"Huele rico." Vegetta olió desde el umbral de la puerta el pan recién salido del horno, ignorando lo paranoico que Luzu estaba detrás suyo.
Desde que salieron de la gran mansión, Luzu había interrogado a Vegetta por el repentino cambio de querer salir de la seguridad de su casa de un día para el otro, el azabache esquivando cada pregunta con gracia.
Vegetta estaba más preocupado pensando en los eventos más tempranos, y de ellos solo nacían más preguntas.
¿Por qué realmente fue traído y seguía en el mundo de "The Sins of a Prince", si su papel fue completamente cambiado? ¿Qué necesitaba esta realidad de él?
"Si... hacen buenos panes y bizcochos." Luzu abrió con cuidado la puerta del local, dejándole pasar.
El lugar era una panadería, decorada de manera hogareña y con largas vitrinas mostrando diferentes tipos de postres que con solo verlos se le hacía agua en la boca.
"Todo lo que es salado que no sea pan solo es preparado por el dueño de manera separada." Luzu hizo un ademán con las manos para que Vegetta le diera la larga capa morada que usaba, pero el menor se negó. Luzu solo alzó los hombros, los dos ignorando cómo ciertos comensales los veían con admiración y sorpresa. "La última vez que hice un pedido, dijo que había traído una nueva receta de algo llamado pizza."
Vegetta soltó un oh~ emocionado. Aunque sea algo de su mundo habían traído al QSMP.
Ambos se acercaron al mostrador vacío, por lo que el castaño tocó la campana pequeña sobre el mueble para ser atendidos, solo para que un niño de piel oscura y cabello negro salga corriendo desde adentro, un par de cuernitos sobresaliendo de su cabeza y con un curioso sombrero sobre ella.
"¡Bienvenidos a Chico Malo Panadería! ¿Cómo los puedo ayudar?" Vegetta no se aguantó el aw al ver la ternura que emanaba el pequeño, que no podía tener más de 10 años ni menos de 5.
¿Contaba como explotación laboral infantil si se le veía tan feliz de tener que atenderlos?
"¡Hola! Mi amigo hizo un pedido hace unos días para hoy, y deseamos recogerlo. ¿Puedo preguntar quién nos atiende?" Vegetta contestó al niño, cuya carita se iluminó con gran felicidad.
¡El joven más lindo que había visto en sus cortos años de vida le preguntaba por su nombre! Ninguna de las personas a las que había atendido durante el día lo había tratado tan bien como el de ojos morados frente a él.
Luzu soltó una risita al ver cómo el chiquillo se quedaba encantado con Vegetta.
"¡Soy Dapper! Es un gusto conocerlo."
"Genial, Dapper. ¿Crees que podrías conseguir el pedido por nosotros?" Vegetta le guiñó un ojo como si estuvieran compartiendo un secreto.
"¡Sí, joven— eh—!"
"Llámame Vegetta, y el pedido es de mi amigo Luzu." Luzu dejó de recorrer con su mirada el local, identificando posibles amenazas, para voltear hacia el pequeño y saludarlo con un gesto de su mano. "No hay necesidad de formalidades con nosotros." Dapper asintió e inmediatamente entró por una puerta a conseguir el pedido de los jóvenes amables que le había tocado atender.
Vegetta siguió admirando los postres decorados, mientras Luzu seguía vigilando de cerca a los presentes en la panadería, muchos de ellos evitando su mirada.
Todos menos dos personas sentadas en la misma mesa, sus miradas observándolo en respuesta, una sonrisa socarrona sobre el joven más bajo con alas pero una sonrisa más suave en el joven de cabello ruloso.
Sus pensamientos y los de Vegetta fueron interrumpidos con la voz de un desconocido.
"¿Vegetta de la casa 777?" Era una voz masculina. Ambos voltearon a ver a un joven de cabello marrón y ojos grandes, mientras otro par ojos más chiquitos se posicionaban debajo del primer par, como una arañita. "Es un milagro verte fuera de tu casa en época libre de torneos."
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¡Oye, extra! [Fooligetta]
Fiksi PenggemarDebido a un infortunado accidente, Vegetta despierta en una novela cliché de romance como un extra. Un villano menor extra (casi diminuto) que solo aparece a penas inicia la obra, dando paso a que el protagonista y el principal interés amoroso se co...