Prólogo.

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Acababa de arreglarse la corbata mirándose al espejo, nervioso. Las típicas mariposas en el estómago junto con las ganas de vomitar eran un hecho que hacía a Donghyuck estar todavía más inquieto.

—Tranquilízate, no va a descubrirte —el coreano, más alto que él, lo abrazó por la espalda —. Estás estupendo, ¿sí? Relájate un poco, no es la primera vez que hacemos algo así.


—Lo sé, lo sé... pero es diferente. Dicen que es duro con sus trabajadores, y yo tengo que estar ahí metido muchos meses hasta que logre sacar algo.


—Teniendo en cuenta en los trapos sucios que está metido... no será fácil sacarle información.


Donghyuck observó al chino que estaba apoyado en el marco de la puerta -gracias por los ánimos, guapo.


—Para eso estamos. Mira, así estás buenísimo, solo tienes que enamorarle, sacarle la información e irnos informando poco a poco.


—Aquí tienes tu currículum. Te hemos creado todo un pasado para que no sospeche, léetelo por el camino. Llega bien a Seúl, ¿vale? —Jeno se apartó de su espalda y le dio un suave beso en la mejilla —. Todo saldrá bien, ya lo verás.


El moreno sujetó la carpeta que el coreano sostenía además de darle un cálido abrazo a cada uno.


Tras todo lo anterior, tomó su maleta y fue directo al taxi que lo esperaba en la puerta.


Una vez dentro comenzó a leer su historial.


"Lee Haechan, 23 años, nacido en Busan el 6 de junio de 1998, licenciado en administración de empresas en la universidad pública de Busan.


Conocimientos de coreano como lengua materna, inglés avanzado, japonés y mandarín intermedio."


—Nada que ver conmigo... ¿Y qué hago si quieren que me comunique con algún extranjero si apenas hablo coreano y con suerte se me entiende?  —preguntó al conductor.


—Relájate, está todo preparado. Toma —DongYoung le tendió un pequeño aparato, que, suponía, debía ponerse en la oreja —nosotros estaremos oyéndolo todo, si por alguna casualidad eso ocurre, te traduciremos lo que haga falta —comentó sin separar la mirada de la carretera mientras aparcaba —. Bienvenido a tu nuevo apartamento. Planta 12, piso 7. La clave de la puerta es "6600". Mucha suerte.


Donghyuck respiró hondo una última vez y salió del vehículo, el cual, una vez DongYoung comprobó que estaba en el portal adecuado, se fue.


Subió por el ascensor a dicha planta y se paró frente a su puerta, introduciendo tembloroso la clave.


Una vez dentro observó el entorno. Había visto casas de ese tamaño en películas o yendo a visitar a uno de sus compañeros de trabajo, pero jamás se hubiera imaginado que pudiera llegar a ser de su propiedad. Menudas fiestas se hubiera montado ahí el Donghyuck de 19 años.


Y tras soltar las cosas y encontrar el despacho, se puso a trabajar.


[...]


Donghyuck entró al despacho de quien sería su próximo jefe.


Él lo miró de arriba a abajo, analítico.


—Lee Haechan, ¿cierto?


—Sí, un placer, señor —habló con un tono de voz algo infantil, tal y como le habían ordenado.


El contrario se acercó y le tendió la mano —te esperaba con ansias, realmente pareces capacitado para este trabajo. Por favor, siéntate.


El menor procedió y se sentó en un pequeño sillón que había en la oficina.


—¿Qué te ha llamado la atención de esta empresa? ¿Por qué te interesa trabajar aquí?

—Yo... bueno -titubeó, dudoso —sinceramente, cuando me tocó elegir una carrera, no supe realmente qué hacer, fueron mis padres los que me dijeron que la hiciera, y no me ha ido mal —improvisó.


Mark sonrió —dependiente... me gusta, ¿y qué pinto yo en esa bonita historia?


—Cuando me gradué, mis profesores hablaron mucho de esta empresa, y dado que yo cumplo con el perfil, decidí presentarme a las vacantes.


—Comprendo... bien, pues me gustaría tenerte supervisado las primeras semanas, así que antes de empezar con el trabajo de oficina, trabajarás para mí —sonrió con malicia el CEO.


El contrario, mostró una alegría fingida al haber conseguido el puesto —¿y cuándo empiezo?


—Si gustas, hoy mismo.


—Muchas gracias, señor —se levantó e inclinó.


—Mark Lee; a partir de ahora, llámame Mark Lee.

Top Secret | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora