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Por la inexperiencia de Douma y la de Michikatsu con un chico, solo bastaron un segundo dedo en el interior del quinceañero y un aumento de velocidad en la masturbación del pene del adolescente para que un gran chorro de semen, en caso de Michikatsu, y dos chorros pequeños de semen, en caso de Douma hizo que ambos se vinieran y el ojiarcoiris quedó prácticamente inmóvil luego de su primer orgasmo en toda su corta vida.

-Joder~- Jadeó Michikatsu agotado juntando sus frentes. -Te gustó, Douma?-

Douma sonrió tímidamente entrelazando sus mamos. -M-Me encantó Michi. Y a ti?-

-Me fascinó.- Susurró como un tonto y acarició el dorso de la mano del menor con su pulgar. -Bueno, hora de limpiar su cabello, precioso Douma.-

-Chi.- El ojiarcoiris sonrió radiantemente y cerró sus ojos para que no le entre champú y que el mayor por dos años pudiera limpiarlo sin problemas.

-Es bellísimo...- Susurró Michikatsu luego de limpiar su cabellera rubia platinada, observando al menor completamente desnudo y limpio. Si bien tenía varias cicatrices por el cuerpo, eso no le quitaba nada a su hermosura.

-Esto no se quita.- Gruñó molesto Michikatsu limpiando mejor una zona donde se veía su cabello rojo en degrade negro.

-No te preocupes Michi... Eso lo hizo así para que no se vaya... Me lastimó las raíces del cabello para asegurarse que naciera con sangre y luego quemó la parte negra, dijo que era una corona de sufrimiento que me hacía su príncipe.- Sollozó el niño.

-Y eso qué?- Michi sujetó suavemente sus mejillas. -Para mi tu eres un hermoso rey que siempre tendrá felicidad y amor.- Se inclinó y le dejó un piquito. -Voy a preparar las toallas mi rey.- Avisó antes de ir a otro sector del baño.

Douma se sonrojó hasta las orejas y sonrió tímidamente. -E-En ese caso prefiero ser la reina.-

-La reina? Por qué?- Preguntó curioso Michikatsu acercándose con su pantalón ya ordenado y una bata morada, la cual dejó a un lado inclinándose para cargarlo.

-Para que tu seas mi rey, Michi.- Sonrió dulcemente el menor abrazando su cuello.

Michikatsu fue ahora quien se sonrojó hasta las orejas mientras le quitaba el tapón a la bañera para que se fuera el agua sucia. -Pues... Es un gusto para mi que me consideres tu rey. Voy a hacerte la reina más felíz del mundo.- Dejó un piquito dulce a Douma y le puso su bata, la cual al quedarle gigante pudo aprovechar para cubrir con esta también su cabello. -Eres tan tierno.- Susurró con una boba sonrisa.

-MICHIKATSU TSUGIKUNI!!!- Se escuchó un grito femenino mientras se abría bruscamente la puerta del baño y el nombrado rápidamente se puso delante del menor para protegerlo.

-L-Lo lamento Michi! T-Tuve que decirle a mamá! Abrió la puerta de mi cuarto y me vió con las cosas de D y no pude mentirle!- Se disculpó Yoriichi.

-DAMELO MICHIKATSU! LO LLEVARÉ CON LA POLICÍA!- Ordenó furiosa la pelinegra.

Douma tembló aterrado de tanto griterío y se aferró a Michikatsu. -Claro que no. A Douma le dan miedo los adultos. Y ya deja de gritar, lo asustas.-

-Douma? Aún no encontré su nombre.- Yoriichi revisó unos papeles entre la caja.

-QUE ME LO DES!- Ordenó furiosa la Tsugikuni.

El pequeño Douma sintió su pecho pequeño apretar y latir rápidamente, si su padrastro estaba preso entonces estaba con la policía, policía con la cual la mujer quería llevarlo. Tembló aterrado y al ver a lo lejos un espejo no dudó ni un segundo en corretear lo más rápido que pudo y romperlo para llevar un trozo de ese vidrio a sus venas.

Yo te voy a salvar [MichiDou](+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora