capitulo 7: Traidor

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El capítulo se centrara más en Aegon pero después será solo la tóxica relación de Aemond y Lucerys....será un capitulo corto.


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Aegonse encontraba en una habitación lujosamente decorada, rodeado de cojines y almohadones. Sentado frente a él, Maegor que escuchaba atentamente mientras Aegon le contaba la historia de Maegor el Cruel, uno de los antiguos alfas Targaryen. El niño parecía disfrutar de cada palabra y de su padre, quien acariciaba con ternura las pequeñas manos de Maegor.

Después de terminar la historia, Aegon acarició el cabello rubio y ligeramente ondulado de su hijo, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. En ese momento, un pensamiento doloroso cruzó por la mente de Aegon. Recordó que él y Lucerys, aún dormían en habitaciones separadas, a pesar de todo sabía que se merecía la indiferencia del omega.

También Aegon recordó las palabras de Aemond, quien le había mencionado que Lucerys tenía un amante. La idea de que su esposo pudiera estar con otro alfa durante las noches era dolorosa para Aegon. A pesar de que intentaba mantenerse fuerte y confiar en su relación, la inseguridad y los celos lo invadían en momentos como este.

"Nunca pensé que estarías aquí", susurró Aegon, recostándose junto al bebé que jugueteaba con burbujas de saliva. "Ha pasado un año desde que me casé con Lucerys, y creí que nunca tendríamos un hijo. Pero aquí estás tú, eres una parte de mí y llevas mi sangre. Es extraño verte, pero también me hace sentir orgulloso de una manera extraña".

Aegon secó la lágrima que había caído, sin estar seguro de por qué había llorado. Tal vez, en lo más profundo de su corazón, anhelaba ser el padre que Viserys nunca había sido para él.

"Esta noche dormirás en mis aposentos y te leeré las historias que más te gustan", le dijo Aegon a Maegor. El niño no mostraba interés en los juguetes o los bufones de la corte, lo único que lo calmaba eran las historias de Aegon el Conquistador y de Maegor el Cruel.

En ese momento, la voz de su madre resonó detrás de él, con los brazos cruzados. Aegon se sobresaltó al verla. La reina rara vez se tomaba la molestia de visitar a su nieto, lo cual solo aumentaba el resentimiento de Lucerys, quien se ganaba los favores y beneficios de su abuelo.

"Madre, estoy trabajando en solucionar las cosas con Lucerys", respondió Aegon, sintiéndose culpable por permitir que Lucerys mantuviera aventuras secretas con un supuesto amante, según las palabras de Aemond.

"No cabe duda de que estás haciendo un esfuerzo por resolver las cosas", comentó la reina, refiriéndose a los rumores que circulaban entre las casas nobles de que el matrimonio entre Lucerys y Aegon iba de mal en peor. Este asunto mantenía inquieta a la reina, especialmente porque el príncipe Aemond rechazaba a todas las doncellas que se le presentaban como posibles esposas.

"Además, Lucerys aún se está recuperando del parto...", intentó argumentar Aegon.

"Pero lo primordial es resolver tu matrimonio", interrumpió la reina con firmeza. "He organizado una cena para que puedan resolver sus asuntos. Mañana no quiero escuchar otra palabra sobre tu mal matrimonio". Con esas palabras, Alicent salió de la habitación, azotando la puerta y dejando a Aegon molesto y preocupado por lo que le esperaba.

"Bien, volvamos con Lucerys", suspiró Aegon resignado.

Aegon llevó al pequeño Maegor a los aposentos de Lucerys , que estaban a dos habitaciones de distancia de los suyos. Mientras acariciaba las mejillas del niño, Aegon notó algo extraño: no había guardias en las puertas. Preocupado, entró y se encontró con una escena inusual. Lucerys estaba sentado en la cama, sonrojado y agitado, con los labios hinchados. Un poco más lejos estaba Aemond, también visiblemente alterado.

Me perteneces Lucerys [Lucemond]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora