Miraculus: Alpha y Omega

Capítulo 1: Miedo y Peligro

            "En aquel momento, supe que las cosas se podrían cada vez más difíciles. Que tendría que estar a la altura. Que tendría que estar dispuesta a arriesgarlo todo con tal de cumplir con mi propósito. No estaba sola, pero el mal cada vez cobraba más y más fuerza. Lo que nunca pasó por mi mente, fue que en un futuro, las cosas mejorarían de una manera superlativa... pero para llegar a ese futuro, primero tendría que sobrevivir al tormentoso presente..."

- Ladybug.

...

            El sentido de urgencia de un héroe muchas veces implica el llegar a tiempo o no. Estar en el lugar instantes antes o un par de minutos después, fácilmente implica el poder salvar vidas en peligro, o bien llegar solo para contemplar el final del desastre. Cat Noir, un héroe que, si bien tenía un carácter bastante despreocupado y humorístico, en aquel momento se veía dominado por la abrumadora sensación de pánico, impaciencia por llegar a aquel hospital en tiempo record, lo cual sería más sencillo si las nauseas no le estuviesen jugando en contra a causa de la siniestra aura que podía percibir incluso desde aquella distancia. No sabía si aquel olor se había esparcido por todo París, o si sólo él tuviese la capacidad de percibir aquel aroma nauseabundo e irritante que le guiaba hacia su destino. Saltando por tejados, eludiendo carteles publicitarios, ejecutando maniobras de parkour y tomando cada atajo posible o conocido con el único propósito de ganar tiempo; se acordó de forma fugaz de una cosa: él no tenía idea de qué tan diferente o poderoso sería aquel enemigo en comparación con los Akumas de antaño. 

            Recordaba haberse transformado al momento de haber visto las noticias; sin pensarlo, sin un plan, sin ninguna estrategia. Ese tipo de sutilezas, por lo general, las dejaba en manos de Ladybug, pues se le daban de forma excelsa el idear todo tipo de planes y soluciones, cosa que Cat Noir admiraba a sobremanera. El detalle residía en que no podía comunicarse con su compañera. Ésta no contestaba su teléfono, si es que al yoyo multiuso se le puede considerar como tal, y por lo tanto estaba ante la incertidumbre de cuando aparecería ¿Cómo pelearían contra un rival que desprendía semejante aura vomitiva? La peor parte era que Plagg estaba en lo cierto, tanto el Kwami como el portador del miraculus de la destrucción parecían ser bastante propensos a percibir de forma muy notoria aquellas abyectas energías. Pero todo habría valido la pena si sus esfuerzos le permitían salvar a los ahí presentes, incluyendo a Marinette.

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Minutos antes...

            - Tiene que ser una broma... - Marinette palidecía con sus ojos como platos.

            - Marinette... tú... - Empezaba a decir Tikki.

            - No... No me puedo transformar... - Una punzada de dolor súbita y fugaz se apoderó por un breve momento en el pecho de la chica, haciendo que esta se dejase caer sobre su trasero mientras se llevaba una mano a su regazo como acto reflejo.

            - ¡Marinette! ¿Estas bien? - Preguntaba Tikki exaltada.

            - Me siento... rara... - Sentía que sus energías disminuían poco a poco. Una sensación previa a la fiebre se asomaba al son de sentir un ligero escalofrío que le recorrería por todo su cuerpo - No... No se... - Una ligera punzada de dolor en la cabeza le corto brevemente la idea de lo que iba a decir - No se que me pasa... Tikki, no me siento bien -

            - Lo bueno es que estamos en un hospital - Tikki trataba de sonar optimista, solo le faltaba un aire de realismo considerando la situación.

            - Necesito... solo un momento - Desconocía totalmente el origen de aquellas molestias. Lo que se hacía más notorio era su clara sensación de falta de aire - Necesito salir un momento - Durante unos breves instantes, Tikki tuvo la fugaz intención de reprochar, más al ver el rostro enrojecido de las mejillas con notoria sudoración de su portadora, decidió reservar sus comentarios para otra ocasión.