CAP 21: LOVE WILL REMEMBER

8.9K 609 563
                                    

NARRADORA

Un día para la boda de Rebecca Roux y Alex Turner.

– ¿Hola? – Una versión más joven de Rebecca atendió el teléfono mientras terminaba de cepillar su larga cabellera negra.

– Richard murió – La voz de Miriam se hizo presente del otro lado del aparato antes de finalizar la breve llamada. En ese momento, un escalofrío recorrió el cuerpo de la morena.

– ¿Qué?¿Miriam? – Preguntó débilmente. Sus labios comenzaron a temblar al igual que sus manos y sintió que alguien tomaba su corazón para apretarlo con tanta fuerza que podría desintegrarlo. El padre de Rebecca había muerto. – No. Por favor, no te vayas – Los pasos de la muchacha retrocedieron hasta que su espalda chocó con la fría pared ubicada detrás de ella. Las lágrimas de la joven se deslizaban velozmente por encima de su rostro y luego, su mano se posicionó encima de su pecho, como si le suplicara a su corazón no se detuviera. – Prometiste que no me dejarías, no puedes dejarme sola – El rostro de Rebecca se elevó en dirección al techo y pronto, comprendió que no había nadie ahí para escuchar sus palabras. Richard no se despegó de su lado desde que era apenas una recién nacida. Le enseñó a andar en bici, le enseñó a leer, la cuidó cada noche que la pequeña tuvo fiebre, la apoyó en cada uno de sus sueños y la impulsó a ser mejor. Él era todo lo que ella tenía y ahora, se había quedado sin nada. La única persona que cuidó de ella, que la protegió y amó en toda su vida, había dejado de existir.

Rebecca caminó hasta llegar al mueble de vidrio en el que descansaban las botellas de alcohol. Seguidamente, tomó una botella de tequila con una de sus manos y una botella de vodka con la otra y luego, una decena de cristales se esparcieron por el suelo de la habitación. La garganta de la joven emitió un grito desgarrador mientras las botellas impactaban contra el piso del lugar. En ese momento, Lety y Dan se hicieron presentes.

– Él se fue y ni siquiera pude despedirme – Su mirada, llena de lágrimas que entorpecían su vista, se encontraba completamente pérdida. Entonces, sus acompañantes observaron el cuerpo de la muchacha desvanecerse hasta caer de rodillas encima de los pedazos punzantes. Lety y Dan se apresuraron a levantarla y llevarla hasta el sillón, donde tomaría asiento para que los presentes intentaran retirar los elementos incrustados en su piel. Tanto el hombre como la mujer limpiaron las rodillas sangrantes de Rebecca mientras lágrimas silenciosas emergían de ambos pares de ojos. Ellos también habían perdido a un gran amigo.

Acto seguido, la cantante se encontraba en la clínica donde su padre había pasado los últimos momentos de su vida. Su cuerpo se movía perezosamente a través del pasillo mientras pensaba en lo insulsa que era la vida. Rebecca era una de las personas con más dinero en todo el país y aún así, no podía comprar lo que más anhelaba.

– ¿Señorita Roux? – Una enfermera se acercó a ella – Siento mucho su pérdida.

– ¿Por qué llamaron a Miriam antes que a mí? Yo debía estar aquí – La voz de la muchacha era apenas un murmuro y su vista se encontraba fija en la nada.

– Creímos que la señora Miriam era su familiar directo.

– Pues se equivocaron. Mi padre nunca se casó con ella – Los ojos de Rebecca comenzaron a humedecerse nuevamente – Dime, ¿Ella sostuvo su mano durante sus últimos momentos? ¿Ella le dijo que todo estaría bien? ¡Por supuesto que no! ¡Maldita sea!

– Señorita Roux por favor, cálmese – El pequeño cuerpo de la enfermera comenzó a retroceder con precaución ante la reacción de la morena.

– ¿Cómo demonios te atreves a pedirme eso? – Seguidamente, Rebecca tiró uno de los carros ubicados al costado del pasillo y un par de jeringas, gasas y elementos de esterilización se esparcieron por el piso. Lo último que ella vio, fueron unos hombres que la sostenían de los brazos mientras le inyectaban algo que le causó un terrible adormecimiento.

Wildest Dreams - Tom Kaulitz (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora