—Hola Jimin, necesito tu ayuda —dijo Taehyung en el momento en que Jimin abrió la puerta frontal.
—Sí, claro —respondió Jimin.— ¿Qué pasa?
Taehyung se balanceaba de un pie al otro, con las manos retorciéndose nerviosamente.—Hoseok me quiere sacar este fin de semana y presentarme a sus amigos.
—Parece que las cosas van muy en serio entre los dos —dijo Jimin mientras cerraba la puerta detrás de Taehyung.— Esa es una buena cosa, ¿verdad?
Taehyung se encogió de hombros. —Supongo.
—No pareces tan seguro.
—Quiere que conozca a sus amigos, Jimin.
—¿Y?
Taehyung miraba boquiabierto. Hizo un gesto para sí mismo. — Mírame. La única razón por la que mis pantalones y mi camiseta combinan es debido a que los elegiste. No tengo ninguna camisa de otro color excepto el blanco. ¿Recuerdas cuando me las compraste? ¿Decidimos que si sólo tenía camisas blancas para ponerme no podía equivocarme?
—Todavía no veo el problema aquí, Taehyung. Si combinan, entonces ¿cuál es la gran cosa?
Taehyung rodó los ojos. —Parezco un insulso ratón de biblioteca.
Jimin se rió. —Eres un insulso ratón de biblioteca.
—Sí, pero no quiero parecerlo.
—Ah, ahora veo —sonrió Jimin.— Quieres verte como un sexy ratón de biblioteca.
—¡Sí!
—Creo que puedo ayudarte con eso.
Taehyung se quedó mirando el espejo de cuerpo entero frente a él preguntándose si el hombre sexy que vio reflejado podía ser él. Nunca en sus sueños más salvajes creyó que pudiera parecerse como parecía. ¡Era caliente!