Me perteneces Lucerys [Lucemond]

capítulo 9: Quince años de sufrimiento

La Danza de los Dragones fue la guerra civil más larga y devastadora que jamás haya existido en la Casa Targaryen, extendiéndose por quince años. Un conflicto surgió de la disputa sobre quién debía ocupar el Trono de Hierro tras la muerte del rey Viserys I Targaryen. La contienda principal fue entre Aemond Targaryen, el segundo hijo del rey, y su media hermana Rhaenyra Targaryen, una alfa con una reputación bastante cuestionable. La legítima heredero al trono de hierro...

Aemond, aunque no era el heredero tradicional, logró convencer a muchos de los señores de Poniente de que sería un rey más adecuado que Rhaenyra. Utilizando su astucia y habilidades diplomáticas, Aemond supo ganarse el favor de varias casas importantes. Argumentó que Rhaenyra, al bloquear el paso de los navíos, había causado hambre en el pueblo, lo que llevó a muchos a volverse en su contra y apoyar a Aemond. Este tipo de propaganda fue crucial para inclinar la balanza a su favor.

La guerra estuvo rodeada de numerosas idas y venidas. Los hijos de Rhaenyra, como Viserys Targaryen, Aegon Targaryen, y Joffrey Velaryon, participaron activamente en la contienda, aunque su juventud e impulsividad les costaron caro. Aemond, por otro lado, desarrolló nuevas armas con la ayuda de habilidosos herreros, creando artilugios capaces de matar a un dragón de un solo disparo.

Los llamados "semillas de dragones", bastardos Targaryen con habilidades para montar dragones, inicialmente apoyaron a Rhaenyra. Sin embargo, a medida que la guerra avanzaba, muchos de ellos cambiaron de bando y se unieron a Aemond, atraídos por promesas de poder y recompensas. Un cambio de lealtades fue un golpe devastador para Rhaenyra, debilitando su posición militar y política.

Rhaenyra, confinada en Rocadragón junto con su esposo Daemon,aferrándose a los únicos hijos que le quedaban: Jacaerys Velaryon y Visenya Targaryen. La fortaleza de Rocadragón se convirtió en su último bastión de resistencia.

Mientras tanto, la Fortaleza Roja se volvió cada vez más segura bajo el reinado de Aemond. Rodeado de dragones leales y de su príncipe consorte Lucerys Velaryon, Aemond consolidó su poder.

Lucerys Velaryon, el omega que había terminado con la vida de su primer esposo, Aegon II Targaryen, nunca recibió castigo por sus actos. Ante los ojos de todos, quedó libre de culpa. Sin embargo, Aemond Targaryen, ahora rey, se casó con él, cumpliendo un deseo que había albergado por mucho tiempo. Como monarca, Aemond podía obtener lo que quisiera, incluyendo al omega de su hermano.

Para Lucerys, el matrimonio con Aemond se convirtió en una pesadilla. De estar amarrado a Aegon, pasó a estar atado a Aemond, quien era completamente diferente a su hermano. Aemond era controlador, constantemente diciéndole a Lucerys cómo vestir, cómo hablar y cómo comportarse. No era el Aemond que Lucerys había conocido y con quien había sido amante; ahora, Aemond era su esposo y alfa de por vida, habiéndolo marcado como suyo.

Lucerys caminaba por los pasillos de la Fortaleza Roja, observando a su alrededor. Llevó una mano a su mejilla, donde un gran anillo en forma de huevo, de color verde, brillaba.

Lucerys vestía un elegante jubón de terciopelo verde oscuro, ajustado a su figura, con botones de oro que recorrían todo el frente. Los pantalones, también verdes, eran de un tejido grueso y resistente. Los bordados del dragón Targaryen en amarillo brillante adornaban tanto el jubón como los pantalones. Sus botas de cuero negro, pulidas hasta brillar, completaban el atuendo. Esta era la ropa que Aemond lo obligaba a usar. Ya no era el joven despreocupado de antes; ahora era un adulto.

"Disculpa," dijo Lucerys a una sirvienta, quien inclinó la cabeza con respeto.

"¿Has visto al príncipe Maegor?" Preguntó Lucerys con impaciencia. Aemond había asignado a Maegor como su copero, pero él era un chico difícil.