𝟎𝟓

459 53 11
                                    

229 a

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

229 a. C.

Cronos no era el modelo perfecto de padre, pero si algo le había dado era a sus hermanos que tanto amaba.

Hades había cuidado de sus hermanos menores desde que estos nacieron, pero aun así, la relación con sus hermanas era buena. Cuando nació, Hestia no lo había soltado por un buen tiempo por ser su primer hermano, Hera solo tuvo curiosidad por dejar de ser la menor, y Deméter, era Deméter

Sin embargo, sus hermanos menores tenían un lugar importante. En cuanto vio a Adamas por primera vez, amó profundamente al pequeño, y se aseguró de darle todo lo que su padre le había negado, empezando por el cariño y protección que tanto le hacía falta. Lo vio crecer y se aseguró de estar ahí en cada momento importante, ganándose a la vez el aprecio de su hermano. 

Cuando nació Poseidón, las cosas cambiaron por completo, para mal de Adamas y bien de Hades. Adamas al principio había estado emocionado por tener un hermano menor, pero para  Poseidón nunca fue más que una molestia. Poseidón solo lo despreciaba y le robaba la atención de su hermano, por lo que Adamas no estaba nada conforme con eso. Por su parte, Hades no podía estar más encantado con el pequeño niño. Ahora no tenía uno, sino dos hermanos menores. 

Con Zeus la historia había sido diferente. No tuvo la misma cercanía porque a él lo había conocido ya grande, pero después de enfrentar juntos a su padre, había conseguido establecer una relación.

Sin embargo, todo eso era diferente a lo que sentía ahora.

Al ver a su pequeño, Hades sintió algo completamente diferente a cuando nacieron sus hermanos.

Sintió dolor, un abrumador dolor combinado con una creciente alegría que lo dejó confundido. Su niño era hermoso, tan hermoso que provocaba en él un deseo de protegerlo sin importar qué. No dejaría que nadie se atreviera a ponerle mano, ni siquiera alguno de sus hermanos.

Su pequeño era un fuerte alfa y dios, sin embargo, eso no evitaba que Hades lo cuidara con tanto esmero.

Si bien una buena parte de los dioses, como Adamas, Perséfone y Hera —en menor medida—, se veían encantados con el niño, había otra parte que no estaba tan contenta con esto.

Beelzebub se encontraba en ese grupo.

No detestaba por completo al niño, pero tampoco terminaba por agradarle por completo, en especial porque no sabía de dónde había salido.

Hades era lo único que le quedaba, pero para él, Beelzebub no era lo suficientemente significante como para confiarle eso. 

Eso era lo que más le molestaba, y por ende, Sephyr también, al ser el origen de su molestia.

Con todo, Beelzebub no había dicho nada al respecto. Hades amaba en gran manera a su hijo, y si decía algo, solo conseguiría hacer enfadar al dios del Inframundo.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 - HaqinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora