sobrenatural imaginas

~•Breathe - Kevin

Esta clase no podría ser más aburrida. Tal vez si el maestro hablara en cámara lenta o comenzara a hablar solo con citas de marvel. No, espera, eso lo haría entretenido. Lo cual este maestro aparentemente piensa que es ilegal. Para ser honesta, apenas sabias que clase era esta. ¿Historia?, ¿matemáticas?, como si lo supieras. Una cosa que sí sabías era que tu mejor amigo, Kevin, estaba a tu lado, garabateando sus notas.

Acababas de tener tu barbilla en tu mano izquierda, golpeando el lapiz contra el escritorio con tu derecha. En medio de la distracción, solo escuchando el trombón amortiguado mientras la voz de los maestros parecía sacada de Charlie Brown, viste a Kevin mirando un poco fuera de lugar. Su mano agarraba el lapiz con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos, y sus facciones se contrajeron en una expresión de dolor. No estabas exactamente segura de qué pensar al respecto, hasta que el lápiz se partió por la mitad.

"¿Kevin?" Le susurraste preocupada "¿Estas bien?" Pregunte, mirando para asegurarte de que el profesor estaba preocupado con otra cosa. No respondió con palabras, pero asintió de manera poco conveniente con la cabeza entre las manos. "¿Kevin?" Preguntaste un poco más fuerte, pero solo tu mejor amigo te ignoro. "KEVIN" gritaste en un susurro, apartando su mano de su rostro. Su mano retiraba reveló lágrimas saliendo de sus ojos, y ahora definitivamente estabas preocupada.

Entonces, de repente se puso de pie y corrió hacia la puerta. "Sr. Tran debe pedir que lo excusen" regaño el maestro, pero Kevin lo ignoro y abrió la puerta con determinación. Sin dudarlo, te levantaste y corriste tras él. Las palabras del profesor se transformaron en tonterías de trombón por falta de interés, pero asumiste que era así como "Sra. T/A, sientese"

Abriendo la puerta del pasillo, tus ojos buscaron frenéticamente a tu mejor amigo. "¡¿Kevin?!" Gritaste, girando l a cabeza de izquierda a derecha para mirar cada pasillo, cuando algo te llamo la atención. La puerta de un armario se cerró de golpe. Valió la pena revisar.

Corriendo por el pasillo, te detuviste frente a la puerta cerrada. Llamaste a la puerta al instante, comprobando una vez más si la situación era crítica. "¿Kevin? ¿Qué está pasando?"

"Estoy bien T/N, vuelve a clase..." a pesar de que su voz sonó apagada a través de la puerta, escuchaste dolor brillante y claro. Abriste la puerta y viste a Kevin sentado contra la pared tomándose la frente. "Estoy bien T/N, de verdad..." dijo con los dientes apretados. Con la puerta cerrándose de golpe detrás de ti, te agachaste frente a él y enfocaste tus ojos en el cuarto de almacenamiento lúgrubremente oscuro.

"Dime que esta pasando" trataste de mantener la voz tranquila, pero casi fallaste

"No sé... me duele la cabeza... es como si hubiera voces..." prácticamente susurró de vuelta. Analizaste frenéticamente la situación, sin saber como lidiar con... con... bueno, no sabias lo que estaba pasando. Comenzando a enloquecer, sin saber lo que estaba sucediendo, por lo tanto, sin saber como lidiar con esto, de repente sentiste una oleada de calma sobre ti. Casi por instinto, tomaste sus manos suavemente entre las tuyas.

"Kevin, Kev, mírame" tu voz era sorprendentemente reconfortante, que afortunadamente era lo que necesitaba. Finalmente abrió sus ojos fuertemente apretados, y sus orbes marrones asustados y frenéticos miraron los tuyos. "Esta bien, esta bien, solo mírame. Concéntrate en mi, concéntrate en mi voz" tu voz era firme como una roca, que era lo opuesto a él. Casi todo su cuerpo estaba tenso y temblando, y su respiración era irregular. Fuera lo que fuera, estaba empeorando. "Kevin, escúchame. Vas a estar bien, ¿de acuerdo? Solo mírame, vas a estar bien"

Cuando te diste cuenta de los cerca que estaban los dos, una idea se metió en tu cabeza. Una idea estúpida, estúpida... pero podría funcionar. Pero es estúpido y demente, y podría haber efectos a largo plazo. Pero tu mejor amigo estaba sufriendo.

No pudiste pensar más en eso, solo aplaste tus labios contra los suyos. Todo a tu alrededor parecía ralentizarse, incluso él. El cuerpo de Kevin se suavizó y ambos se fundieron en el beso. Había funcionado, estaba bien. Estabas a punto de alejarte, cuando su mano rozó tu mejilla, acunando tu rostro.

Cuando ustedes dos finalmente se separaron para tomar aire, miraste a tu mejor amigo con asombro. Bueno, no tenias idea de si iba a seguir siendo tu mejor amigo.