Capítulo 27: Chocolate sabor naranja

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Narra ____________

Alexander tenía una mirada brillante en los ojos al momento que venía caminando hacia nosotros, al mismo tiempo que Jonathan cerraba su libro y lo volvía a acomodar cerca del sofá donde estaba sentado.

Yo alcé una ceja mirando como Tatcher se iba acercando cada vez más rápido hacia nuestros lugares y una vez que estuvo a tan solo un par de pasos de nosotros, levantó su muñeca izquierda, mirando el reloj azul rey que descansaba en ella.

-Bueno, todo indica que ahora si vamos a poder partir. –Soltó aire por la nariz, despacio y en sus labios se formó un diminuto esbozo de sonrisa. –Y aún es temprano. Creo que sí podremos recuperar el tiempo perdido. Díganme... –Musitó, levantando la vista hacia los tres que estábamos en el sofá. –¿Ya saben cómo vamos a llegar hasta la tumba? –Arqueó una ceja, dirigiendo su vista a mí y luego, al escarabajo dorado que flotaba entres mis manos. –¿Qué es eso? –Inquirió, señalando la brújula.

-Es lo que nos llevara hasta la tumba de Akenaton. Ya que el mapa que tenemos realmente... solo funciona en tierra, por algo es un mapa. –Rodé los ojos y desvié mi vista de él, para seguir observando maravillada el escarabajo en mis manos.

Toda mi vida escuché hablar de este artefacto pero, siempre había creído que era solo un mito y el hecho de tenerlo ahora entre mis manos, técnicamente ya que estaba flotando, era como si volviera a mi niñez y escuchara a mi padre relatarme las historias de sus aventuras y expediciones. Sí, mi padre es arqueólogo, retirado, pero lo es y mi madre, historiadora. De tales palos, tal astilla. No cabía duda.

-Pero no entiendo. ¿Para qué nos va a servir esta cosa flotante? –Alexander se cruzó de brazos mientras que Jonathan observaba la escena con mirada seria.

-En primer lugar, no es "una cosa flotante." –Replicó Steven, haciendo comillas con las manos y dirigiendo sus ojos hacia los de Tatcher hijo, parándose a mi lado derecho. –Es la brújula del escarabajo dorado. Este fascinante artefacto puede guiarnos a las más antiguas y excepcionales reliquias de la antigua civilización egipcia, si es que deseas encontrarlas.

-¿Y dónde la consiguieron? –Preguntó él, alzando ambas cejas, intentando tomar la brújula con su mano pero yo alejé mis manos y él frunció el ceño.

-Fue un regalo de mi padre. –Respondió Layla, posicionándose a mi lado izquierdo. –Así que, deberías agradecer a Abdallah El-Faouly, porque gracias a su descubrimiento, es que tu expedición va a ser un éxito. Si la brújula comienza a apuntar hacia un lugar en específico es porque realmente en ese lugar, hay algo que vale la pena descubrir.

Yo observaba con atención la conversación entre Layla y Alexander aún con la brújula flotando sobre mis manos unidas entre sí, cuando me percaté que tanto Steven como Layla, estaban parados justo a ambos lados de mí, como si trataran de hacer una especie de barrera entre Tatcher y yo lo cual sin lugar a dudas, era para evitar que me arrebatara el escarabajo y nos matara a todos ahí mismo.

-Entonces, gracias a su padre, señorita El-Faouly. –Lanzó Alexander en un tono cortés, al mismo tiempo que volvía a mirarme a mí. –Ahora, ¿podrían ser tan amables de explicarme por qué señala hacia abajo?

-¿Qué acaso no es obvio? –Le respondí con otra pregunta, llevando mi mano derecha al bolsillo de mi pantalón. –Nos está indicando que debemos sumergirnos, debemos ir hacia abajo, a las profundidades, ¡a la aventura! –Exclamé emocionada, provocando que todos los presentes en la pequeña habitación me miraran extrañados, a excepción de Steven, quién me estaba observando con una de esas miradas tiernas que te derriten el corazón. –¿Qué? ¿Nunca han visto a alguien emocionarse por algo? –Pregunté rodando los ojos y Steven me sonrió.

En lo profundo del Nilo (Moon Knight y tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora