Tras escuchar las palabras de Polo, un escalofrío me recorre todo el cuerpo y mis ojos no pueden apartar la mirada de él. Por su parte él estaba tranquilo, sin perder ni un ápice de cordura tras decir eso, esta eran las cosas que lo hacían realmente aterrador. Yo no era capaz de pronunciar ni una sola palabra.
—Zakia, no te pongas nerviosa. Te estoy advirtiendo, muchas personas no tienen la suerte de ser advertidos—
—Per...pero— trago saliva —pero, ¿Por qué eres así?—
La línea de sus labios que mostraba una leve sonrisa permanente, se convirtió en una línea recta lo que hacía que su rostro no expresará nada, ni felicidad, ni enfado, nada.
—¿Hacen falta motivos?—
—Conocí una persona que es fría y severa porque también perdió a su padre, pero en el fondo solo quiere alguien que esté a su lado y lo apoye en los malos momentos, en el fondo es buena persona—
Hablaba de Oziel, es un hombre que en el fondo solo necesita ser amado, no podía creer que alguien como él me tratará con tanta dulzura y luego hiciera como si nada, sé que es buena persona pero yo... Yo no. Al recordar a Oziel de esta forma mi rostro se sonroja levemente y sonrió, Polo se da cuenta en seguida.
—¿Crees que necesito a alguien que me apoyo en los malos momentos?—
—Sí— contesté sin pensar.
Soltó una carcajada leve, como un susurro, casi como un bufido, era la primera vez que no reaccionaba calculadamente.
—¿Me apoyaras en los malos momentos, Zakia?— intentaba recomponer su rostro y su tono de voz pero sus ojos estaban oscurecidos.
—Todos necesitamos a alguien, si usted lo necesita lo apoyaré— esta vez no lo dije sin pensar, mis palabras eran meditadas, quizás podría acercarme a la información que necesito.
—Eso es para débiles, ¿Me consideras una persona débil?— sus palabras eran escalofriantes.
Tenía miedo y no podía hablar, sentía que cualquier palabra que dijera podía apuñalarme en el momento. Me sentía indefensa, había pasado por cosas que dan miedo de verdad y fue valiente, ahora este hombre me hace parecer una niña asustada que solo puede negar con la cabeza ante sus palabras.
—Creo que te han dado muchas libertades por aquí y quiero averiguar porqué. Estoy segura que tu abuela no te permite todo por mimarte ni por amor a su nieta, eso lo tengo claro—
Sabía lo de mi abuela, sus abusos hacia mí y otras personas, él era el peor de todos. Aunque mi abuela sea fiel a sus órdenes, no le mantiene informado sobre mí y eso también me extraña, porque obviamente no es por amor a mi persona, es mujer me detesta aunque llevemos la misma sangre.
—Es momento de irse, mañana tendrás revisiones médicas y seguiras el tratamiento que te manden, me aseguraré de ello, Zakia— me sonreía pero no había amabilidad, era siniestro.
—Como usted diga—
No era la misma preocupación que puede sentir Flor por mí o como la sentía Oziel en su momento, no sé si era preocupación.
A mitad de camino, noto su respiración cerca de mi y como un leve susurro al oído me pregunta...
—¿Te has preguntado alguna vez por qué tu abuela te odia tanto?—
—No le caía bien mi padre, no aprobó que se casará con mi madre y mucho menos que me tuvieran a mí—
—Tu padre, ¿No?—
—Sí, pero él ya no está y yo no elegí estar aquí, no tengo la culpa de que ellos no se llevarán bien—
Mis palabras lo volvieron todo aún más frío.
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Tienes que confesarte.
RomanceUna chica normal y de familia religiosa se ve envuelta en una serie de problemas que darán un giro peligroso a su vida, que le hará recordar que su vida anterior a su secuestro no era normal, había muchas heridas sin curar y muchos secretos ocultos...