Chapter 4: River Flows in You

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El suelo comenzó a teñirse de rojo, la herida de bala en su costado mantenía un nivel preocupante de sangrado. Al estar tirada en el suelo, el líquido rojizo y con olor a metal había alcanzado sus rubios cabellos. De su boca comenzó a salir sangre y de sus ojos lágrimas. Estaba sufriendo y aun así, se la veía feliz, se la veía en calma. La persona que sostenía el arma cayó de rodillas al suelo con el rostro descompuesto. Las manos de la niña se estiraron hacia él en un inútil y pobre intento de alcanzarle.

— O... samu... — balbuceó con la sangre escapando de sus labios con cada sílaba. Sus labios temblaban y las lágrimas continuaban fluyendo. 

Los ojos de Dazai se abrieron de golpe, su espalda se despegó del colchón como si tuviera un resorte y comenzó a gritar sin saber bien ni quien era ni donde estaba. Sentía el sudor caer de su frente y empaparle completamente. Sus piernas se movían inquieta y sus manos se habían dirigido a su cabeza para tirar de sus mechones castaños.

— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

La garganta le comenzó a doler enseguida pero no podía parar de gritar, aunque estaba despierto, la imagen de la niña ensangrentada y tirada en el suelo seguía grabada a fuego en sus pupilas. Con tanto movimiento inquieto, acabó tirando la lamparita de la mesilla de noche al lado de la cama. La puerta de su habitación se comenzó a abrir poco a poco, dejando ver el rostro preocupado de Ozaki que tras observarle durante unos segundos con pena, se decidió por adentrarse e intentar tranquilizarle.

— Dazai. ¡Dazai!

— ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

— ¡Dazai! — viendo como era ignorada, Ozaki le agarró de cada muñeca y le obligó a dejar de tirarse del pelo — ¡¡Dazai!! ¡¡Estás despierto!! ¡¡No estás soñando!! ¡¡Reacciona!!

— Arf... arf... — detuvo sus gritos un momento, pero solo fue para tomar aire — ¡AAAAAAAAH!

— Dazai...

Viendo que era inútil, Ozaki se rindió y le abrazó, aunque sintiera como el castaño clavaba las uñas en su espalda en un intento de separarla. En momentos como estos, era cuando más extrañaba al ex-lider de la Port Mafia. Si tan solo siguiera vivo, le hubiera gustado preguntarle que debería hacer ante esta situación.  

Seguía siendo de noche, los ojos de Dazai viajaron hacia el reloj digital que reposaba en uno de sus muebles

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Seguía siendo de noche, los ojos de Dazai viajaron hacia el reloj digital que reposaba en uno de sus muebles. Las tres de la mañana, se preguntaba si Atsushi seguiría trabajando, ¿cuándo acababa su jornada? Apartó su mirada del reloj y la dirigió hacia el panorama nocturno de Yokohama que le otorgaba el enorme ventanal junto al sillón de una plaza donde se encontraba.

Ozaki se acercó a él, llevaba dos tazas de té. Tomó asiento en el otro sillón frente a él y le ofreció una de las tazas que tomó sin problema.

— Ten cuidado, quema — le advirtió para ponerse a soplar su té.

— Gracias — su voz salió ronca, después de todo había sido largo el rato que se tiró gritando hasta que se calmó.

Bloody Lovers [DazAtsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora