Yo te voy a salvar [MichiDou](+18)

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-Quieres terminar la película antes de dormir o quieres dormir directamente?- Preguntó curiosa la mayor al ver la tele, ya que sabía perfectamente que su hijo mayor odiaba las cosas animadas que no fueran los simpson.

-M-Me gustaría terminarla antes de dormir.- Susurró tímidamente acurrucándose en la cama de Michikatsu.

-Muy bien. Luz prendida o apagada?- Preguntó curiosa.

-P-Prendida por favor. Ya estuve mucho tiempo con la luz apagada. Siento que si la apago volveré arriba.- Hizo un puchero suspirando tristemente esos horribles años en el ático.

-Tranquilo.- Susurró la mayor y se inclinó besando su frente con una dulce y sincera sonrisa. -No voy a dejar que apaguen tu luz otra vez.-

El ojiarcoíris no entendió muy bien a que se refería la madre de su salvador, pero se sentía seguro ahora con ella también.

Michikatsu se levantó al otro día a las ocho de la mañana como acostumbraba, confundido al verse dormido en el sofá.

Rápidamente volteó hacia su cama, suspirando aliviado al ver a Douma acurrucado en esta abrazado a su almohada.

Se acercó al menor dejando un beso dulce en su frente y se dirigió al baño de su habitación en el que se higienizó correctamente.

Nuevamente en su cuarto notó que Douma ahora se estaba estirando abriendo sus ojos al despertar.

Sonrió con ternura y se acercó hasta sentarse a su lado. -Buenos días Dou.-

-Buenos días Michi.- El menor estiró sus manitas abrazando el cuello de Michi y le dió un piquito.

-Quieres que te ayude en el baño? O crees poder solo?- Preguntó Michikatsu curioso para luego dejar un piquito en los labios del quinceañero.

-Mmm Me ayudas porfi~- Hizo un pequeño puchero adorable el platinado.

Y el Tsugikuni no pudo negarle nada, cargándolo con cuidado por los muslos para llevarlo al baño de su habitación.

Una vez dentro puso de pié al menor frente al inodoro sujetándolo bien de las caderas para que no caiga, mientras este avergonzado se alzaba la remera con una mano mientras con la otra sujetaba su pene y orinaba en este.

Una vez que terminó jaló la cadena y Michikatsu lo llevó hasta el lavamanos, donde luego de lavarse las manos se lavó la cara, observando que no tenía cepillo de dientes, solo el del pelinegro, por lo que puso un poco de pasta dental en su dedo índice y se lavó la boca como pudo.

Una vez que el peliplata se terminó de higienizar, Michikatsu cepilló su cabello con cariño y lo cargó nuevamente por los muslos para llevarlo al comedor, viendo como ahí ya estaban su madre y hermano desayunando.

-Buenos días.- Saludó Michikatsu sentando con cuidado a Douma a su lado, justo frente a su madre y el se sentó frente a su hermano.

-Buenos días.- Saludó Douma, si bien su voz aún seguía baja y débil, se escuchaba mucho mejor que el día anterior.

-Buenos días hermano, buenos días Douma.- Saludó Yoriichi mientras le daba un bocado a su tostada.

-Buenos días dormilones. Michi hice el café como te gusta, Dou a ti te hice un té con miel y limón y pan lactal sin tostar con mermelada.- Saludó la mujer mientras le daba un sorbo a su café.

-Muchas gracias señora María, buenos días para usted y para Yoriichi también.- El menor hizo una pequeña reverencia con la cabeza.

-Al fin haces algo bien mujer.- Michikatsu comenzó a desayunar como si nada.