Player Vs. Player -Traducción- Reyna_is_epic

Capítulo 2: Jugador Uno Caído

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La expresión "quemar la vela por ambos extremos" era una con la que Marcy se había familiarizado infinitamente desde muy joven.

Para ser justos con ella, fue la simple biología la que la maldijo con insomnio, no sus propios deseos. Sin embargo, rápidamente encontró las mejores formas de aprovechar el tiempo extra que le habían dado. Convirtiendo en obsesión todo lo relacionado con los medios de comunicación (videojuegos, libros, cómics, programas de televisión, obras de teatro, literalmente cualquier cosa que pueda tener en sus manos) cualquier cosa que no sea avasalladora sería un flaco favor. Ella no solo consumió los medios, los devoró. Apenas unos meses después de su quinto cumpleaños, casi agotó el posible material de lectura de sus padres dentro de la casa y se cansó de ver las mismas siete reposiciones de Bob Esponja en su excusa barata de televisión. Así comenzaron los viajes quincenales a la biblioteca donde sacaba tantos libros como podía llevar.

Fue allí donde finalmente conoció a Anne y Sasha, y qué espectáculo debe haber sido para contemplar: una niña pequeña enterrada debajo de montones y montones de libros tan grandes como ella, con los ojos manchados de un tono inyectado de sangre permanente. Era un milagro que incluso se hubieran acercado a ella, y aún más grande que se hubieran hecho amigos.

(Por otra parte, tal vez era inevitable).

Marcy no se consideraba una persona espiritual, pero estar en Newtopia le había enseñado rápidamente algunas cosas: el mundo nunca es lo que crees que es, y siempre mucho, mucho más grande).

Su apetito por el conocimiento no disminuyó con la edad, y tampoco su insomnio. Se acostumbró a la sensación de ardor que se acumulaba detrás de sus ojos, aprendió a trabajar a través de la confusión que su cerebro ocasionalmente experimentaba después de pasar demasiadas horas despierta, y aprendió a obtener los preciosos minutos de descanso que podía cuando su cuerpo finalmente se consideró listo para ello. El insomnio se convirtió menos en una "condición" y más en una forma de vida, la única que había conocido.

Al llegar a Newtopia, rápidamente descubrió que había límites que ni ella misma podría haber predicho.

De repente, su cantidad promedio de sueño pasó de cuatro horas a dos. El ardor detrás de sus ojos se había intensificado hasta el punto en que tuvo que inventar gotas para los ojos por sí misma. La confusión con la que había aprendido a luchar ocasionalmente la abrumaba y la enviaba al suelo dondequiera que había estado parada. El sueño dejó de ser un recurso disperso pero precioso y se convirtió más en un lujo. Cuando no estaba con la Guardia de Caballeros, estaba investigando una forma de volver a casa, cuando no estaba investigando una forma de volver a casa, estaba entrenando para la Guardia, cuando no estaba entrenando para la Guardia, estaba mejorando sus herramientas, y así sucesivamente.

Pero estuvo bien. Creció, se adaptó, sobrevivió. La vida no era fácil, pero seguía siendo vida y, claro, tal vez a veces las formas en la distancia se verían más como nubes que como un peligro inminente. Y tal vez a veces las sombras saltarían y bailarían a su alrededor como llamas en un fuego, pero no dejaría que eso la detuviera. Este mundo tenía tanto que ofrecer, tanto que explorar, tanto que aprender que ella simplemente no podía.

Luego apareció Anne y Marcy agarró la vela con ambas manos antes de arrojarla directamente al fuego.

Dos horas de sueño se convirtieron en ninguna. Los dolores en sus ojos eran permanentes. La confusión en su cerebro, prácticamente aturdiendo la mente. Estaba segura de que si no estuviera corriendo con pura adrenalina y buggacinos, se habría derrumbado literalmente en cualquier segundo.

Pero donde su energía le falló, la de Anne no. Por cada segundo de miseria, había uno de luz porque Anne estaba aquí. Ella estaba aquí y estaba viva y estaba a salvo. Marcy realmente no se había dado cuenta de cuánto extrañaba su hogar hasta que la miró fijamente a la cara con ojos que conocía como la palma de su mano.