Capitulo 7

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Jungkook

Jimin podía ser increíblemente detestable.

Por muy sorprendente que sonara, incluso si era quien lo decía, parecía que el mayor cuando quería, podía hacer que alguien lo odiara sin mucho esfuerzo. A decir verdad, ahora experimentaba esa etapa.

Un beso de la magnitud que habían tenido no era algo "normal",más si contábamos todos los problemas que venían acompañados con él.

Después de haberse dado cuenta de cuánto estaba dispuesto a dar por su hyung gracias a ese toque, quiso iniciar lo que un chico normal de su edad haría con la persona que le gustaba. Además, esta relación no era algo de una noche.

Justo después de dejar unos labios demasiado hinchados por los besos y cuando estaba a un paso de poder entrar a la habitación del mayor, cierta presencia los interrumpió. Su muy adorable y distraída progenitora había aparecido como un alma en pena, arruinando completamente el momento, solo diciendo en una risita que ya debían descansar, sin darse cuenta, gracias a toda la oscuridad de la gran situación en la que se encontraban.

Obviamente, luego de eso, cierta persona aprovechó la ocasión para escabullirse y dejarlo solo en medio de la nada, pero si era sincero, no tenía ni la más mínima preocupación. Podrían continuar luego, así que durmiendo plácidamente, por última vez, soñó con Jimin y que esto sería el gran paso para algo.

Al parecer, el mayor tenía planes diferentes.

La mañana siguiente, luego de eso, todo cambió completamente, comenzando a generar en él un humor nefasto.

No miradas, no hablar del tema, no más conversaciones, no más salidas.

Nada.

Literalmente, el omega había puesto una clara y muy grande brecha entre ambos, haciendo de algún modo como si nada hubiera realmente pasado entre ellos, como si la noche en que estuvieron juntos no existiera.

Sus ánimos bajaban cada día más. Apenas podía dibujar, no sentía nada cada vez que veía su película favorita. Ya no salía con sus amigos, bueno, en este punto no era tan triste como sonaba, lo "expulsaron" hasta que terminara con sus problemas de humor y control de temperamento, porque cada día podía contener menos todo lo que sentía. Deseaba volver a su departamento, encerrarse para así dormir y comer cualquier cosa que encontrara, sin sentirse completamente aterrado de que Jimin nunca volviera a hablarle de la misma manera en que lo hacía.

Hace más de una semana que recibió la muy agradable noticia de que todo estaba listo para que volviera a su hogar, pero su lobo, sus pensamientos, su corazón, absolutamente todo en él le decía que tal vez el mayor solo necesitara tiempo para que hablaran. Tampoco era tan tonto como para pensar que la situación era fácil.

Demasiado cansado de lucir demasiado miserable este último tiempo, buscó alguna ropa decente. Hoy era uno de esos días en que todos se reunían para comer en familia, incluido Jimin, quien, a decir verdad, en la última semana casi no hacía acto de presencia, pero parecía que no le molestaba a nadie, a excepción de él.

Acomodando la camisa negra junto con los shorts negros, y todo en negro, se puso unas gafas. Digno de su fúnebre comportamiento.

Así, sin más, bajó empezando a ayudar a su madre, quien solo lo molestaba diciendo a qué funeral iba, recibiendo cada vez que podía pequeños gruñidos en respuesta. Terminando con la mesa, se sentó escuchando cómo adentro los platos golpeaban uno entre otros, para luego sumarse una muy dulce voz, sacándolo lentamente de sus pensamientos.

WEST COAST || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora