4. Últimos Detalles

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                    4. Últimos Detalles

Justo cuando el elfo vino por Henry para dirigirlo al comedor para desayunar con Tadeus, el ojiverde ya se encontraba limpio y, para su parecer, vestido extremadamente elegante como para tratarse de un simple desayuno. Igual no cuestionaría, seguía en marcha su plan de mantenerse calmado hasta encontrar una salida de escape.

Bajó con lentitud los escalones, he intento memorizar cuantas puertas había en esa casa, le preguntaría al elfo en la primera oportunidad cuantas salidas había, y tal vez pediría salir al jardín, para respirar aire fresco. Ya no podía comportarse como un niño indefenso, ayer había cumplido 16 años y tenía que actuar con tal.  
  
El elfo lo anunció antes de entrar con la cara más serena que poseía y Tadeus alzó la vista de unos documentos que revisaba, le indicó con la mano a Henry para que tomara asiento a su lado derecho, y aunque había por lo menos 15 sillas vacías, el joven heredero de los Gaunt estaba sentado a la cabeza de la mesa y quería a su prometido lo más cerca posible para vigilarlo.  
  
-Te ves maravilloso Henry- le dijo con voz neutral, casi cálida, tenía que actuar con cuidado si quería mantenerlo controlado hasta mañana la boda  
  
-Gracias- respondió por cortesía, más que por sentirse realmente alagado  
  
Tomó asiento y enseguida frente a él apareció un plato con fruta fresca. Aunque no había probado bocado desde la fiesta, más que una copa cuando brindaron por su gran futuro, que por cierto ahora se veía muy negro, no tenía casi nada de apetito, comería más que nada por la amenaza de ser golpeado de nuevo. Por reflejo, llevó su mano a su mejilla amoratada.  
  
-Oh, cariño, ¿te duele el golpe?- preguntó Tadeus con ternura fingida y acarició un poco la mejilla del muchacho –Dobby puede llevarte más al rato un ungüento que te aliviará, no queremos que estés marcado para mañana ¿no?- con un poco más fuerza de la necesaria, tomó la mano del joven que se encontraba sobre el mantel, para reflejar autoridad más que confianza

-No, claro que no- la mirada verde por un instante se mantuvo fija ante los ojos ámbar, y forzó a sus labios en expresar una pequeña sonrisa

Terminaron la fruta y siguieron con un plato compuesto por pequeñas piezas de pan glaseadas de mantequilla y canela, un pequeño tarro de mermelada para untar si deseaban algo de dulzor, unas tiras de carne seca y unos huevos batidos y esponjosos. El té era delicioso, y Henry se sintió más relajado conforme tomaba más, eso provocó que se le soltara la lengua un poco.  
  
-¿Y tu familia no nos acompañan?- preguntó curioso de saber si tenía que cuidarse de alguien más  
  
-Ellos tienen su mansión Henry, ésta es la mía, y tu nuevo hogar desde hoy  
  
-¿Vendrán mañana?  
  
-Por supuesto, al igual que las familias sangre pura más reconocidas, exceptuando a los Potter, claro- sonrió y alzó su taza de té para tomar un sorbo  
  
-De todas formas no les conozco, están al otro lado de Inglaterra- Henry tenía un presentimiento acerca de sus padres, pero no se atrevería a preguntar, así que siguió comiendo  
  
-¿No me preguntarás sobre tus padres Henry?  
  
-Sé que no los dejaras venir- Henry se preguntó porque Tadeus insistía en el tema  
  
-Bueno, es más una cuestión de poder, ellos simplemente no pueden venir, querido- era mejor decirle la verdad, y matar sus ilusiones de ser rescatado, aunque deseaba decir lo mismo acerca de aquel pocionista -ellos están muertos- soltó la noticia como si se tratara de una mera mención del clima  
  
Henry se quedó inmóvil en su lugar, sintió que el aire se le iba de golpe y se le olvidó que tenía que respirar para seguir viviendo, sintió su sangre helarse, como si en lugar de sangre, por todas sus venas cruzara hielo. Recordó como apenas ayer su madre le había acunado su rostro y le dijo que sólo querían su felicidad, y ahora ella estaba muerta, junto con su padre que siempre fue su ejemplo a seguir. Tragó las lágrimas que luchaban por salir, no le daría el gusto de verlo llorar la muerte de sus padres, ya encontraría la forma de vengarlos.

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