermedad que cambia de forma y no se obtenía una cura, se logró un gran avance donde se elimina el virus por completo, pero hubo una falla, solo una. Dije muy seriamente. -Si bien el virus era eliminado, los glóbulos blancos, los glóbulos rojos, las plaquetas y los anticuerpos del cuerpo humano que recibía la cura eran eliminados, causando la muerte de forma inmediata, el cuerpo de deshace en menos de una hora y así se esparció el virus por todo el mundo, por el aire, pero el virus no mata del todo a las personas, los convierten en Slayers, seres zombificados que atacan a quien se cruza en su camino, ellos no distinguen el bien y el mal, no esta en la naturaleza de un Slayer perdonar, y solo obedecen al llamado y las ordenes del Slayer Alfa, quien domina a todos los Slayers.
-¿Slayer Alfa?. Preguntó Lunes.
-Es el más poderoso de todos los Slayers, pero yo... Soy un Slayer Alfa artificial.
-¿Cómo es eso posible? . Indagó Nueve.
-Luego de que se llevarán a Lunes a la falsa Ciudadela, se me ocurrió hacer la estupidez más grande de toda mi vida.
-¿Que hiciste? . Interrogó Lunes muy dubitativa.
-Inyecté sangre de Slayer en mi sistema, y por suerte se mezclo bien con mi ADN, luego que mi cuerpo empezará a rechazar lo que introduje en mi sistema, me inyecte una cura incompleta, y me convertí en Slayer Alfa artificial.
-¿Como sabes que eres un...?
-¿Slayer Alfa?. Preguntaron Lunes y Nueve.
-Puedo darle ordenes a los Slayers y también a los Simbiontes o Cazadores como ustedes les dicen.
-¿Que son exactamente los Cazadores? . Preguntó Nueve.
-Son animales mezclados genéticamente con la sangre de Slayers que nos obligaban a hacer en la Corporación Live, que mutaron para convertirse en monstruos asesinos, al tenés sangre de Slayers en sus sistemas puedo hacer que me obedezcan.
-¿Y dices que está Ciudadela es falsa?
-Si, lo es. Respondí. -El sol que sale a la mañana es falso, solo es un techo con luces ultravioleta que hace parecer que es un sol real.
-Bien, ya cambié de opinión. Dijo Lunes.
-¿Sobre qué cambiaste de opinión?
-Quiero recuperar la memoria, y saber más sobre mi... Nuestro pasado...
-Wow, ¿Es en serio?
-Si, pero quiero que sepas que no me interesas en lo más mínimo, yo amo a Jueves y a nadie más.
-Me parece perfecto, yo amo a Nueve con todo mi corazón.
Y así al par de horas las chicas formaron parte de la fila que hacían para recuperar sus recuerdos con la Máquina Memorable.