Capitulo 18: Reino Celestial

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 Wu Lei miró a la pequeña serpiente, que volvió a enojarse con él, y tocó su cabecita.

—Nunca logro entender por qué te enojas conmigo... — Hao Yinxi, al escuchar esto, lo miró; de hecho, él tampoco sabía. Wu Lei, al ver que la serpiente estaba inmersa en sus pensamientos internos y no reaccionaba rápidamente, cambió el tema.

—Bueno, eso lo hablaremos después; antes tengo que encargarme de eso — señaló un bulto negro que parecía una candela grande derretida y dio un pesado suspiro. —Quiero vacaciones y tal vez casarme con una hermosa chica~ — La pequeña serpiente, que estaba en trance, despertó y lo mordió.

Wu Lei se sorprendió y miró a la serpiente, que le había dejado una mordida en la mano. —¿Aún eres consciente de que tu veneno es uno de los más potentes para los cultivadores y más si no es uno, no?— La serpiente retiró su pequeña boca y lo miró. Wu Lei sabía que la pequeña serpiente estaba fingiendo ignorancia, así que decidió hacer lo mismo. Mirando de nuevo el cuerpo de Yichen, dijo: —Mmn, creo que puedo colocarlo en un jarrón que me regaló Mimi recientemente, pero no estoy seguro si sea apropiado para un cadáver... ¿Tú qué dices, Xiaobao? —

Hao Yinxi, al matar, nunca le importó dónde depositar el cadáver y mucho menos si era apropiado. Él iba a asentir con la cabeza, pero se detuvo al escuchar el nombre 'Mimi', mirando ferozmente de nuevo a Wu Lei. Wu Lei, sin saber por qué, la pequeña serpiente volvió a verlo enojado, solo lo volvió a colocar dentro de su manga, pero la pequeña serpiente salió y se deslizó hasta llegar a su hombro, sacando su lengua ferozmente.

Sin embargo, Wu Lei comprendió: —¿Estabas enojado porque no te gustan los espacios pequeños?—. Hao Yinxi, al escuchar eso, lo ignoró sin dar respuesta. Wu Lei sonrió: —Lo tomaré como un sí —. Acercándose al cadáver de Yichen, sacó de su anillo espaciador un jarrón de cristal y una cuchara transparente. Empezó a tomar con la cuchara una parte, colocándola en el jarrón, y tiempo después toda la masa negra estaba colocada en el jarrón.

—Ya está lleno... — Wu Lei miró a Hao Yinxi y se puso pensativo. En la mansión no había nadie que cuidara de la pequeña serpiente, por lo que ahora solo le quedaba la opción de llevarlo o dejarlo en la mansión, pero era demasiado arriesgado llevarlo. Sacó de su anillo un talismán y lo rompió, teletransportándolos dentro de la mansión.

Hao Yinxi miró a Wu Lei. Wu Lei también lo miró: —Me iré por una hora; volveré lo más pronto posible, y es posible que la píldora ya no tenga efecto cuando vuelva, así podemos hablar. ¿Entendido?—. La pequeña serpiente volvió a sacar su lengua de manera amenazante. Wu Lei, al ver esto, suspiró pesadamente.

—Necesito dejar este jarrón y saber quién es el culpable de casi matar a mi pueblo. No te enojes, ¿sí? — La pequeña serpiente dejó de sacar su lengua y solo asintió de mala gana. —¡Sabía que podía contar contigo!— Wu Lei dejó a la pequeña serpiente en la sala y luego volvió a usar un talismán. Al desaparecer, Wu Lei miró el paisaje que estaba alrededor sin ninguna importancia, y luego, sin necesidad de un talismán, volvió a teletransportarse.

Un rayo color dorado bajó desde el cielo mientras pétalos rosas empezaban a caer. Una pequeña burbuja de agua fue directamente hacia Wu Lei, dándole la bienvenida. Muchos dioses de rango menor miraron al dios elemental que había regresado después de un largo tiempo. Dado que había muchos nuevos dioses, susurraban y preguntaban.

—¿Quién es ese dios?—otros lo callaban con miedo de ser escuchados. —Es el dios elemental que no ha regresado hasta ahora. Se dice que descendió con solo tener apenas 16 años. Y no solo eso, la diosa de la belleza es su madre adoptiva; incluso siendo el dios elemental, también tiene otros dos títulos de dios, dios del veneno medicinal y dios de la música. — Muchos nuevos dioses se sorprendieron, y uno de ellos se armó de valor y se acercó a Wu Lei, que estaba caminando de camino al Palacio Celestial.

—Disculpe— antes de que el Nuevo Dios pudiera hablar, se quedó estupefacto por la apariencia de este Dios que no pudo soltar ninguna palabra. A pesar de que este Dios tenía una venda color blanco cubriendo sus ojos, era lo suficientemente hermoso como para no decir ninguna palabra. Wu Lei, al ver a un Dios nuevo, simplemente lo ignoró y siguió caminando hasta llegar al Palacio Celestial. Al entrar, fue recibido por un hombre más alto que él, lo que hizo que Wu Lei mirara hacia arriba. Sonriendo, saludó: —¡Qué bueno verte, Mimi! — El dios de la construcción también sonrió y refutó a Wu Lei. —Ya te he dicho que no me llames así, pequeño LeiLei —. Liu Ming empezó a desordenar el cabello de Wu Lei. Este último empezó a reír, llamando la atención de los que estaban alrededor; incluso algunos se detuvieron para ver esta escena. Pero Wu Lei recordó por qué había venido y detuvo a Liu Ming.

—Jajaja, espera; tengo que reportar algo al emperador y si sigo aquí contigo, Qing Shan se enojará conmigo —. Liu Ming paró de desordenar el cabello rizado de Wu Lei y se despidió —espero que me visites más a menudo, porque escribirte ya es complicado—. Wu Lei asintió y se fue. Al caminar por el pasillo y llegar a una puerta alta y grande, tocó dos veces y entró. —Disculpen mi intromisión por llegar un poco tarde—. Al entrar, la mirada de Shen Lin se topó con la de Wu Lei, lo que hizo que se tranquilizara un poco. Qing Shan, que estaba sosteniendo a Shen Lin, también sintió algo de alivio al ver a Wu Lei entrando, pero Dalai solo rodó los ojos al ver a Wu Lei.

Wu Lei se acercó a los tres y preguntó: —¿Aún no está disponible el emperador?— Qing Shan negó con la cabeza —Él mencionó que teníamos que estar todos los presentes... — Wu Lei miró a Dalai y le preguntó —Disculpe, no quiero sonar descortés, pero me pregunto ¿por qué se encuentra aquí el día de hoy? — Antes de que Dalai mencionara algo, Shen Lin enojado habló: —¡Él lo admitió! Y luego él... ¡nos quiso extorsionar! —. Wu Lei, al escuchar esto, sonrió y se acercó a Shen Lin, tratando de calmarlo —Tranquilo, muy pronto se arreglará esto y se resolverá; intenta calmarte antes—. Qing Shan, al escuchar las palabras, también empezó a abrazar más a Shen Lin, empezando a decirle cosas susurrando en su oreja. Wu Lei se apartó de esos dos y se acercó a Dalai, que estaba enfadado y a punto de acercarse a Shen Lin y Qing Shan, pero fue detenido por Wu Lei.

—Dése por vencido; ellos están juntos—. Dalai lo miró y colocó su mano en su barbilla —Veo que aún no me has olvidado~ —. Wu Lei estaba asqueado con esta acción que se mordió el labio, pero Dalai pensó que sus deducciones eran ciertas y empezó a hablar de manera coqueta —Incluso si olvido a Shen Lin, aún tengo espacio en mi corazón para otros—.

𝕮𝖔𝖗𝖗𝖔𝖘𝖎ó𝖓 ⅠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora