Capitulo 4.

23 5 4
                                    

Julián me mira intensamente, odio cuando me mira así, me recuerda a cuando está dentro de mi haciéndome gemir...

—¿Y si mejor nos quedamos un poco más? Llegamos hace menos de una hora.

—Ella te tragó con la mirada justo frente a mi, tu te fuiste a un viaje de negocios durante dos semanas a esa sucursal y aunque no desconfío de ti, si lo hago de ella porque...

—Sabía que me los encontraría aquí— dice una voz de hombre atrás de mi, me resulta familiar.

Volteo sorprendiéndome mucho al ver los increíbles ojos grises de Daiki, el chico que me ayudó cuando me perdí en Japón.

Recuerdos de lo raro y especial que sentí cuando lo conocí vienen a mi mente, sonrió mientras veo como se saludan Julián y Daiki.

¿Por qué siempre me pongo tan feliz cuando lo veo? Es inexplicable la conexión que siento.

Se voltea y me abraza, me hace sentir que toda la tristeza que he estado experimentando se evapora.

—¿Qué? ¿Un año sin vernos o algo así?— pregunta cuando nos separamos.

—Algo así, de paso, desactivaste tus redes sociales y no respondes el teléfono— reprocho cruzándome de brazos.

—Perdón— sonríe de medio lado, como siempre— algunos problemas personales...

—Uhhh chisme.

Él suelta una risotada y le habla a Julián que sonríe.

—¿Tu esposa nunca va a cambiar?

—Espero que no, mi vida sería aburrida.

—¿Entonces soy tu payaso?—pregunto con mala intención.

—La payasita mas linda y sexy— responde él sin caer en mi juego de pelea rápida.

—En conclusión, luego les hablaré sobre lo que me ha sucedido, ahora me rio de mis propios traumas— dice Daiki acariciando la parte de atrás de su cabeza.

—Entonces... Ya lo superaste.

—Si, al principio fue difícil porque no es algo a lo que estoy acostumbrado, pero ya lo acepté.

—Me alegro que hayas superado algo que te estaba afectando— dice Julián poniendo su mano en el hombro de Daiki— ya sabes, la vida sigue.

Observo a mi esposo, demonios.

El muy idiota es perfecto ¿por qué me molesto él? Es amable, buen amigo y esposo, empresario arrechisimo, cocina muy bien, es detallista, vamos, prácticamente me saqué la lotería cuando lo conocí y nos fuimos enamorando.

***

Muevo la copa de vino hacia un lado, estoy aburrida, he estado un rato largo aquí sola en la mesa.

A los lejos veo a Julián hablar con sus amigos.

—¿Como la está pasando mi chica favorita?

—Oh Daiki, que bueno que llegaste, siéntate para decirte algo.

Él se sienta a mi lado dejando su vaso de whisky en la mesa.

—Te escucho.

—Bueno, el siguiente desfile para presentar mi próxima línea de ropa será tan exclusivo que de hecho, lo haré en mi casa.

—¿Qué? ¿Estás loca?

—Habrá after party y todo.

—Si, definitivamente estas loca.

Imaginarte... ¿Para toda la vida? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora