Capítulo 5.

78 3 2
                                    

De camino a casa de Alisson no comentamos nada sobre lo sucedido en el avión. El taxista que nos llevó estaba encantado de tener a "Amelia Butler" en su taxi. Ya que era presidenta de una de las mejores compañías de publicidad en el mundo, según él. Sam notó mi inconformidad y cambió de tema de inmediato. No podían entender qué era una persona común y corriente y eso me generaba disgusto. No era famosa... Era Amelia, solo Amelia.

La mansión de mi sis, era total y completamente grandiosa, con detalles gregorianos y muy sofisticada. Sin duda alguna era el prototipo de mi hermana. Me encontraba nerviosa. Lo suficiente como para querer saber lo que pensarían al verme. No los veía desde hacía ya tres años, para la cena a la que papá nos hizo venir de todas las partes en las que vivíamos, solo porque su bebita —Alisson— no podía viajar. Así que, Katrina, que vive en Escocia con su amado y hermoso esposo. Drew que vive en Australia, con su esposo e hijos —sí, es gay. A Julians casi le da un infarto, pero igual, tuvo que aceptarlo—, Y Nick, que es el mejor fotógrafo que haya conocido, vive en Canadá. Y yo, la fracasada publicista de Nueva York. El cuento, es que todos estábamos muy ocupados en nuestras ciudades. Al señor se le ocurrió la grandiosa idea de querer hacer ésta "cena familiar". Y así pasó.

¿Preparada? Todo saldrá bien. Solo sonríe y finge que eres feliz, que tienes la mejor vida del mundo.

—¿Preparada? —preguntó Sam.

—Sí... Sí, no, no, no.... ¿Podemos devolvernos? ¡Cielos!

—¡Hey, tranquila! Yo estoy contigo —tomó mi rostro con sus manos—. Todo saldrá bien, actuaré mejor qué George Clooney, te lo prometo —finalizó con una sonrisa muy tierna.

—Pe, Pero...

—Pero nada, todos pensaran qué somos la pareja más hermosa que pueda existir, y que nos amamos muchísimo. No te preocupes por nada.

—De acuerdo, pero una última cosa —añadí mirando hacia el frente.

—Correcto. ¿Qué? —preguntó.

¿Cómo luzco? Para la primera impresión...

¡Fantástica! Eres hermosa, Amelia, no le des importancia a eso.

Y así lo hicimos, nos bajamos del Taxi y luego... Tocamos a la puerta. Miles de sentimientos, sensaciones y demás se pasaban por mí, podía sentir cómo mi sangre estaba de fría, cómo mis bellos trabajaban en su misión de pararse y... mi sonrisa era extraña. ¿Todo esto lo ocasionaban los nervios, no?

La puerta se abrió. Cerré mis ojos, inhalé con fuerza y luego solté todo. Quien nos recibió fue un sujeto, tenía la sonrisa más hermosa que hubiera visto nunca. Él debería de ser Dalton.

¡Yo lo azoto!

—¿Amelia? —preguntó éste seductor hombre de voz muy masculina, interrumpiendo mis indecorosos pensamientos.

—Eh, sí. ¿Tú eres?

—Dalton Clarke, el prometido de tu hermana. Pasa, bienvenida —sonrió, me abrazó, y luego posó un suave y educado beso en mi mejilla.

Escuché como saludaba a Sam, luego me indicó donde se encontraban todos. Seguí el camino para encontrarme con una sala enorme, muy refinada y vanguardista. Y entonces...

—¡Hermanita! —mi querida y hermosa hermana Liss tomándome del brazo y haciéndome girar— ¡Estás más que deslumbrante! ¡No sabes cuánto te extrañé!

¿Eh?

—¡Pero di algo, preciosa! —añadió Drew.

Hola.

Sin Etiqueta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora