Capítulo 39: Regreso a casa

378 51 190
                                    

Narra _______________

No estaba segura de cuánto tiempo llevábamos ya de viaje, pero de lo que si estaba segura era de que mi espalda estaba contracturada debido a la mala posición que había tomado para dormir. Cuando abrí los ojos, lo primero que vi, fui a Layla cerca de mí, con su mano en mi hombro en un intento por despertarme, sin embargo, cuando vio que pestañé un par de veces tratando de que mis ojos se acostumbraran a la sensación de estar abiertos de nuevo, ella sonrió aliviada y se dirigió a unos asientos atrás a buscar a Santiago, o por lo menos, fue lo que me dijo.

Me estiré un poco, incorporándome en el asiento y giré mi vista para poder apreciar por la ventana un paisaje nuboso, por donde los primeros rayos de sol del día atravesaban, brindando claridad a la mañana.

Al ver a mi derecha, noté que a mí lado Marc seguía dormido. O por lo menos, eso era lo que pensaba. Ya debería de acostumbrarme a que cuando uno de estos hombres se duerme, hay una gran posibilidad de que el que despierte no sea el mismo que cerró sus ojos la noche anterior. Pero, debía de averiguarlo, así que me acerqué un poco a él, sacudiéndolo ligeramente por uno de sus hombros, mientras él giro su cuerpo hacía mí, pasando sus manos juntas debajo de su mejilla y soltando un murmullo imposible de comprender, causándome ternura.

Pase mi mano por su rostro, primero por sus rizos dispersos que volaban sobre su frente, luego por su mejilla y finalmente, por su barbilla. Dejé un beso en su nariz y fue cuando me di cuenta de que la persona que estaba ahora en el control del cuerpo era Steven. Y lo confirmé aún más cuando al besar su nariz un "Ma chérie, tu ne sais pas comment je t'aime, reste toujours avec moi. s'il te plaît ne pars pas..." (Mi querida, no sabes cómo te amo, Quédate conmigo siempre. Por favor no te vayas...") escapó de sus labios en un suave y delicado acento francés. Decir que sentí que el corazón se me derretía de amor, era poco.

Me acerqué lentamente a él, y acunando su rostro en mis manos para dejar un pequeño besos en sus labios, para después llamarlo con suavidad y tratando de no asustarlo al momento de que despertara.

-Steven. -Lo llame. -Mon amour... -Volví a llamarlo, esta vez peinando sus rizos hacia atrás. -Steven con V Grant, despierta... -Reí moviéndolo un poco más fuerte, manteniéndome cerca de su rostro.

Lentamente, sus ojos almendrados se fueron abriendo y cuando su mirada encontró la mía, se sobresaltó, levantándose de golpe del asiento donde estaba recostado y agitando sus manos con fuerza. -¡Los Dioses de la Éneada son nueve! -Exclamó en voz alta, parpadeando varias veces y con una expresión asustada en su rostro. -No... Espera, son siete. -Resopló, llevando ambas manos en su pecho, tratando de calmar su respiración.

Yo lo miré con ambas cejas levantadas. -Oye, ¿estás bien? -Le pregunté conservando mi tono bajo de voz. -No quise asustarte, solo quería despertarte porque creo que ya vamos a llegar a New York. -Expliqué, dejando mi mano en su hombro para guiarlo de nuevo al asiento de donde se había levantando y hacer que se sentara de nuevo. -Lo siento. -Una pequeña sonrisa apareció en mis labios, sentándome frente a Steven en uno de los brazos de los asientos y dejando mis manos sobre mis rodillas, mirándolo fijamente, quería preguntarle acerca de lo que había dicho estando dormido.

-Querida... ¿Por qué m-me miras así? -Steven jugaba con sus manos mientras un ligero rubor se asomaba por sus mejillas.

-Solo quiero preguntarte algo. -Le dije, volviendo mi sonrisa un poco más grande.

-¿Qué cosa? -Inquirió alzando una de sus cejas, y ladeando su cabeza.

-¿Por qué dijiste lo que dijiste cuando estabas dormido? -Cuestioné, acercando mi mano a la suya para tomarla entre la mía.

En lo profundo del Nilo (Moon Knight y tú) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora