11장

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Seokjin estaba acostado frente a un Hoseok que no dejaba de sonreír tristemente.

Él ya estaba más despierto y el alcohol en su sistema se había despojado de este después de vomitar y lavarse la cara, aparte del hecho que se quitó media ropa encima, por lo que estaba ms ligero.

Dedujo que Jung no le creía.

Era claro si todo este tiempo se la paso como un completo imbécil sin sentimientos y tratándolo indiferente. Jung estaba acostumbrado hasta este punto a qué Jin jamás tendría los mismos sentimientos que sentía por él.

Pero eso cambiaría, estaba dispuesto. Daría un último paso antes de caer en el vacío de la perdición si es que Jung no captaba que le gustaba con esto que diría.

La honestidad lo era todo para confesarte a tu amor.

—Te quiero contar una historia—soltó, esta vez sin vacilación, esperaba que Jung entendiera que esto iba enserio. —¿No hay problema?

—Sabes que me gusta cuando me hablas de cualquier cosa.

La repuesta fue simple, pero poderosa. Los sentimientos de Hoseok eran palpables y Jin se sintió desorientado el cómo este chico podía soltar algo tan lindo y hacerlo parecer tan casual.

—Todo comienza cuando mi madre se casó con un millonario, que vendría siendo mi padre—esta historia sería larga, pero esperaba que Hoseok no se aburriera. Aunque viéndolo tan atento, no creía que esto fuera posible—, ellos se amaban al parecer, pero todo se desmoronó cuando mi madre comenzó a gestar. —Seokjin suspiro al recordar dicha historia tan dolorosa para él—Aun embarazada era hermosa, pero obviamente iba a subir de peso, y mi padre no entendía eso. Así que cuando nací, él ya no quería verla porque había perdido su figura esbelta. Mi madre había caído en depresión por eso y decidió que la mejor forma de lidiar con sus problemas era comiendo.

La cara de Hoseok comenzó a oscurecerse conforme seguía narrando la historia.

—Llego un punto en el que mi papá decía cosas horribles y yo era demasiado niño como para entenderlas. De todas formas, terminamos abandonados por su amante del trabajo. Mi madre estaba devastada que decidió seguir en suma depresión y obsesionarse con recuperar a mi padre. Muchas veces tuvo que hacer tantas dietas rigurosas que un Jin de ocho años tuvo que presenciar como su madre se desmayaba casi todos los días. Sea como fuese, logro llevar de nuevo su vida de mujer delgada y bella, pero no funcionó para nadie.

Hoseok se acercó más, Jin se lo permitió.

—Mi padre la rechazó, él seguía con su amante y no la iba a dejar. Ella enfurecida decidió pagarla conmigo.

—¿Qué te hizo? —la voz de Hoseok sonaba muy preocupada que hizo que Jin se preguntara cómo es que tenía tanta empatía, y si seguiría teniéndola después de que le contará lo siguiente.

—Ella decidió manipularme aun cuando nos habíamos mudado lejos de mi padre. Ella decidió criarme desde muy pequeño para que aspirará a ser perfecto y hermoso. Ella...—paro por un momento porque sus recuerdos eran abrumadores—...decidió que la mejor forma de amarme era haciéndome alguien quien no era. Alguien que solo buscar ser bueno en todo y juntarse con gente que debía ser igual de bueno que yo. La presión por contentarla era demasiado, no quería decepcionarla igual que a papá, sobre todo si me repetía que era hijo de él y que estaba destinado a fracasar. Yo... quería que tuviera otra percepción de mí.

No se dio cuenta que estaba llorando, solo cuando Hoseok poso una mano, como lo había hecho él, en su mejilla para limpiar unas lágrimas rebeldes. El contacto era suave y limpio, el consuelo era infinito.

ゴーテルDonde viven las historias. Descúbrelo ahora