Chapter 5: Something Broken

923 70 80
                                    

Tanizaki clavó sus uñas en la espalda de Odasaku, en este punto ya era prácticamente imposible regular su respiración. Si iba a ser así de intenso cada vez que tuvieran sexo, necesitaría tomarse una barrita de proteínas antes de cada encuentro sexual. El alfa siguió embistiéndolo dejándose llevar por sus más bajos instintos animales, como era propio en él. Decirle que se sentía bien, pedir más o pedir menos velocidad era complicado, a este paso se tendrían que aprender a comunicar mediante señas.

— ¡AH! ¡AAAH! ¡Mmm...! ¡AAAhmmm!

Dejó caer su mano de la espalda del alfa al colchón, pero este la tomó y la colocó sobre su mejilla. No hizo falta que dijeran nada más, conectaron miradas y juntaron sus bocas. Se separaron un momento, solo para poder perderse un rato en los ojos del otro y volverse a besar. No era común que los clientes con los que estuviera Tanizaki quisieran besarle y los que lo hacían eran bruscos así que no estaba seguro de estar usando de manera correcta sus labios. De todas formas no tendría ningún problema en que Odasaku le enseñase la manera correcta de hacerlo.

— ¡AAAAAAH! ¡A-ahí! ¡Ahí, ahí, ahí, p-por favor! ¡N-no pares por favor! — bajó las manos a su vientre, donde el bulto que formaba el miembro del alfa se marcaba y lo apretó, causándole a él más gemidos y al mayor un quejido.

— Tch... Yuki...

La mirada del chico se acabó nublando y un poco de su saliva escapó de sus labios. No sabía que estaba haciendo en ese momento, pero su boca funcionó sola, su cerebro no procesó lo que iba a soltar y simplemente habló.

— Juni...

El sonido de un móvil devolvió sus sentidos a Tanizaki y le hizo taparse la boca al percatarse de que casi le dice su nombre. Odasaku pareció no percatarse de la situación así que alargó la mano para tomar el móvil y ver qué era lo que pasaba. En otro momento lo habría ignorado, pero ya había sido mucho ignorarlo completamente durante una noche y una mañana entera. No podía acabar volviéndolo una costumbre. El omega aprovechó que Odasaku disminuyó la velocidad de sus embestidas para tomar aire.

— ¿O-ocurre algo?

— ¿Hmm? — despegó sus ojos un momento de la pantalla, aunque al final volvió a quedarse mirándola.

Era un mensaje de Dazai, sencillo y conciso y a él no le hizo falta saber más.

"Ven".

Cualquiera en su lugar se habría hecho varias cuestiones. ¿Dónde, cuándo y por qué? Pero él no necesitaba preguntarse tanto. ¿Dónde? Aunque se estuviera escabullendo, era horario de trabajo así que seguramente el sitio era Industrias Mori. ¿Cuándo? Pues no era tan poco caballeroso como para dejar a Tanizaki a medias así que se aseguraría de rematar la faena. ¿Por qué? No tenía ni idea, pero el trabajo es trabajo.

— O-oda-san... ¡AH!

El omega se aferró con fuerza a las sábanas cuando después de dejar caer su móvil en cualquier rincón, Odasaku le agarró con fuerza las caderas e incrementó la rudeza de sus embestidas. Esperaba que no fuera una urgencia y de serla, se tendrían que apañar sin él, no pensaba abandonar el cálido interior de Tanizaki cuando estaba a punto de hacerle ver las estrellas.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bloody Lovers [DazAtsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora