Otra versión, otra vida.

Otra vez

Aún duda en creerlo, su cama, su habitación, los pasillos, la gente... Hay detalles que no recordaba, cosas a las que ni siquiera les había dado importancia, y ahora todo ha vuelto.

Wei Wuxian arroja una piedra al lago en un hábito nervioso que no ha podido contener, el muelle luce hermoso, las aves cantan sin parar, algunas se posan en el agua buscando alimento, y tal como dijo Jiang Cheng permanece vacío, la luz se refleja en el agua y puede oler los lotos que empiezan a florecer, aún no huele a sangre.

El agua repiquetea con una piedra particularmente grande que ha arrojado al agua.

No fue un sueño.

Se está volviendo loco por el estrés.

¿Qué se supone que debe hacer? Jiang QiYuan se fue hace más de una hora y no hay nadie con quién hablar.

Jiang Cheng le ha dicho que espere, que no debe actuar sin un plan y mucho menos hacer algo imprudente que acabe de meterlos en una tumba, le ha dicho que encontrara una forma de resolver todo y Wei Wuxian por primera vez en lo que parece una eternidad ha hecho lo que le han dicho, en parte porque quiere confiar en su shidi, creyendo que todo estará bien, pero también porque no sabe como arreglar las cosas.

«¿Qué se supone que hará el solo? —pensó —.Tan solo mira lo bien que salió la última vez»

A lo largo de los últimos años, a su mente han llegado miles de "hubiera", cuando está caminando en los senderos, cuando nada en los ríos, cuando bebe en las posadas e incluso cuando está por dormir en una habitación silenciosa. ¿Qué hubiera pasado si...? Lo cierto es que no se ha permitido pensarlo aunque la pregunta parece ahogarlo cada que aparece. El pasado está atrás, no sirve de nada el agotar su energía solo para torturarse a sí mismo por no haberlo hecho. Pero ahora, en este momento, el pasado no está atrás. Lo está viendo, incluso puede tocarlo.

Wei Wuxian aún no sabe cómo reaccionar ante lo que está sucediendo. Ha pasado apenas una noche desde que salió de ese lago, es imposible que sea un sueño o una ilusión, cada marca en su piel está justo donde debe de estar, el sol quemado en su pecho aún duele cuando se estira, es demasiado real, la voz y los rostros de sus shidis son demasiado nítidos, y si es honesto ya no recordaba como eran.

Faltan poco menos de diez días antes de que Wang LingJiao entre por las puertas del muelle, para que el agua del lago se tiña de rojo, solo son diez soles antes de que maten a todos y no sabe cómo decirlo sin hacer que todos piensen que está loco.

¿Y si lo dice y no cambia nada? ¿Es demasiado tarde? Un ejército no se organiza en cinco noches ¿Cierto?, y probablemente los barcos y la caballería Wen estén a poca distancia.

—Me estás mintiendo —dice Jiang Cheng, interrumpiendo su línea de pensamiento, ha terminado el entrenamiento de esa mañana —no puedo hacer nada si cada palabra que ha salido de tu boca es parcialmente una mentira, ¿crees que soy un incompetente? ¿Frágil e incapaz de soportar la verdad? ¡deja de ser un idiota Wei Wuxian! ¡Habla!

«¿Desde cuándo Jiang Cheng sabe que está mintiendo?»

—Desde siempre, idiota —exclama Jiang Cheng como si pudiese leer su mente —Siempre se cuando me mientes o cuando no tienes la verdad completa, solo elijo no preguntar.

La vergüenza y arrepentimiento hace que desvié la mirada. «¿Cuántas cosas ha dicho y Jiang Cheng decidió ignorarlas porque confiaba en él?».

—¿Y qué? ¿Guardarás silencio hasta que nos maten a todos? —Jiang Cheng se ve aún más enojado, sus manos están tan fuertemente apretadas que sus dedos están blancos — ¡Habla! Sabes que no creerán nada sin una buena razón.