Bajo mi piel [Bellamione]

Capítulo 30: Revelaciones

Maratón 3/?

"¿Cómo estás?" Minerva preguntó, haciendo gestos para que Hermione se sentara frente a ella en la oficina mientras dos tazas de té se derramaban.

"Cansado". Hermione respondió con una sonrisa irisa, aferrada al pequeño mango mientras añadía una pizca de leche.

"Me lo imagino. De hecho, la semana pasada ha sido bastante larga".

"Realmente lo ha hecho, sobre todo para Bellatrix".

"Ah. Sí, por supuesto". Minerva sonrió, sus ojos de un verde vivo a la luz de la tarde. "Me temo que esta terrible experiencia la empujará más allá de sus límites".

Hermione asintió, colocando la taza hacia abajo y inclinándose hacia atrás en su silla mientras consideraba las implicaciones de las palabras de la directora.

Durante las largas noches en las que Bellatrix había dormido y se había quedado junto a su cama, todo lo que Hermione había tenido como compañía era un libro o sus pensamientos, y su lectura había caído en el camino, excepto para el descubrimiento de la maldición. Los minutos se habían convertido en horas y luego se habían enrollado hacia adelante a través de un sueño inmóril antes de que el proceso se repitiera noche tras noche y su mente se hubiera caído por la madriguera del conejo y hubiera golpeado el fondo donde se había roto de manera bastante espectacular con todas las formas en que la bruja oscura podría reaccionar a los eventos de esa noche;

Ella tragó y miró hacia la escalera de metal que se elevaba al nivel de arriba, notando los detalles metálicos en la barandilla mientras su cerebro estaba inactivo.

"¿Ella... te ha dicho algo sobre la maldición a la que me refiero?" Preguntó Hermione, después de varios minutos de pasar en un silencio acompañante.

"No en ciertos términos, no". Minerva respondió, tomando otro sorbo de té, aparentemente incapaz de quitarle la mirada de Hermione como si estuviera esperando algo.

Hermione se movió, cruzando su pierna derecha sobre su izquierda mientras alcanzaba su taza, girándola en la palma de su mano y centrándose en el calor que proporcionaba mientras hablaba.

"He pedido hablar con ella esta noche al respecto. Sobre todo, de verdad". Ella declaró en voz baja.

"Lo veo. ¿Así que Bellatrix es consciente de que sabes que la maldición tenía más que quitarla de tu brazo?"

Ella asintió. "Sí. ¿Cómo va la poción? Siento no haber venido antes a trabajar en ello".

"Oh, niño. Por favor, no te preocupes. Se está gestando muy bien y solo necesita una gota de veneno de serpiente todas las noches exactamente a las siete y siete". Minerva se mezcló suavemente.

"Gracias por... bueno... ya sabes".

La sonrisa de Minerva era cálida e hizo que Hermione se relajara debajo de ella, segura y sin juzgar.

"Cuando hablas con Bellatrix, ¿entiendes que ella tratará de negar lo que deseas desafiar?"

"No esperaría nada menos". Ella se rió tristemente. "Pero he leído el libro y me aseguraré de que ella lo sepa".

"¿Y estás preparado para decirle que sabes que está enamorada de ti?"

Hermione casi deja caer su taza de té, logrando sujetándola en sus manos mientras parte del líquido refrigerante se derramaba sobre sus dedos.

"Entonces lo tomaré como un no". Minerva se rió, terminando su propia bebida antes de volver a colocarla en su platillo.

"Lo siento, yo..." Hermione comenzó, su cara brillante. "Yo no...Yo..."