𝕮𝖔𝖗𝖗𝖔𝖘𝖎ó𝖓 Ⅰ

Capitulo 11: Caja

Wu Lei, al teletransportarse, se acercó a una puerta negra y entró. —No pensé que sería tan pronto. ¿Cuál es la situación?—.

Shen Lin señaló en la maqueta la región costera del sur, colocando algunas piezas que parecían "personas" en el tablón, y comenzó a explicar la situación. —El reino vecino durante estos últimos años ha llevado a cabo pequeñas rebeliones controladas en otras regiones en secreto, y ahora tienen como objetivo tu pequeño pueblo para poder monopolizar la zona costera de esta región y tomarla como atajo para alcanzar su objetivo. Sus tropas se acercan con algunos participantes de las rebeliones, ya que no planean mantener sus acciones en secreto. Podrían llegar aproximadamente en dos días—.

Wu Lei cerró los ojos y guardó silencio por un momento, solo Shen Lin comprendió. —Por más que desees espiar en secreto, no podrás hacerlo. Uno de los dioses está apoyándolos, pero se desconoce quien. Solo se sabe que puede anular cualquier tipo de poder espiritual—.

Wu Lei se desanimó y se quejó. —No es difícil, pero esos bastardos me darán muchos problemas y no quería involucrarme en algo así—.

Shen Lin lo miró de reojo. —¿No quieres mi ayuda?—.

Wu Lei negó. —Tú me causarás más problemas si permito que luches, así que no, prefiero que sigas siendo solo un informante—.

(N/T: De "Calladito te ves más bonito" llega: "Así de informante estás más bonito").

Wu Lei sabía que Shen Lin tenía el título "El demonio del cielo", otorgado gracias a su forma sanguinaria de matar que parecía la de un verdadero demonio.

Durante la guerra contra el país vecino, Shen Lin, Qing Shan y él lucharon juntos. Shen Lin y Qing Shan destacaron como héroes debido a su manera rápida y eficiente de eliminar al oponente, lo cual llevó a que los guerreros les pusieran apodos. Shen Lin se enfocó en el éxito de la guerra, pero desafortunadamente los tres descubrieron guerreros infiltrados. Shen Lin los expuso ante los demás guerreros e incluso ante el general, pero el capitán y los guerreros no creyeron en sus palabras, ya que los infiltrados habían ganado su confianza hace mucho tiempo, lo que hizo que no dudaran en creerles. A pesar de las palabras de los demás, Shen Lin mató a los impostores y presentó pruebas de los crímenes. Hasta el día de hoy, algunos lo odian por haber matado a esos impostores, mientras que otros aún lo respetan. Si permitiera que Shen Lin participe, es posible que atraiga más atención y enemigos.

Shen Lin cruzó los brazos y le dio la espalda. —Si no necesitas mi ayuda, entonces en la proxi- —.

Wu Lei le colocó un Tom Yuen en la boca a Shen Lin. —No necesito tu ayuda luchando, pero sí la necesito en algo más importante, así que ten paciencia y escucha lo siguiente—.

(N/T: Tom Yuen: una pequeña golosina china hecha con arroz).

.....

Al abrir la caja, Hao Yinxi sacó un palo ovalado que era muy flexible al tacto y extrañamente rebosaba de energía Yin, lo cual afectó incluso su instinto, haciendo que inconscientemente empezara a absorber la energía como si estuviera respirando. A pesar de haber estado absorbiendo la energía durante mucho tiempo, su constitución se sentía igual, pero la mitad de ella rebosaba de energía. Esto será suficiente.

Hao Yinxi miró la caja y notó que no solo contenía el palo ovalado, sino también dos extraños frascos y una bolsa. Al abrir uno de los frascos, se acercó para olerlo, pero emanaba un olor extraño que le resultaba imposible identificar si era peligroso, por lo que decidió abrir el otro frasco. Sin embargo, tan pronto como comenzó a abrir la tapa, un fuerte olor afrodisíaco se extendió por su nariz. Hao Yinxi inmediatamente lo cerró y lo colocó de nuevo en la caja.

Hao Yinxi, quien trabajaba para el Emperador Oscuro y su maestro, siempre había sido entrenado y cuidadoso en lo que respecta a las relaciones entre las personas. Nunca había tenido contacto con nadie debido a una maldición familiar, por lo que cada vez que su raza de serpientes tenía que aparearse con otras para tener más serpientes, él siempre se escondía en una cueva prestada por su maestro para pasar todo el período de reproducción de su raza y evitar unirse con cualquier serpiente. Lo que dio como resultado que a lo largo de los años se contuviera, pero ahora que era solo un niño, su cuerpo reaccionó a esa sustancia, dejando atrás una abstinencia de muchos años. De todos los afrodisíacos que he tomado para desarrollar resistencia, nunca me tope con algo tan fuerte...

Su cuerpo se encontraba rígido e intentaba moverse, pero todo lo que conseguía era una reacción contraria de su cuerpo. Poco a poco, su cuerpo comenzó a retorcerse, haciendo que cada movimiento resultara estimulante. No puedo moverme demasiado...

Hao Yinxi recordó el frasco anterior y, sin dudarlo, lo tomó y bebió un poco. Después de unos minutos, su cuerpo dejó de estar estimulado por el afrodisíaco, y sin vacilar, guardó todo en la caja nuevamente y la volvió a colocar en el estante.

—ESE WU LEI ES REALMENTE UN PERVERTI- —. Antes de que terminara su oración, todo su cuerpo empezó a sudar frío y pronto el pequeño niño empezó a encogerse de dolor.

Mu, que estaba conversando con Shun, detectó inmediatamente la energía y se detuvo en seco.

Shun lo miró con preocupación. —¿Qué pasa?—.

Mu simplemente se quedó callado y, mirando a Shun, se acercó bruscamente para besarlo. Sus bocas se entrelazaron, lo que hizo que Shun se pusiera nervioso y comenzara a mover sus brazos. Mu retuvo sus brazos y profundizó aún más el beso, dejando sin aliento a Shun, quien no resistió y terminó desmayándose.

Mu cargó a Shun y lo colocó en una habitación de invitados para luego dirigirse hacia la habitación de Wu Lei, donde se encontraba Hao Yinxi. Sin embargo, lo primero que vio al abrir la puerta y quitar la barrera fue a un joven que parecía ser el niño de antes.