Yo, el príncipe Lucian había sido abandonado por una mujer... no sé cómo, pero me había enamorado de Juno. Desde el día en que ella me había confesado sus sentimientos, no podía dejar de pensarla e incluso soñaba con ella.
Siempre había sido deseado por todas las féminas del reino, pero en estos momentos lo único que deseaba era... tener a Juno en mis brazos, solo para mí.
¿Es algo loco, no? Nunca había notado la belleza de Juno, la veía como una niña pequeña. Hace no mucho me di cuenta de que Juno ya no era una niña, había crecido y estaba convertida en una bella mujer... aunque ella siempre ha sido bella, desde que era una niña.
Días atrás; charle con mi padre del asunto y él estuvo totalmente de acuerdo con mi decisión... le pediría a Juno que contrajera matrimonio conmigo.
El recuerdo nublo mi mente por unos minutos.
―Padre― dije al entrar al salón real.
Mi padre me observo por unos segundos.
― ¿Qué se te ofrece, Lucian?
―Necesito pedirte un consejo... es sobre Juno― le respondo.
Él se queda serio por unos momentos y luego sonríe.
―No fue muy educado lo que le hiciste en el baile― dice.
―Se que no fue correcta mi actitud de esa noche, pero no vengo a hablar de eso.
―Entonces, ¿De qué deseas hablar con este viejo?― pregunta sonriente.
<<Ahora o nunca>> pensé.
―Me eh dado cuenta de que estoy enamorado de Juno y quiero casarme con ella― digo firmemente.
―Juno es una linda jovencita, tienes mi autorización para desposarla...― dice mi padre― pero intenta ser educado y caballeroso con ella, las mujeres son delicadas como las rosas.
― ¿Y cómo le digo qué se case conmigo?
―No seas estúpido, Lucian― responde mi padre―... regálale flores y hazle saber que la quieres.
― Después de que le regale las flores, ¿Le pido matrimonio?
―Tienes que ser paciente― dice.
¿Yo? ¿Paciente? Siempre eh sido un impaciente, impulsivo e idiota...
Con la cabeza gacha iba caminando por el mercado que se pone a media calle, me dirigía al hogar de Juno... los celos me estaban carcomiendo de una forma bestial. Aun no podía olvidar al tipejo que la acompañaba el otro día, el muy imbécil se había atrevido a decir que Juno era "su mujer".
Necesito aclarar mis sentimientos con Juno, estos celos me están matando... no puedo permitir que otro hombre se le acerque de manera lasciva... como aquel hombre, seguramente era mayor que ella.
Mientras caminaba logre divisar a Juno, sonreí como un idiota... no podía evitarlo, ella lucía hermosa. Mi sonrisa se borro en segundos, ella olía a otro hombre.
Ser un licántropo, es decir, un hombre lobo, no era nada fácil... mis sentidos eran más desarrollados, especialmente el del olfato.
Me acerque de una forma violenta con ella y la tome fuertemente del brazo para jalarla y así poder llevármela conmigo. Luego de alejarla lo suficiente de las personas, la mire... estaba asustada.
―Juno― pronuncio su nombre con frialdad― ¿Por qué?
―No te entiendo, Lucian― responde Juno.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi perdición.
FantasiHistoria romántica entre vampiros/lobos/humanos/ángeles. Contenido para +18, tiene escenas eróticas.