12장

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Cuando Seokjin se levantó, Hoseok aún seguía durmiendo. Se dedicó a verlo dormir como si de un psicópata fuera, pero no podían culparlo si verlo fue como ver a un ángel, demasiado pacífico que hacía que Jin volviera a caer en el mundo de los sueños sin premeditarlo mucho.

Con una sonrisa, aparto de los ojos del pelirrojo un cabello rebelde y tuvo muchas ganas de besarlo, pero temía despertar y que su aura pacífica se desvaneciera.

Así que así se sentía querer a alguien...

Ahora que había declarado sus sentimientos, se sentía realizado de alguna forma, se sintió bastante bien para comenzar el día. El problema era que aún no habían etiquetado su relación, es decir, sí, ambos estaban en misma sintonía con sus sentimientos, pero no sé habían dicho que eran novios o algo así.

¿Estaría bien pedírselo, así como así?

A Seokjin comenzó a entrarle un ligero dolor de cabeza por el pensamiento exabrupto de que pueda que a Hoseok no le gusta que se lo propusiera de aquella forma, no sabía si lo querría de una forma o no. De todas formas, habían partido una barrera con lo de ayer, demasiados sentimientos por una noche, por lo que ahora tenía que pensar en el siguiente paso, hacerlo bien para Hoseok.

Se lo merecía por aguantar a Jin y sus inseguridades en el amor.

Vio el reloj de la mesita de noche y se dio cuenta que no era día de escuela y que su cabeza ya estaba casi intacta, aun así, quería ir al baño y tomar algo como té, pero ya no café. Eso es muy traicionero de su parte.

Ya no quería sabotear su mañana de esa manera y menos sabotear lo nuevo que estaba pasando con referente a Hoseok.

Apartando de eso, estaba en la casa de este y ¡maldición! olvidó el detalle de que no era su casa y debía demasiadas explicaciones a los adultos, incluyendo a su madre, por supuesto; algún día tenía que regresar al mundo real.

Con cansancio se levantó cuidadosamente sin antes acariciar el brazo del contrario, en dónde esté se acomodó aún más en la cama. Jin decidió abrigarlo, para posterior a eso, irse a hacer sus necesidades.

Luego de un rato se dio cuenta que como no era su casa y nadie sabía que estaba aquí, debía irse en silencio. Aún era temprano, por lo que era normal si se iba en estos momentos sin que los padres de Hoseok lo vieran salir.

Con una última mirada a Hoseok, le dio un ligero beso en la frente y le dejo una nota: "Volví a casa para no molestar a tus padres, te llamaré luego".

Hasta puso un corazón, lo cual pareció ridículo, pero sabía que a Hoseok le gustaría.

Silenciosamente cerró la puerta y luego ya estaba bajando las escaleras cuidadosamente. Las luces estaban apagadas, diviso un brillo por la cocina, pero no le tomo importancia, es más, decidió que ese era su señal de escape. Lamentablemente no dio ni dos pasos cuando una voz maternal hizo aparición.

—¿Ya te vas tan rápido?

Seokjin volteo a verla realmente asustado. Estaba tenso cuando vio a la mujer parada con un plato en la mano y una sonrisa angelical.

Seguramente ese plato de estrellaría pronto contra él porque no hay forma que la mujer esté tan calmada.

—Y-yo—tartamudeo porque no sabías que esperar al ver a uno de los padres de Hoseok descubriéndolo en plena huida.

Aun así, la señora amablemente señaló la mesa.

—Ya están los huevos fritos, quédate a desayunar—y con eso, volvió a la cocina.

Seokjin tenía la extraña idea de que ese mensaje era una palabra clave, como: "Hoy cocinare a tu descendencia por infiltrare en mi casa" o "El desayuno especial serán tus amiguitos, por estar con mi hijo en su habitación toda la noche".

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