Parte 34

506 61 3
                                    

Narra Wanda

-¡Andrea!- escucho la voz de Peggy

Ou

Me la guardo rápido y se baja colocándose bien la falda

- no es lo que parece- habla

-por eso está eso en el suelo- señala su tanga e intento que no se note mi risa

- perdon- pide y Peggy me mira a mi

- si si, perdón un calentón tonto- hablo

- que no vuelva a ocurrir, todo es de cristal- gruñe

- vamos, has tenido que hacer lo mismo con Steve - murmuro

- Wanda - me regaña Andrea

- va, iros ya a acabar con lo que estuvieseis haciendo- se queja y sale del despacho

- acabar dice...- murmuro y se agacha a por su ropa interior - no te la pongas- me acerco

- vámonos - habla recogiendo y así lo hacemos

Bajamos por el ascensor y me acerco a besar su cuello

- Wanda basta- me separa avergonzada

- vamos, nos a pillado una de tus mejores amigas, es sexo, puede vivir con ello- la miro

- no se que me pasa contigo... Mira que te dije que en la oficina no - cierra los ojos

- me he imaginado mil veces hacerlo aquí contigo- copio sus palabras y me pega en el brazo

Nos reímos y llegamos al parking

- conduces tu- me da las llaves

- hecho - contesto contenta y caminamos al coche

Yo no me arrepiento...

He manchado un poco mis pantalones pero ha merecido la pena vamos

Conduzco hasta su casa

¿Habrá algún momento de mi vida donde yo tenga una casa? Mía

Lo dudo

Aparco en su plaza y nos bajamos

-¿Tu madre es viuda?- pregunto y me mira- es decir, si estaba con tu padre cuando murió- añado

- si - contesta rapido- mi padre siempre ha estado con nosotros, era muy cercano- sonríe de lado

No contesto

-¿Los tuyos?- pregunta

- los míos siempre han tenido preferencia hacia Pietro

-¿Pero antes de lo de tu hermano te trataban así de mal?- pregunta

Llegamos a su casa

- al menos me hablaban... Pero si, yo era la oveja negra, la que jamás quisieron, cuando mi madre estaba embarazada le dijeron que solo venía uno, Pietro, pero aparecí de sorpresa en el parto- suspiro- desde ahí... Todo mal

Suspiro

- los juguetes se los compraban a él, solo podía jugar con los que me dejase, yo jamás pude jugar a fútbol o baloncesto, me metieron a ballet... Que incómodas son las mallas- se ríe un poco

- ¿y con tu intersexualidad jamás te han dicho nada? - abre la puerta de su casa

- no la verdad, con eso me han ayudado y comprendido, es una malformación así que... La culpa teóricamente es de irina- me encojo de hombros - o así lo ven ellos

- que injusto - murmura

- ya ves tú... Ha sido el pan de cada día, pero no hermano siempre nos ha visto como un equipo, si aún lo tuviera aquí...- suspiro triste y se acerca

Nuestra MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora