Capitulo 19: Shuǐ y Huǒ

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Wu Lei recordó que Dalai era solo un zorro y que, cuando conseguía sus presas, había una brecha. Wu Lei sonrió; él podría aprovecharse de esa brecha y de la debilidad de Dalai por tener amantes. Tomó con sus dos manos la que sostenía su barbilla y la bajó, susurrando suavemente: —No hagas estas cosas aquí... sería vergonzoso si alguien nos escuchara.—

Después de decir esto, se alejó de Dalai y de Qing Shan y Shen Lin, manteniéndose distante de ellos. Se agachó y se arrodilló; después de que lo hizo, los demás comprendieron y de inmediato hicieron lo mismo. Un hombre apareció y se acercó al trono que estaba ubicado enfrente; al sentarse, los observó con tranquilidad. Era el Dios de la armonía y también el emperador Supremo de los cielos. Su apariencia reflejaba la majestuosidad de los paisajes que lo rodeaban, con cabellos oscuros que fluían como cascadas en armonía con el viento y ojos profundos que contemplaban el equilibrio del universo.

Long Chen vestía una túnica celestial tejida con hilos de plata y adornada con símbolos antiguos que representaban la conexión entre el cielo y la tierra. Mientras que en sus manos sostenía un abanico de plumas de fénix, cuyas alas desplegaba para tejer el destino de aquellos que buscaban su guía.

Long Chen habló —Bueno, ya que están todos aquí, deberíamos empezar. Comience usted, Dios de la Espada Celestial Shen Lin—. Después de que Long Chen mencionara a Shen Lin, Wu Lei y Qing Shan se miraron al unísono; sabían que Shen Lin era muy abierto con sus emociones, por lo que solo pudieron suspirar pesadamente. Shen Lin miró al frente y comenzó a contar lo sucedido, saltándose lo de la píldora que suprime su poder para no ser percibido por dioses y también la parte de extorsión de Dalai, por lo que Wu Lei y Qing Shan suspiraron aliviados.

Long Chen asintió —Dios Elemental, ¿usted pudo depositar el cuerpo?— Wu Lei asintió en afirmación. Al sacarlo de su anillo espaciador, lo mostró en el jarrón y lo colocó en el suelo; un sirviente salió y tomó el jarrón para acercarlo al emperador. —Veo que el cadáver no solo está contaminado de energía maligna sino también que su energía yang, que debería estar dispersa, aún mantiene una pizca en su cadáver, como si se negara a morir—. Wu Leí levantó su mano y el emperador asintió. —Esos son los únicos rastros que tiene el cadáver del dios Yichen, sin embargo, cuando estaba vivo, intentó golpearme; sin embargo, gracias a la ayuda del Dios de la Espada Celestial y el Dios de la Lanza Divina no resulté con heridas mayores. Pero recuerdo muy bien que en los últimos combates del año antepasado, y cómo Yichen luchaba, tenía más fuerza que hace unas horas. Pero cuando quiso golpearme, el puño no tenía ni una pizca del poder que tenía hace dos años. —El emperador asintió —Es normal que esté reducido con las restricciones del cielo, pero ¿fue algo más del 50% reducido de lo usual o hablamos de ni siquiera usar el 50%?— Wu Lei recordó que el puñetazo solo logró impactar dos árboles y a veces solo uno, dejando dañado solo un poco del segundo árbol. —Estoy seguro que fue menos del 50%... aproximadamente un 9% para la fuerza de un Dios esto es muy reducido—.

Long Chen cerró los ojos y sonrió, diciendo, —Gracias por su informe. Dado que aún no tenemos más información, dejaré este caso en manos del Emisario Celestial. Cuando tengan más detalles, recuerden regresar. En cuanto al cadáver, yo mismo me ocuparé de él —. Dalai, que estaba presente, miró al grupo de tres sin expresión alguna y luego levantó la mano; Long Chen le dio la palabra —Vengo a informar asuntos similares, pero esta vez fue una de mis esposas quien sufrió una muerte miserable y similar. Sin embargo, ella no tenía ni una pizca de su energía Yin—. Long Chen preguntó —¿Usted depositó el cuerpo?— Dalai negó con la cabeza y apretó los puños de su mano, mostrando enojo y emoción al responder —Y-Yo no pude. Me vi en la obligación de enterrarla adecuadamente y vine a informar después de su entierro, ya que ella y yo tenemos una hija, y no quería que ella me culpara por no cumplir con los ritos funerarios adecuados—.

Luego de esto hubo un breve silencio y Long Chen siguió —¿Usted sabe si su esposa se comportaba raro antes de ese incidente?— Dalai volvió a negar con la cabeza. —No he podido estar con ella desde hace años—. Wu Lei se mordió el labio, ¡esa sabandija solo llegó a tener una hija y casarse para luego abandonar a su esposa, eso era inaudito!

Long Chen suspiró, —Aunque tengamos escasa información, no se preocupen. Está claro que el responsable maneja energía demoníaca de alto grado. Manténganse siempre alerta para sí mismos. Ya teniendo esto en cuenta, pueden retomar sus labores —. Miró fijamente a Wu Lei —Aun tenemos asuntos que discutir —. Wu Lei asintió y se quedó de rodillas mientras Shen Lin, Qing Shan y Dalai salieron. Wu Lei sonrió, —Realicé los cambios que me pidió y después de esto pondré más evidencias —. Long Chen se levantó del trono y caminó hasta llegar a Wu Lei, susurrándole unas palabras. Luego, la cara de Wu Lei se llenó de alegría y aceptó —¡Lo prepararé de inmediato!—. Long Chen volvió a su trono sonriendo —Gracias a esa noticia, tendremos que hacer cambios. Te veré dentro de tres días, pequeña ave —. Wu Lei se levantó, realizando una leve reverencia, y al terminar se dirigió a la puerta. Antes de salir, uno de los sirvientes del emperador le entregó un pergamino. Tomando el pergamino, lo depositó en su anillo espaciador y salió. Al caminar por el pasillo, se dio cuenta de que dos figuras familiares estaban en una esquina de un pilar tocándose, lo que lo puso furioso, así que decidió tomar otro camino saliendo del palacio celestial.

Caminando, decidió dirigirse hacia el palacio de su madre para saludarla. Al llegar a un gran palacio, colocó su mano, inyectando un poco de energía en la puerta. La puerta, al reconocer su energía, lo dejó entrar. Un leve viento azotó su cara con unos pétalos de melocotón y un olor dulce. Una pequeña burbuja familiar se acercó y se mantuvo en su hombro —¿El pequeño Shui me extrañó mientras no estaba?—. La burbuja afirmó, empezando a saltar en su hombro. Otra bola se acercó a él; sin embargo, era de fuego. Al tocarla, cualquiera pensaría que resultaría quemado, pero Wu Lei no solo la acarició y frotó su cara con ella, sino que, momentos después, la bola ya no ardía en llamas rojas, sino que tornó su llama en azul. La pequeña burbuja de agua que estaba viendo la interacción de Wu Lei con la bola de fuego se acercó a la bola de fuego y lo abofeteó con una pequeña mano de agua. La pequeña bola de fuego quedó aturdida y, al recuperarse, de inmediato le devolvió otra bofetada. Wu Lei, que miró cómo peleaban, separó las dos pequeñas bolitas, una en cada mano. —No tienen por qué pelear. Ustedes dos siempre pelean y terminan lastimados, y al final soy yo quien los tiene que tratar. Hum, no me digan, ¿ustedes seguirán así dentro de algunas semanas, que será mi cumpleaños?—. Al escuchar esto, las dos bolitas negaron al mismo tiempo y se quedaron quietas. —Espero que mi madre no se haya enojado con sus peleas y travesuras—. Las dos bolitas se miraron y sintieron una mirada hacia su dirección que salieron huyendo de las manos de Wu Lei hasta desaparecer en el aire. El sonido de pasos se escuchó en su dirección, y miró de dónde provenían, encontrándose con dos ojos color melocotón que ardían en llamas de furia.

𝕮𝖔𝖗𝖗𝖔𝖘𝖎ó𝖓 ⅠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora