El carruaje avanzaba con un silencio casi tormentoso, atravesando el camino que llevaba a Rocadragón. En su interior, tres figuras se encontraban inmersas en sus propios pensamientos. Alicent, con su mirada perdida en el paisaje que se deslizaba más allá de la ventana, Aegon, con su rostro serio y pensativo, y Lucerys, cuyas manos acariciaban su vientre con una mezcla de nerviosismo y emoción.
Lucerys estaba ansioso por volver a ver a su madre y a sus hermanos. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que los había visto y la emoción de volver a estar con ellos era abrumadora. Pero también había un sentimiento de culpa y arrepentimiento que no podía ignorar.
Para la ocasión, Lucerys había elegido un atuendo que era de un rojo intenso, un color que evocaba la pasión y la fuerza. El material era suave y ligero, cayendo sobre su cuerpo de una manera que acentuaba su figura sin ser demasiado revelador. Las mangas eran largas y sueltas, terminando en puños delicadamente bordados con hilos dorados que brillaban sutilmente a la luz.
Los pantalones eran oscuros, casi negros, hechos de un material resistente pero flexible. Se ajustaban a su cuerpo de manera cómoda, permitiéndole moverse con facilidad. Las botas, del mismo color que los pantalones, eran de cuero suave y estaban adornadas con pequeñas hebillas de plata.
El anillo que llevaba en su mano era una obra de arte en sí mismo. Hecho de oro y decorado con pequeñas piedras preciosas, tenía la forma de un dragón enroscado. Los ojos del dragón eran dos rubíes brillantes que parecían mirar al mundo con una intensidad ardiente.
Pero lo que realmente hacía que el atuendo de Lucerys se destacara era la capa que llevaba sobre los hombros. De un rojo más oscuro que el traje, estaba bordada con hilos de oro y plata, formando intrincados patrones de dragones y llamas. La capa era larga, llegando hasta el suelo, y se movía con gracia cada vez que Lucerys se movía.
El omega quería demostrarle a su madre que todo estaba bien, que había crecido y madurado durante su ausencia. Pero también quería ocultar la verdad, el arrepentimiento que sentía por haber tenido relaciones con Aemond y haber engañado a Aegon.
Y había algo más, algo que solo Lucerys y Aemond sabían. Estaba esperando un hijo, un hijo que estaba seguro que era de Aemond. Y Aemond también se dirigía a Rocadragón, pero en Vhagar, ajeno a la tormenta de emociones que agitaba el corazón de Lucerys.
Alicent frunció el ceño, fingiendo estar molesta por el viaje. "Rhaenyra es la que debería haber ido a la Fortaleza Roja. Al final, Lucerys espera a su nieto y puede perder al bebé en el camino", exclamó, intentando destacar las "preocupaciones" sobre el embarazo de Lucerys y la ausencia de Viserys en el viaje debido a su condición de salud.
Lucerys, en defensa de su madre, respondió con calma: "Es porque el embarazo de Daemon es delicado y corre riesgo de aborto". Para él, la salud de Daemon y de su medio hermana eran su prioridad principal. Además, estaba seguro de que su abuelo, Viserys, estaba siendo bien cuidado en la Fortaleza Roja.
Alicent chasqueó la lengua, como si estuviera molesta al oír que Daemon iba a darle un tercer hijo a Rhaenyra. Sin embargo, Lucerys decidió cambiar de tema, tratando de mantener el ambiente alegre. "Seguramente Viserys y Aegon deben estar más grandes y seguro que son mejores jinetes", comentó con entusiasmo, dirigiéndose a Aegon.
Aegon, sin embargo, optó por ignorar el comentario de Lucerys, emitiendo solo un ruido en señal de acuerdo sin prestarle mucha atención. La indiferencia lastimó a Lucerys, ya que Aegon había estado distante y frío desde que se anunció el embarazo.
Afortunadamente, el carruaje se detuvo en ese momento, interrumpiendo el incómodo silencio. La puerta se abrió y reveló que habían llegado a su destino. Alicent fue la primera en bajar, presentándose con la dignidad que correspondía a su posición de reina. Aegon la siguió, mostrando su estatus de alfa al bajar después de ella.
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Me perteneces Lucerys [Lucemond]
FanfictionLucerys Velaryon, un hermoso omega, es unido en matrimonio con Aegon para unir a las familias y terminar con las diferencias. Aunque inicialmente parecen estar encantados el uno con el otro, Lucerys tiene que soportar la infidelidad de su esposo, Ae...