Habían pasado cinco años desde la última vez que lo vio en esa sala de juicios.
Sintió que había sido una espera eterna, pero hacía un año tuvo la posibilidad de salir de la cárcel y volver a reinsertarse en la sociedad. Para su suerte, la empresa que con tanto esfuerzo había conseguido sacar adelante seguía en pie y a manos de quien puso en el poder una vez Donghyuck le informó de las intenciones de la policía. Unos meses más tarde todo volvió a la normalidad, volvió a dirigir su empresa, solo que se permitió dejar de lado todas las ilegalidades que había hecho hasta el momento. No obstante, no se atrevió a buscar el paradero de quien fue tan importante para él cuatro años atrás. No quiso volver a meterlo en problemas y, aunque se negaba a aceptarlo, tenía miedo de que hubiera decidido empezar a ver a otras personas.
Ya habían pasado cinco años y por fin recibió la respuesta al correo electrónico que tanto le costó mandar.
"Hola Mark:
Me alegra saber que has salido de la cárcel sano y salvo. Aquí todo va bien. Donghyuck tiene ahora un puesto bastante elevado, quién lo iba a decir, ¿eh?
De todas formas, aunque entiendo tu preocupación creo que no es buena idea que sepas sobre él a través de mí. Tampoco puedo contarte toda su vida por correo, creo que deberías ir a hablar con él tú mismo. Te daré la dirección de su trabajo, pero ten cuidado que Jeno sigue por ahí.
Mucha suerte. Un saludo,
Moon Taeil
PD: No te preocupes, sigue siendo el mismo que cuando lo conociste, solo que ahora es un poquito más importante jajaja."
Mark suspiró algo más tranquilo, copiando en un pequeño papel la dirección del menor y, una vez terminó su jornada, se encaminó hacia allí.
El edificio ante el que se encontraba era alto, con grandes vidrieras y con una gran puerta bajo el logo que indicaba que ese era el lugar correcto. Respiró hondo y decidió entrar, ahí encontró una gran sala blanca, con un par de sofás a una esquina y una recepción que, junto a un par de pasillos, daban la bienvenida a las personas.
Se acercó al recepcionista, quien, al verlo, se puso en pie y le ofreció una sonrisa—buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?
—Buenas tardes, busco al agente Lee Donghyuck, me han dicho que trabaja aquí.
—Así es, ¿puedo saber para qué quiere verlo?
—Somos amigos.
El recepcionista asintió y le pidió una documentación, acto seguido tomó el teléfono de su mesa, tecleó y esperó a que hubiera línea —Hyuck, un tal "Mark Lee" quiere verte, ¿le dejo pasar? —Mark se puso realmente nervioso a la hora de oír la voz del moreno al otro lado de la línea, aunque no supo diferenciar la respuesta —¿no te suena? Dice que es amigo tuyo.
Mark frunció el ceño —dile que nos vimos hace cinco años, en la misión.
El contrario dudó unos segundos pero transmitió el mensaje —está bien, ahora sube —colgó —pasa por el detector y ponte esta identificación. Sube a la decimocuarta planta y en el primer pasillo, al fondo del todo está su oficina.
El canadiense hizo lo encomendado y, tras ponerse su identificación al cuello, subió al ascensor. Trató de tranquilizarse mientras se observaba en el espejo del pequeño cubículo, retocó su pelo y miró sus dientes, tratando de estar lo más arreglado posible antes de llegar a la oficina del menor. Súbitamente, el ascensor paró, alguien más quería entrar. Observó al chico de cabello negro entrar junto a él, era aún más musculoso que cuando se vieron por primera vez. Por suerte, Jeno pareció no haberlo reconocido. No marcó ningún botón, así que supuso que iba a la misma planta que él, esperaba que no fuera a hablar con la misma persona también.
Ambos bajaron en la misma planta, aunque Jeno fue en otra dirección. Mark siguió las indicaciones del amable recepcionista y, carraspeando antes, tocó un par de veces la puerta.
—Adelante —la suave voz del contrario se hizo presente al otro lado de la puerta. Mark tomó el pomo y giró la muñeca para abrirlo, encontrándose con los ojos almendrados de Donghyuck sobre él, incrédulo —así que es verdad, has venido —Donghyuck dejó descansar su espalda sobre el respaldo de su silla.
Mark entró a la oficina y cerró tras él sin quitarle la vista de encima. Jeno no había sido el único que había cambiado —Donghyuck, yo...
—No necesito que me des explicaciones. ¿Qué tal ha ido la reinserción?
—Bien, todo ha vuelto a la normalidad —bajó la mirada— Donghyuck durante este tiempo me ha dado tiempo a pensar muchas cosas —el contrario asintió, atento —sé que lo que hice no tiene excusas, sé que probablemente me odies porque traté a muchísima gente como mierda y sé que probablemente no tenga ninguna oportunidad contigo, pero también sé que lo que siento es verdad, que no puedo quitarte de la cabeza y que nunca he necesitado tanto a nadie en mi vida.
Donghyuck hidrató sus labios con su propia saliva y se levantó de su asiento para ponerse junto a Mark, apoyando la cintura en el escritorio —entonces entenderás también por qué no quiero nada contigo, ¿verdad?
—Lo entiendo, pero eso no quita que no desee estar a tu lado.
—Lo que hiciste estuvo mal, muy mal y no hay nada que me asegure que no volverás a hacerlo, aparte de que John Suh sigue en la cárcel, claro.
—Te prometo que he cambiado, llevo un año en la empresa desde que salí, no he hecho nada malo todavía, puedes comprobarlo —se quejó, desesperado.
—Mark, me metí en muchos problemas cuando te defendí, estuve a punto de perderlo absolutamente todo, más aún cuando descubrieron que yo le pedí a Taeil que te ayudara. No sé si estoy en condiciones de volverme a arriesgar.
—Volvamos a empezar, poco a poco, como si no nos conociéramos. Como si nunca hubieras estado en mi empresa.
—Es mucho pedir, Mark. Lo siento, pero no puedo —Donghyuck carraspeó, se le había roto la voz al decir lo último. Tampoco quería decir todo lo que estaba diciendo, pero tenía miedo, era una situación complicada. Con el paso de los años había sido capaz de superar, poco a poco, lo que Mark le hizo sentir. Se obligó a sí mismo a no ir a visitarlo, también a centrarse solo en el trabajo para no pensar mucho en sus sentimientos, lo que le llevó a un cansancio físico bastante fuerte, pero también a la posición en la que estaba en ese momento. No podía echarlo todo a perder, no después de tanto tiempo luchando.
—Por favor —murmuró Mark, con los ojos llenos de lágrimas que cayeron por su rostro una vez parpadeó —solo una oportunidad más. Por favor.
Donghyuck se acercó a la altura de Mark y acunó su cara con las manos, acariciándola con los pulgares para limpiar las lágrimas. Realmente le había sorprendido ver al mayor así, era la primera vez que lo veía llorar. Aún cuando le dijeron que debía ir a la cárcel se lo notaba con un semblante frío —lo superaremos, ya lo verás.
Mark negó, abrazando al moreno por la cintura y hundiendo su rostro en el cuello contrario, aspirando su aroma tratando de tranquilizarse. Donghyuck acarició su nuca, intranquilo —por favor —volvió a rogar, sollozando. Parecía un niño pequeño al que obligaban a deshacerse de su juguete favorito. Así lo sentía Donghyuck.
Este último suspiró —Está bien, pero será nuestro secreto.
Mark se sorprendió al oír eso. Se separó del menor y mirándolo a los ojos asintió, limpiando sus lágrimas con la manga —de alto secreto.
Holis.
Pues esta historia ha llegado a su final. Ha tomado un rumbo muy diferente al que quería en un inicio. Pero con la universidad me ha costado bastante seguirle el ritmo. Espero que os haya gustado mucho mucho.
Muchas gracias por los votos y los comentarios.
Stream Golden Hour.Bebed a awita y comed mucho
Haced caso a Jaemin y "Don't skip a meal".Os quiero mucho mucho.
Un besito Muac muac💚
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Top Secret | Markhyuck
FanfictionLee Donghyuck forma parte de un cuerpo de policías y debe adentrarse en la vida de su objetivo, Mark Lee, un carismático empresario que ha cometido varios delitos. ¿Será Donghyuck capaz de conseguir la información necesaria para incriminarlo? ✧Conte...