Warhammer 30/40k: Historias de una galaxia en llamas

La Paz Que Fue Negada

Fue una batalla dura en el campo de veían cientos de miles si no millones de cuerpos humanos muertos el olor que había en el aire era abrumador al igual que los suaves susurros del viento después de escuchar el rugir de mil cañones, los gritos de incontables soldados y las explosiones de maquinas masivas. El silencio de una batalla en concluida(Salvo algunos disparos y explosiones distantes) era extrañamente profundo.

Camyron y Tyreus respiraron tranquilos por primera vez en horas, aun así no bajaron la guardia sabían que era cuestión de Tiempo para que el asalto empezara otra vez ambos eran guerreros de Elite Camyron estaba montado en una armadura Mark 2 pese a ser un humano regular y Tyreus era uno de los Extraños "Fantasmas".

Guerreros Élite del mundo llamado terra, una vez exclusivos protectores del palacio de terra ahora solían formar parte del ejercito defensivo de varios planetas, había salido de su modo camuflaje su armadura era completamente opuesta ceñida a su cuerpo y de color planteado con algunos ornamentos era tan llamativo que era difícil creer que su habilidad era de hecho ser casi invisible en el campo de batalla.

"¿Como estan tus tropas?" se comunico con Tyreus este solo asintió rápidamente.

"Eso es bueno las cosas apenas están comenzando" Los fantasmas como Tyreus eran guerreros criados y entrenados para ser lo mas estoicos posibles, eso atenuaba sus habilidades comunicativas tenían que comunicarse de manera no verbal, y con los menores movimientos posible para coordinarse en al batalla sin rebelar su posición y podían pasar en su posición horas ignorando tanto a sus camaradas pasar a su lado como a los enemigos menos importantes pero igual de mortíferos.

Todo eso esperando una oportunidad para matar a comandantes y tropas de élite, los Fantasmas llamados como "Los invisibles" por el falso imperio realmente era un terror incontables de sus infames comisarios habían sido asesinados por la mano de los fantasmas, Ellos eran el sigilo y la hermandad eran como poderosos tanques y tropas de choque.

"Todavía no entiendo todo esto, porque simplemente no nos dejan en paz" pregunto un joven soldado. Camyron lo miro era un pensamiento tan simple pero a la vez tan poderoso,la galaxia estaba llena de peligros ninguna civilización humana interplanetaria era ignorante a ese hecho.

Piratas espaciales, pieles verdes, Renegados, xenos con desarrollo incipiente que buscan un nuevo sitio para conquistar o al contrario viejos enemigos de la antigua humanidad que buscan gente débil con la cual puedan desquitarse, y aun asi pese a todas esas amenazas horribles que vagaban por el cosmos de lejos una de peores eran ellos unos humanos.

"No te quemes la cabeza joven, son irracionales fanáticos creen que tienen razón y que todo les pertenece" el joven iba a responder cuando Tyreus pronuncia unas inesperadas palabras, todos se giraron hacia el.

"Y ya es muy tarde" su voz era áspera por el desuso era como si viniera de algo inhumano, "Aunque ellos se detuvieran, no cambiaría nada han hecho tanto daño que nadie aceptaría sus disculpas nadie quiere mas que su absoluta destrucción" hubo un silencio incógnito pero eran palabras contundentes si ellos pidieran la paz ¿La aceptarían sin rencor? la respuesta era un Rotundo NO el odio en su corazón retumbaba hacia los invasores como una tormenta disforme. 

"¡¡¡Muerte al falso imperio, muerte al falso emperador!!!" Grito un soldado en las trincheras

"Muerte al falso emperador" pronto los delirios de un soldado se convirtieron en un canto de guerra que llego a un soldado imperial herido sus ojos se cerraban mientras escuchaba blasfemias hacia su hogar y su fe no podía creer que incluso la paz en la muerte le fuera negada.