Su mirada se volvía a llenar de ira mientras me arrastraba otra vez donde estaba aquel hombre.
-Señor Polo, creo que mi nieta no ha sido muy cortes con usted, viene a disculparse- pone una voz dulce y amable a la vez que me lanza una mirada despiadada.
Al principio dudaba en pedir disculpas pero al ver la ira de mi abuela y sus miradas de reojo a Flor me decidido a obedecer.
-Disculpe señor Polo, no volverá a pasar- me inclino hacía delante en forma de disculpa.
Eso le hace reír.
-No te preocupes Zakia, eres muy joven por suerte tu abuela es la mejor educadora de aquí-
Mi abuela sonrie mientras lo toca sutilmente del brazo, nunca la había visto tan amistosa con nadie y el joven le respondía igual.
-El padre del señor Polo fue el fundando de nuestra organización junto a tu abuelo, Zakia. Es el hombre más importante de aquí, es el dueño de todos, todo-
Ese error de decir todos, no era un error. Mi abuela de verdad creía que las personas de aquí eran propiedad de él, es como ser víctimas de trata pero públicamente, todo el mundo conoce está secta y nadie hace nada, nadie nunca ha sacado ni un fallo ni una mala prensa, no puede ser tan perfecto siendo tan horriblemente crueles. Me limito a sonreír forzadamente.
-Doy una fiesta, traiga a su nieta, así aprende un poco más sobre nuestra organización y sobre nuestros miembros-
-Ay señor Polo, sabe que me gusta complacerlo, pero mi nieta quiere ir a clausura y no es bueno que sé rodee de personas ni fiestas- tenía expresión de sentirlo de verdad, el sentirse mal por no poder obedecer.
Polo frunce sutilmente el ceño, suelta una risa leve y rápida.
-Eso ya lo discutiremos querida, nos vemos más tarde. Un placer- lo último iba dirigido a mí.
-Igualmente- le contesto forzosamente.
Nos dirigen de nuevo a la habitación. Flor y yo estamos de acuerdo que la coincidencia de que este hombre llegará a nuestras vidas había que aprovecharla, era él que tenía toda la información y documentación en su poder. Se olía en peligro a kilómetros y tenía un extraño interés en mí, no era deseo de un hombre hacia una mujer, era otra cosa... Pero no era capaz de saber cuál. Teníamos que averiguar la verdad atraves de este hombre pero sin acercarnos mucho a él porque al contrario de Oziel que era un hombre al cual podías ver su oscuridad desde lejos, Polo llevaba una máscara llena de buenos modales y de sonrisas amables que escondía algo horrible.
A la mañana siguiente vino Samuel para llevarnos al hospital, Flor se emocionaba un poco aunque intentará disimularlo, me parecía adorable. En el camino insiste en que me revise un médico por mi problema de salud pero me niego rotundamente poniendo mil excusas, tenía marcas recientes y si las ve ahora no podría ayudar Janeth ni a los demás, los abogados de la secta eran demasiado buenos y nos faltan demasiada información y pruebas como para acabar con todo. Vaya, de nuevo intento salvar a todo el mundo mientras vivo en prisión, un deja vu constante era mi vida.
Una vez en el hospital Samuel acompaña a Flor a su revisión y yo voy a ver a Leo. Hoy me tocaba contarle todo lo que había pasado recientemente y el encontronazo con aquel hombre extraño. Era totalmente consciente de que Leo estaba en coma, que no podía oírme pero sentía tanta paz al hablarle que me era totalmente necesario. Me acariciaba el pelo mientras hablábamos.
-Ojalá, despiertes pronto. Tengo que confesarte que siento miedo, incluso más que cuando estuve encerrada la primera vez. No sé si podre salir ilesa de esto. Nos vemos pronto, Leo- le besaba la frente y seguía acariciando su cabello.
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Tienes que confesarte.
RomanceUna chica normal y de familia religiosa se ve envuelta en una serie de problemas que darán un giro peligroso a su vida, que le hará recordar que su vida anterior a su secuestro no era normal, había muchas heridas sin curar y muchos secretos ocultos...