Wildest Dreams - Tom Kaulitz (+18)

CAP 9: KING OF MY HEART

– Mira esto, el rubio te queda estupendo – Mi ceño fruncido se reflejaba en el espejo mientras mi vista se dirigía hacia Blair, quien se encontraba acomodando la peluca platinada que ayudaría a ocultar mi identidad durante la cita con Tom.

– Siento que estoy a punto de grabar un videoclip.

– Puedes imaginar que estás en una película, una muy romántica – Mi amiga llevó sus manos hacia el pecho – Oh, escaparan de la ciudad a escondidas para vivir una increíble historia de amor.

– Quizás solo follaremos en su auto – Mis hombros se elevaron despreocupadamente a la vez que sus ojos me miraban de manera amenazadora.

– ¡Becca! No arruines el momento. Prométeme que intentaras relajarte y disfrutar de la noche – Ahora la rubia me señalaba con su dedo índice mientras yo me limitaba a aplicar un poco de gloss en los labios.

– Está bien, prometo intentar recrear tu historia de amor – Por consiguiente, una enorme sonrisa de satisfacción apareció en el rostro de Blair mientras daba pequeños saltitos en su lugar y aplaudía. – Pero si alguien nos descubre, estaré muerta antes de que despiertes por la mañana.

Esa noche lucía un pequeño vestido suelto de color beige y unas sandalias a juego. Mi cabello se encontraba cubierto por una peluca rubia que llegaba poco más abajo de mis hombros y mi rostro solo estaba adornado por máscara para pestañas, un poco de rubor y brillo labial.

Mensaje: Tom K

Estoy afuera.

– Bien Blair, deséame suerte.

– ¡Puedes hacerlo! – La chica me atrapó con sus menudos brazos antes de que yo atravesara la puerta de mi hogar.

Al ingresar al vehículo pude observar a Tom luciendo unos anteojos de sol enormes y un gorro que cubría sus rastas. Por primera vez, él estaba usando unos pantalones a su medida y una sudadera de color azul. Supuse que si no utilizaba su ropa diaria, pasaría desapercibido sin esfuerzo.

– Oh demonios, olvidé los lentes.

– Los lentes de Bill están en la guantera, úsalos. Te quedarán mejor que a él – Mis manos se apresuraron a encontrarlos y llevarlos hacia mi rostro. Al girar la cabeza observé a Tom dedicándome una sonrisa divertida. 

– Y dime ¿Dónde será nuestra cita hoy? – Indagué mientras el muchacho ponía en marcha el vehículo.

– Eso es una pequeña sorpresa.

Blair estaría extremadamente orgullosa de saber que ahora mismo la emoción se había apoderado de mi cuerpo. Hace años no tenía una cita. Bueno,  hace años no tenía una cita con alguien que me gustara de verdad, así que la adrenalina combinada con el misterio parecían sensaciones desconocidas que sacudían cada centímetro de mi interior.

Durante nuestro recorrido por la ciudad los vidrios polarizados del vehículo lograban cubrirnos del exterior, pero a medida que nos alejábamos de la zona urbana, Tom decidió bajarlos permitiendo que la brisa acariciara nuestros rostros. El aire fresco inundaba mis fosas nasales y el viento le permitía a los cabellos rubios de mi peluca moverse libremente.

La enorme ciudad de Los Ángeles había quedado atrás.

– Espero que escribas una canción sobre esto – mencionó.

– ¿Te gusta que escriba canciones sobre ti, pequeño narcisista? – Mis dedos deslizaron los lentes hacia abajo, permitiéndome observarlo con mayor claridad.

– Obviamente. Bill es la única persona que ha escrito una canción sobre mí, antes que tu lo hicieras – Una pequeña risa escapó de sus labios.

– Que bueno oír eso porque justo aquí tengo el demo de una nueva canción – Mis manos se dirigieron hacia el pequeño bolso que reposaba entre mis piernas, para luego capturar y elevar en el aire un CD. – Aún falta pulir algunos detalles pero su lanzamiento está previsto para esta semana – Y sin perder más tiempo, mis dedos teclearon sobre la pantalla del auto antes de reproducir el material musical.