7. Team Bottom Line

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Cuando Jungkook entró a la cocina esa mañana de lunes, tuvo que frotarse los ojos con fuerza para comprender que no estaba soñando.

¿Jimin había madrugado?

El rubio se movía por la cocina como impulsado por cantarinas ráfagas de aire, haciendo y deshaciendo a su antojo mientras una melodía suave salía de sus labios. Su boca se transformó en un puchero.

¿Llegarían pronto los jinetes del Apocalipsis? Esperaba de corazón que al menos lo dejarán desayunar antes de llevárselo.

—Jimin.

El chico miró sobre su hombro sin dejar de remover el revuelto de la sartén y le dedicó una sonrisa cegadora.

—Buenos días, Kookie. ¿Tienes hambre?—Jungkook asintió tardíamente.—Siéntate, las tostadas están en la mesa y ahora acabo el revuelto.

Jungkook parpadeó sus ojos hinchados y lentamente obedeció, deslizándose con prudencia en uno de los taburetes de la cocina. Mientras untaba su tostada, preguntó.

—¿A que viene tanta alegría?

Jimin lanzó un suspiro soñador.

—Me he levantado de buen humor.—dijo con simpleza.

Eso era el eufemismo del siglo, Jimin se sentía flotar en una nube. Era un poco absurdo estar así de emocionado porque uno de sus autores favoritos hubiese seguido su perfil. Pero la euforia seguía allí, refrescante y suave. Y él no pensaba hacer nada por contenerla.

Yoongi apareció por el arco de la cocina con el pelo revuelto y la carita hinchada. Se tomó un instante para sorprenderse de la estampa de ama de casa de los cincuenta que Jimin protagonizaba antes de sonréir.

Parecía feliz y él creía saber el motivo.

Más despierto, anduvo hasta sentarse al lado de Kook, devolviéndole el saludo que este le dedicó masticando ruidosamente una tostada.

—Buenos días, Jiminie.—canturreó.

El chico lo miró con ojos brillantes mientras dejaba ante él un plato revosante.

—Buenos días, Hyung. ¿Revuelto?

—Muchas gracias.—aceptó tomando un tenedor.—¿Celebramos algo?

Jimin se encogió de hombros con una risa y siguió con sus sartenes. Yoongi entrecerró los ojos, la media sonrisa oportunamente oculta tras un vaso de zumo.

Que comiencen lo juegos del hambre.

Abrió Wattpad y publicó uno de los capítulos que tenía listos en borradores. Con calma, dejó el teléfono sobre la isla y esperó paciente a que Jimin terminase de cocinar. El chico se acercó a su móvil secándose las manos con un trapo de cocina, la cantarina melodía aun siendo tarareada por sus esponjosos labios.

Yoon lo observó sentarse, servirse una tostada con mantequilla y trastear con el teléfono. Procurando mirarlo de reojo, esperó con la anticipación tamborileando en sus venas. Los ojos de Jimin se abrieron gratamente sorprendidos y amplió su sonrisa. Yoon habló pasados diez minutos.

—¿Qué miras, Jiminie?

Jimin le contestó con una mezcla entre murmullo y gruñido. Oh, sí. Definitivamente había entrado en modo lector.

Cuatro minutos después, Jimin tecleó ágilmente y el móvil de Yoongi se encendió con una notificación.

“YoongiMin, Baby-J ha comentado en tu historia.”

“@Baby-J: ¡Vaya capítulo! Me quito el sombrero autora, esperaré impaciente por la próxima actualización. Soy tú mayor fan.”

Yoongi apretó los labios tratando en vano de contener una sonrisa. Jimin no era el primero que asumía que era una chica. No le importaba demasiado pero supuso que podía usar esa confusión a su favor.

¡Bienvenido a Wattpad! ~Taegi~ PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora