Capítulo 3.

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Llevaba más de una semana recibiendo mensajes del que ahora sabía su nombre, John Seo, un amigo de Mark que se dedicaba a investigar a las personas que tenían relación con su jefe, realmente la situación del joven era catastrófica y se iba a pasar una buena temporada en la cárcel. 


Donghyuck leía toda la información que se le era facilitada, sin responder, conocía a Mark solo a nivel profesional, y al no saber cómo actuaba en la intimidad no podía contestar o sospecharía. No obstante John ya se estaba empezando a cansar de tanta tontería. Todo empezó cuando se le pidió que no llamara más al teléfono de la empresa, luego solo podía hablarle por mensaje, y ahora siquiera era respondido. 


John llevaba sin saber nada de Mark desde hacía casi una semana y eso le estaba empezando a preocupar, sobre todo al tener a la policía a un solo paso de pillarlo con las manos en la masa, y Mark era demasiado idiota para darse cuenta de lo problemático que sería eso. 


Donghyuck terminaba de rellenar unos documentos de la empresa cuando Mark se acercó a su mesa. 


—¿Tienes algo que hacer hoy? 


—Nada en especial, ¿por qué? 


—Me preguntaba si querrías salir a tomar algo cuando termines —a Donghyuck le fallaron las manos tirando todos los papeles que tenía en las manos, Mark rio.


—¿Quedar? ¿Usted y yo? Seguro que tiene alguien más interesante con quien salir. Yo soy muy aburrido —rechazó, recogiendo todo lo que había tirado hacía unos segundos. 


—Puede, pero yo quiero salir contigo, me gustas. Me pareces —lo miró de arriba a abajo—Interesante. 


—¿Interesante? Bueno, está bien —Sonrió, no muy seguro —, ¿dónde iremos? No conozco muchos lugares de por aquí. 


—Ya lo verás, te espero en el coche, no tardes —Mark salió de la oficina, dejando a Donghyuck paralizado, mirando a la puerta, errático.  


Rápidamente recogió las cosas que le faltaban y sin pensarlo mucho se dirigió hasta donde le había sido indicado. Se subió en la zona del copiloto y, tras ponerse el cinturón lo miró. 


—¿Por qué hoy? 


—Estás más guapo de lo normal, y si ya me cuesta resistirme a diario, imagínate hoy —Donghyuck tragó saliva. 


—La culpa es suya por ponerme en su misma oficina —rio, Mark rio junto a él. 


—Me gusta tener el arte muy cerca de mí —el mayor apoyó su mano en el muslo del menor, quien se estremeció ante tal tacto —, ¿te molesta? 


—En absoluto —afirmó el moreno, mirando después por la ventana y cortando la conversación hasta llegar al destino. 












Una vez llegaron, ambos salieron del vehículo y entraron en el restaurante, Donghyuck quedó fascinado, nunca había entrado en un local de tan alto estatus, donde hasta un simple café podría dejarte en bancarrota. 


Se sentaron en una de las mesas y, tras ser atendidos, comenzaron a comer. 


La noche transcurrió bien, ambos se divirtieron y tuvieron conversaciones variadas hasta que pidieron la cuenta y llegó la hora de irse. Mark se ofreció a llevar a Donghyuck a su casa, y el menor aceptó, el castaño llevaba meses viendo a Mark desde una perspectiva profesional, sin embargo, tras haber pasado esa noche junto a él, su forma de pensar había cambiado y mucho. 


Top Secret | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora