Yo te voy a salvar [MichiDou](+18)

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Michikatsu sonrió con ternura y volteó a "verla" estando ya en el pasillo. -Si D, tu eres una princesa, una princesa que no merece estar allí sola.- Volteó a ver a Yoriichi, quien acababa de bajar con una de las cajas. -Quién la baña?-

-Cómo que bañarla?- Preguntó Yoriichi con un notorio sonrojo. -No seas pervertido, que se bañe sola.-

El pelinegro frunció el ceño con un tenue sonrojo. -El pervertido eres tu! Que no vez los brazos de espagueti de D? Si la dejamos sola un solo segundo se puede lastimar, no vez que no puede ni caminar la pobre?!-

-Como sea, yo no pienso bañarla.- Se cruzó de brazos rápidamente desligandose del tema.

-Por eso te va mal con las chicas.- Le sacó la lengua e ingresó al baño, comenzando a quitar el vestido para luego sonrojarse hasta las orejas viendo cierto detalle. -NO MAMES YORIICHI! D ES VATO!-

-Cómo que vato pendejo?- Yoriichi se acercó y se asomó por la puerta curioso, viendo a D completamente desnudo con el vestido por el suelo. -No mames es verdad tiene pito wey. Bueno mejor, así no andas de cochino que si era waifu seguro me hacías tío.- Salió del baño y cerró la puerta. -Como sea, ten cuidado cuando lo bañes, si tiene una infección y lo tocas podrías contagiarte, ponte guantes.- Advirtió para luego tomar las cajas e ir a su habitación.

-Si mamá.- Se burló Michikatsu para luego cargar a D en brazos. -Lo que no sabe es que soy bisexual y le voy para ambos lados.- Sonrió algo travieso y luego negó. -Pero tranquilo D, no voy a hacerte nada, tengo 17 y cumpliré 18 años en un mes y tu te vez mucho más chico. Además de que estás muy débil y que si tienes una infección podrías contagiarme. Si eres muy lindo y todo, pero te conocí recién no mames.- Rió bajito y recostó al más bajo en la bañera para luego abrir el agua tibia. -Tranquilo, te voy a arreglar bien y vas a quedar más lindo de lo que eres.-

El ojiarcoiris observaba con curiosidad como el mayor avanzaba hasta un estante y luego regresaba con un jabón blanco cuadrado, un shampoo y un acondicionador.

-Bueno, tienes mucha suciedad, así que te bañaré como tres veces. Traje jabón neutro por si tienes alguna herida para que no se infecte y espero que te guste mi shampoo y acondicionador, ambos son de lavanda, pero luego podríamos ir al mercado y comprar el que te guste.- Al ver la tina llena cerró la canilla y se puso guantes de látex. -Espero que un día te animes a hablar, me gustaría poder comunicarnos juntos.-

Comenzó a pasear el jabón por los brazos del menor, viendo como a medida que lo iba limpiando aparecían cicatrices de quemaduras de cigarrillos en todo el brazo y de intento de suicidio en las muñecas. -Apanas te conozco, pero quiero que sepas que siempre voy a estar contigo porque me haces sentir paz, y no voy a dejar que te lastimen de nuevo. -Se inclinó besando las cicatrices del cigarrillo y luego miró las muñecas. -Y no se cómo, pero quiero que me digas tus problemas para poder ayudarte y que no busques una salida en lastimarte.- Besó ahora sus muñecas.

Las mejillas del menor se tornaron rojas y sus ojos brillaron de ilusión. -Michi... Si supieras lo que me pasó para llegar a eso.- Pensó viendo con profundo amor al adolescente que lo cuidaba.

Las manos de Michikatsu ahora se dirigieron al torso del menor, el cual comenzó a limpiar. Sus costillas estaban completamente expuestas, su cuerpo pálido realzaba sus pezones rosas los cuales estaban erizados. -Vaya... Creo que tendré que darte mucho de comer, estás demasiado delgado. Y tus pezones son muy lindos y apetecibles... Cuando nos hayamos conocido más me gustaría meterlos en mi boca.-

El de largos cabellos platinados se sonrojó aún más si era posible y sonrió tímidamente sujetando la mano de Michikatsu sin el jabón y la apoyó en su pecho asintiendo con la cabeza. -Me siento seguro contigo, contigo si me siento amado.- Pensó.