Capítulo 1.

37 7 10
                                    

Diciembre/ 27/ 2026

Atlanta - Georgia: ciudad de Alpharetta.

— Entonces vuelven esta semana ¿qué tal Brasil? ¿Les gustó?

—Ari, no tienes idea de lo mucho que nos divertimos aquí con la música y el baile, también la comida, todo fue perfecto— responde Daniel gustoso— ahora estoy muy bronceado y me arde todo lo que se llama piel, pero como dice mi abuela...

—Sábila y más nada— termino la frase que tantas veces le escuché decir a la señora Maria, la abuela venezolanas le tienen una fe increíble a la sábila.

—Exacto, espero y ayude porque la nivea es buena pero siento que no me hace mucho efecto.

— A mi mientras tanto, no me importa mucho que estes quemado y que la nivea no te sirva, me importa más que llegues rápido para ver los videos que grabaron para su canal de YouTube.

—Créeme, este video será una bomba.

—¿Hasta ahora cuál es el video más famoso que tiene BradAndDani?

—Mmm creo que... El de cuando fuimos todos juntos a Nueva Orleans.

Mi corazón se acelera a niveles extremos.

—Oh si, ese viaje fue genial.

—Eso me recuerda que por días estuviste muy rara cuando llegamos de allá ¿por qué? ¿Te poseyó un espíritu maligno?

—Daniel, este año está por terminar y eso fue el año pasado, prácticamente han pasado dos años ¿y todavía recuerdas semejante estupidez?

—Es que estaba tan extraña que una mosca quería acercarse a ti.

Debo cortar esta conversación lo antes posible o lloraré.

—Estaba normal, todos ustedes son unos exagerados.

Daniel murmura algo que no comprendo y así se me ocurre una idea grandiosa, comienzo a hacer sonidos con una envoltura de caramelo que tengo en mi escritorio.

—¿Daniel? No te escucho.

—Pero si yo te escucho a la perfección.

—¿Danie...el? ¿Dani...? ¿Chuchi sigues ahí?

Con eso, cuelgo la llamada y pongo el teléfono en silencio.

No hacía este tipo de cosas desde que era una adolescente.

Veo a mi al rededor, mi estudio esta vuelto un desastre y nunca me ha gustado ponerlo así pero es que no tengo inspiración para mi nueva colección de primavera.

Estoy más que estresada.

Muerdo un lápiz mientras enrollo el dedo índice en mi cabello.

—Señorita Neill, aquí traigo su café— llega Nicolle, mi asistente personal.

—Tráeme diez más y la pijama, hoy de aquí no salgo hasta que tenga bocetos.

—Lo bueno es que estás en tu casa.

— Si, es lo bueno, es más cómodo.

Julián me sorprendió al hacerme este estudio, hasta tiene una mini pasarela para modelar la ropa que hago.

—¿Entonces nos ponemos manos a la obra, señorita Neill?— pregunta la chica rellenita con mejillas regordetas y cabello corto pintado de azul.

—Tengo varios meses insistiendo en que debes llamarme Ari, no me digas "señora" o "señorita".

—Lo lamento seño... Ari, es que yo le tengo mucho respeto y...

—Si nena, lo sé y específicamente por eso es que te digo que me llames Ari.

Imaginarte... ¿Para toda la vida? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora