Capitulo 14.

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~ Bienvenidos al Aeropuerto internacional de Maiquetía Simón Bolivar... ~

Llegué... Estoy de vuelta en mi casa después de tanto tiempo, limpio unas lágrimas rebeldes que me hacen sentir ardor en los ojos.

He llorado tanto que tengo los ojos irritados.

Y así pasa el tiempo conmigo en el aeropuerto siendo guiada por Nicolle e Ivette que todavía no saben de mi embarazo, les diré cuando estemos solas y descansado.

Yo que tengo a Burro con su correa, camino discretamente pero me hace gracias como mi gran perro se asusta cuando un chihuahua comienza a ladrarle.

Al salir nos montamos en el auto con chofer de alquiler que contraté, el señor nos habla sin saber que soy la única que lo entiende.

—Hola, muy buenas tardes ¿cómo están? Soy Javier, seré su chofer y sé que el viaje a su destino será un poco largo por lo que vamos a detenernos algunas veces para que el perro haga sus necesidades.

—Hola, Javier, estamos muy bien y espero que usted también, eres muy amable— respondo— las chicas no te responden porque no entienden español.

—Oh muchas gracias por el aviso señorita, ya comenzaré el viaje.

Al salir del aeropuerto, puedo ver un poco de las personas disfrutando de la playa aquí en La Guaira, también fue lo último que vi de Venezuela cuando me fui hace años.

Acomodo los lentes grandes y oscuros que traigo puestos, durante el viaje las chicas observan todo con asombro pero poco después como si fueran niñas pequeñas se recuestan de mí casi al mismo tiempo y se duermen.

Yo sigo observando todo con un sentimiento agridulce.

Llegué a Venezuela embarazada, a punto de divorciarme y con una buena profesión, una de esas tres cosas me está consumiendo mentalmente.

¿Qué estará haciendo Julián? ¿Ya estará preparando el divorcio, acostándose con la rubia becerra esa o pensando en lo que hizo?

Yo no dejo de pensar en todas las horribles palabras que me dijo, no se me quita el dolor de cabeza y no he comido nada por las náuseas.

Pero sé que debo comer porque ahora no solo soy yo, no quiero que mis bebés se vean afectados por mi culpa.

Mentalmente estoy del carajo, pero al mismo tiempo mi lado razonable trata de pensar en mi futuro y que estaré bien.

Ya no soy una adolescente que puede echarse a deprimir en su habitación.

Tengo que luchar y si Julián no quiere hacerlo conmigo, debo hacerlo sola, sé que en algún momento va a ver a los bebés.

No sé si estará en el nacimiento, pero algo hará.

Durante un rato me consumo en pensamientos de que hacer en los próximos meses hasta que algo me distrae y observo por la ventana.

Las letras coloridas que dicen "CARACAS" me hacen saber que llegamos a la capital del país, ya que es de tarde están alumbradas por luces que están en el suelo y el cielo rosa con naranja me hace sentir nostalgia.

Espero poder encontrar un poquito de paz aquí.

Tendré que acostumbrarme a esto por un tiempo porque no me quedaré para siempre, solo quería estar lejos de todo lo que me rodeaba durante los primeros meses de embarazo y mientras, desde aquí estaré haciendo una lista.

Lista de casas en venta para ver cuando llegue a Georgia, necesito un lugar donde vivir con mis hijos.

Inmersa en mis pensamientos, procedo a observar el paisaje que me ofrece la ventana .

Imaginarte... ¿Para toda la vida? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora