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Al escuchar un motor detenerse, un par de ojos arcoíris se abrieron asustados y revisaron con terror el lugar que conocía de memoria desde los cinco años intentando encontrar un escondite, sabiendo perfectamente que sería inútil huir, la cadena en su tobillo no se lo permitiría.

Solo rogaba que no fuera su padrastro, ese cruel hombre que hizo de su vida un infierno.

Todo comenzó cuando tenía cinco años y sus padres se divorciaron, su padre dejó una gran cantidad de dinero a nombre de Douma y se fue de la casa para no regresar nunca más.

El niño vivió unos meses con su madre, eso fue tranquilo, con el dinero que su padre dejó la mujer pagó un plan de salud para el pequeño y una buena escuela.

A Douma le gustaba ir a la escuela, recordaba tener dos amigos allí, pero no recordaba sus nombres. Lo que no le gustaba era ir al médico, no por el temor a ellos, sino por el taxista que siempre los llevaba. Recordaba como ese hombre manoseaba a su madre, quien reía correspondiendo sus coqueteos, aunque siempre mantenía a raya las manos del mayor cuando su pequeño estaba cerca.

Iba a ser el primer invierno sin su padre cuando el hombre y su madre comenzaron una relación y se mudó con ellos. Douma no entendía porqué por las noches escuchaba la cama sonar, ni por qué una vez ese hombre dijo su nombre. Recuerda que después de ese día su madre lo corrió de la casa, pero a los pocos días volvieron a estar juntos como si nada.

Una noche su madre lo llamó a la habitación, el pobre niño de cinco años se llevó un gran susto al ver como ambos se encontraban desnudos. Corrió nuevamente a su habitación, pero ese hombre lo sujetó fácilmente y lo subió a la cama con ellos.

Recordaba vivamente a su madre abrazandolo mientras le decía que todo iba a estar bien, que ya era un niño grande, y como ese hombre abusaba una y otra vez de el.

A los pocos meses los mayores discutieron, ya que el hombre no quería que ninguno de los dos saliera de la casa, y eso Douma lo recordaba perfectamente.

-A dónde creen que van?!- Gritó furioso el hombre mientras fumaba un cigarrillo con una botella de cerveza en la mano libre, vestido únicamente en ropa interior viendo la televisión.

El pequeño niño se aferró asustado a la mano de su madre, quien respondió con una dulce sonrisa. -Yo a trabajar y Douma a la escuela cariño, tranquilo, el volverá a las cinco y yo a las ocho.-

-No quiero que se vayan! No tienen que ver a nadie que no sea yo! Douma ven para acá!- El menor chilló aterrado y corrió hacia el hombre, quien fácilmente lo cargó hasta dejarlo sentado en su regazo. -Ahora tu Lucy!-

-Bien, Douma se puede quedar, pero yo tengo que ir a trabajar, recuerda que ahora que hay más taxistas en el pueblo tienes menos clientes.-

-Me estás llamando inútil?! Crees que no puedo mantener a mis cosas?!- Se puso de pié furioso dejando al niño sentado en el sofá.

-Cómo que cosas? Douma es tu hijo y yo soy tu pareja!-

-Pues prefiero tener a Douma como pareja! Al menos el si me hace caso!-

-Douma te hace caso porque es un niño de cinco años y te tiene miedo! Maldigo el día en que mi esposo nos abandonó a ambos! Maldigo el día en que te conocí!-

En ese momento todo pasó en cámara lenta para Douma, recuerda perfectamente como aquella botella de cerveza golpeó con fuerza el rostro de su madre una y otra vez hasta matarla y dejar su rostro desfigurado.

-Vez eso Douma?- El sujeto se aferró a las caderas del niño, obligándolo a ver el cadáver de su madre con el cráneo destrozado. -Eso te va a pasar si no me haces caso... Vas a ser un buen niño?- Al verlo asentir con la cabeza entre sollozos, Charles sonrió ladinamente comenzando a caminar al ático con el niño en brazos. -Entonces vamos a divertirnos juntos por siempre.-

Desde los cinco hasta los trece años, Douma fue continuamente abusado por aquél hombre, quien no cuidaba su higiene, su salud física y emocional y lo alimentaba únicamente con dulces, semen y alcohol.

Afortunadamente para el niño, ese hombre falleció por un ataque cardíaco inducido por el alcohol, pero para su mala suerte desde los trece hasta actualmente, sus quince años, se vió obligado a alimentarse de los hongos que crecían en la pared del ático y las ratas y jamás pudo encontrar la llave de la cadena que lo mantenía amarrado, ni siquiera supo de la muerte de su padrastro, por lo que aún cree que sigue con vida y que en cualquier momento puede volver a violarlo.

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Yoriichi entró alegre a la casa, observando con curiosidad todo a su alrededor, mientras que su hermano Michikatsu observaba la foto en ropa interior que Nakime le había enviado como buenos días.

-Bueno mis niños, se que un cambio de aires es muy difícil, aún más en la adolescencia, pero también se que ustedes serán capaces de adaptarse. Yorii, tus cajas están a la izquierda, Michi, las tuyas a la derecha. Arriba están las habitaciones, si no me equivoco hay tres, ustedes recorran arriba y agarren la que les guste, si? Yo voy a acomodar un poco las cosas de la cocina.- Sonreía alegremente una mujer de largos cabellos negros con una marca en la frente.

-Quieres que te ayude mamá?- Preguntó con curiosidad Yoriichi mientras agarraba sus dos cajas.

-Gracias cielo, puedo sola.- Se inclinó y besó con cariño la frente de su hijo menor. -Cualquier cosa te llamo, gracias de todos modos por ofrecerte.-

El de aretes asintió con la cabeza sonriendo alegremente y subió las escaleras con cuidado.

Michikatsu, quien aún observaba su celular, comenzó a subir las escaleras.

-Michi cariño, lleva tus cosas por favor.- Pidió amablemente la mujer viendo preocupada que su hijo no estaba predispuesto a la nueva situación.

-Traelas tu mujer, no vez que estoy ocupado?- El adolescente siguió su camino, aún mirando el celular fijamente.

La mayor bufó frustrada cerrando sus ojos negros y alzó la mirada al cielo a través de una ventana. -Por favor dame fuerzas, no se como voy a seguir con esto.-

Michikatsu miró de reojo a su madre, notando que le hablaba a su padre y alzó la mirada al techo, frunciendo el ceño confundido al ver un arcoíris pintado en un pequeño círculo del mismo. -Que extraño... Todo el techo es de madera y ese tiene pintado un arcoíris, además de que tiene un reflejo cuadrado.- Pensó y luego se encogió de hombros para ingresar en la primer habitación vacía que vió, una que estaba junto a la que su hermano había ocupado.

Yo te voy a salvar [MichiDou](+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora