CAP 2: HANDS TO MYSELF

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Estacioné la camioneta afuera de la casa que alguna vez, fue mi lugar feliz. Era la primera vez que volvía a la casa de campo luego de que mi padre muriera. Lety venía cada tanto cuando tenía sus días libres y se negaba a que le pagara unas buenas vacaciones.

Al abrir la puerta, una gran cantidad de recuerdos inundaron mi mente. Avancé lentamente hacia el hall de la entrada, mientras sentía que mi cuerpo pesaba y mis pies se negaban a moverse. Al girar mi rostro, pude observar una fotografía colgada en la pared: mi padre y yo sosteníamos el premio de primer lugar en X Factor.

~ RECUERDO ~

— Mi corazón, serás la mejor artista de todos los tiempos. Estoy muy orgulloso de todo lo que conseguiste por tu cuenta. Serás una mujer extraordinaria, Becca.

— Papá ¿Y si solo llegó hasta aquí?¿Y si algo sale mal?

— Si algo sale mal estaré aquí para solucionarlo, pero tengo total seguridad de que todo estará bien, puedes con todo.

~ FIN DEL RECUERDO ~

Dijiste que estarías aquí para solucionarlo ¿Por qué mentiste?

El sonido de una bocina me trajo de vuelta a la realidad. Tokio Hotel. Sentí que algunas lágrimas se habían deslizado por mis mejillas así que me acerqué rápidamente al espejo que adornaba la pared para mejorar mi presencia. Borré cualquier rastro de llanto en mi rostro y me di un rápido vistazo. Lucía unas pequeñas botas negras, un jean con algunas roturas, un top blanco y una campera de cuero negra. Está bien, tu puedes con todo.

Al salir, observé a un muchacho descendiendo de un auto de color azul oscuro. Traía unos jeans de color negro y una pequeña playera blanca que dejaba ver parte de sus caderas. Su cabello estaba cubierto por un gorro de color gris. Al acortar la distancia entre nosotros, pude notar que se trataba de Bill solo que esta vez no traía ni una gota de maquillaje. El sol decoraba su rostro permitiéndome apreciar sus facciones con mayor claridad. Bill tenía unas cejas hermosas, las cuales eran perfectas para adornar sus ojos que presumían largas pestañas negras. Su nariz era respingada y sus labios parecían lo más suave de este mundo. Si no fuera porque Bill estaba embobado observando la casa que se encontraba detrás de mí, posiblemente me creería una acosadora.

— Cuando hablaste de una casa de campo, me imaginé una pequeña cabaña en medio de la nada, no una mansión en medio del bosque — Georg y el resto se ubicaban un poco más atrás de Bill. Sus rostros demostraban la misma sorpresa que el vocalista.

— Por Dios Becca, nos acabas de regalar un retiro en la naturaleza — Exclamó Bill, aún sin poder dirigir sus ojos hacia mi.

— ¿Qué les parece si me ayudan a guardar todo lo que hay en mi camioneta y luego les doy un recorrido?

Los cuatro prácticamente corrieron hacia mi vehículo para ayudarme a descargar las numerosas bolsas de comida y bebida que había traído conmigo y posteriormente llevarlas en dirección a la cocina.

-— Quiero que sepas que hemos investigado algunas cosas sobre ti, Gustav te preparará panqueques con chispas de chocolate por las mañanas. He leído que esos te gustan mucho - Bill se encontraba acomodando las bebidas en una de las heladeras, mientras que el resto de los chicos y yo, nos encontrábamos desempacando algunos suministros comestibles. Sentí un leve calor en mis mejillas al oír sus palabras.

— Vaya, creo que ella también hizo su tarea — Tom sostenía un paquete de Nesquik de fresa en cada mano y aprovechó para brindarme una picara mirada. Honestamente no entendía nada de lo que estaba hablando y creo que mi rostro de confusión fue muy evidente. — Bill y yo odiamos el chocolate, por lo que únicamente bebemos esto — Explicó. — No tenias idea ¿Verdad? — Negué con la cabeza y el gemelo mayor formó un leve puchero con su labio inferior. Involuntariamente mis ojos se clavaron en el piercing que adornaba una de sus comisuras. Interesante.

Wildest Dreams - Tom Kaulitz (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora