Capítulo 4

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Cerré de inmediato la boca al ser consciente de que la tenia abierta más de lo normal. Quedarme quieta y sin decir nada era mi única salida. Si finjo que soy una estatua mejor, ¿no?

—Perdón, creí que habías dicho mi nombre —repitió al ver que yo era aparentemente muda. Vale, no es tonto.

"Vamos Winter, se valiente"

—Si, es que te he visto en ese cartel y... —señalé la publicidad sin saber qué más decir.

Él lo miró de reojo y asintió, asomándose una sonrisa amistosa que me permitía ver sus bonitos hoyuelos. Sus malditos hoyuelos.

—Así que si que te acuerdas de mi... —dio unos pocos pasos para acercarse a mi y quedar a una distancia prudente para una conversación—. Ayer, pensé que no me reconociste.

—Es que ayer no me encontraba muy bien que digamos.

Me picaban las manos de los nervios y solo podía observar cada detalle suyo y mirarlo de arriba a abajo. Lucía igual que en el cartel publicitario, solo que ahora su pelo cenizo tenía un peinado más relajado, acorde con su vestimenta puesto que llevaba ropa deportiva. ¿Quién hace deporte a esta hora?

—Lo raro es que tú te acuerdes de mi —se me escapó dicho pensamiento. Por suerte lo había dicho como un susurro para mi. Pero lo escuchó.

—Tu mirada no es como para olvidar —inmediatamente corté el contacto visual. ¿Qué es esto? Desde su manera de hablar hasta su esencia a canela que el viento empujaba hacia mi, me hacían sentir tonta—. ¿Ese es tu bus? —preguntó sacándome de mi ensimismamiento provocado por él.

Justo cuando vi el autobús, este ya había pasado de largo. Efectivamente, era mi bus y efectivamente, lo había perdido.

—No, no era ese —mentí para no parecer idiota. Ahora me tocaba esperar una hora o irme caminando a mi casa, unos 40 minutos de camino a paso rápido.

—Mmh... no llevo mucho tiempo viviendo por aquí pero te puedo asegurar que a estas horas solo pasa ese bus —y se giró para leer el cartel de la parada—. También lo indica aquí.

Agh, listillo.

—Bueno... Es que yo me iba a ir caminando —me levanté e intenté rescatar la poca entereza que me quedaba.

—¿Quieres que te lleve?

—No hace falta, gracias —empecé a caminar y pensé en decirle adiós pero al ver que él se acoplaba a mi paso supe que de momento esto no iba a ser una despedida.

—¿Seguro? No tengo el coche lejos.

—Me gusta caminar.

—No conozco a muchas chicas que les guste caminar solas de noche.

—A mi si, me permite pensar... mientras respiro aire puro —inventé.

—¿Pensar en mi? Por ejemplo —más que una pregunta fue una afirmación.

—No —me lanzó una mirada divertida—... No del todo.

—Pues parece que-

El sonido de un cláxon muy familiar le interrumpió y al girarme, vi el coche de Mark. ¿Acaso tenía un radar o algo que le avisaba cuando yo me sentía en peligro?

—¡Winter, sube que te llevo! —dijo cuando asomó su cabeza por la ventana asemejándose a un perrito.

—¡Voy! —le contesté pero al parecer Jaehyun todavía no había terminado de hablar.

—¿Él es tu novio? —me susurró al pasar por su lado y me detuve ahí mismo. Su olor... lo sentía demasiado cerca.

Igualmente eso era algo que no debía de importarle pero...

The Rainy Night || Jaehyun NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora