🌨️ Capítulo 2 🌨️

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–¿Por qué estás diciendo eso?

De Apolo se podrán decir muchas cosas, él mismo es consciente de que no es el mejor dios de su panteón, al contrario, tal vez es de los peores, pero en ese preciso momento, luego de haber provocado aquel fuerte ataque de pánico en su pareja, aceptó la culpa que tenía, postrándose ante su pareja, apoyando su frente en sus piernas, pidiéndole mil y un perdones por haber querido forzarlo a tener relaciones cuando claramente el finlandés no quería, lloró porque le diera su perdón y una nueva oportunidad para tratar de que recuperar su confianza nuevamente...

Pero entonces, Simo le insistió que el culpable de lo que había pasado era él, por su culpa no pudieron vivir ese momento íntimo que se supone por la que una pareja debe pasar, tener relaciones debe ser un momento bonito en una relación, más si es la primera vez de la pareja, pero por él todo se arruinó, su injustificada histeria fue lo que echó a la basura lo que pudo ser un recuerdo bonito entre él y Apolo ahora que tenían ese pequeño aniversario, que también se arruinó totalmente por todo el escándalo que se armó.

Apolo no lo aceptaba, esto no era culpa de Simo, era su culpa, él fue el culpable de que se alterará así, la ira de Adán hacia él fue justificada por eso, porque fue Apolo el culpable, y no aceptaba que Simo quisiera echarse la culpa de lo sucedido, razón por la que lo tomó de los hombros para agitarlo un poco, como si quisiera hacerlo entrar en razón de esa forma antes de tener que hablar con él con esa misma intensión.

–Te quise forzar, Simo, ¿entiendes eso?–le preguntó Apolo con lástima en su voz–debí respetar que no querías tener relaciones, eso es mi culpa

–Somos una pareja...se supone que eso es algo que hacen las parejas...–dijo Simo tratando de regular sus propios sollozos–es mi culpa no haberlo aceptado...

–No, quiero que entiendas esto, ninguna persona puede hacerle algo a otra que no quiera–dijo Apolo llevando las manos a las mejillas del menor–y si lo hace, es abuso

Era simple lógica, y no de los dioses, era de los mortales por lo que se supone que Simo antes que él debería saberlo, pero precia estar en total negación al seguir queriendo echarse toda la culpa, le hacía preguntarse a Apolo, ¿qué estaba pasando? Su pareja siempre había actuado con un razonamiento claro y preciso, sabía darse cuenta de las cosas mejor que cualquier otro Einherjar presente en la aldea, lo que se imagina que es consecuencia de ser el menor de todo con lo que respecta a la época en la que vivió, pero ese razonamiento preciso no se estaba viendo por ningún lado ahora mismo, parecía en realidad...cegado...

¿Tal vez en su época esto era normal? Según tiene entendido de los dioses errantes, por supuesto que no, el concepto de lo bueno y lo malo se empezó a regularizar por los tiempos que Simo vivió gracias a la propia guerra, tal vez tardarían muchos años más en que las cosas estuvieran mejor, pero al menos se empezó a forjar una base ética para que situaciones como estas no llegarán a confundirse al hablar de culpas.

Y tiene entendido que Simo nunca tuvo pareja en vida, pero eso no significa que deba ser ignorante de las cosas...

Y estaba seguro que él no era ignorante, ya que esa reacción no era de alguien ignorante que está tomando por donde no es una situación, era de alguien aterrado que no estaba viendo bien la realidad de las cosas por eso mismo de estar aterrorizado de lo que acababa de sucederle.

–Perdón...yo...lamento no haberte podido dar eso que querías...–dijo Simo bajando la cabeza–pero...m-me bloqueé cuando te sentí...me dolió la cabeza y empecé a escuchar gritos...me aturdí y entré en pánico...

Eso...eso...no era lo que se esperaba escuchar...

Entendía que una persona que pase por esta situación por la que Simo estaba pasando, se bloqueara y lo que quisiera era alejarse, una obvia reacción de pánico, era razonable, pero escuchar gritos ya era una cosa diferente, se terminó olvidando por un momento de lo que desembocó que ahora tuvieran esa conversación y se concentró en eso último que escuchó decir al finlandés.

–Esos gritos...¿te decían...algo...?–preguntó Apolo tratando de saber más de ese caso.

–...insultos...–murmuró Simo luego de pensarlo un momento–se burlaban de mí...pensé que tú también estabas gritándome...eran vulgaridades...

Vulgaridades...eso ya no era normal.

En su experiencia, las personas que pasan por este tipo de situación se quieren alejar, esconder, ir a un lugar donde se sientan seguros, así suelen ser las cosas, así es como actuó Simo en su primera reacción de querer alejarse, pero nunca había escuchado que alguien en esa situación escuchará lo que Simo estaba contando, porque, él jamás sería capaz de dirigirle una mala palabra a su pareja, menos lo insultaria de forma vulgar, estaba más que seguro que no fue por él que el finlandés escuchó esos insultos en su cabeza, pero si no había sido por él, y francamente no conocía a nadie de quien pudieran haber sido los gritos que se escucharon en la cabeza del menor...

¿De quién o por qué los escuchó en ese momento?

Quería hacer esa pregunta, indagar en esa reacción tan fuerte de terror...pero ahora mismo sabía que Simo no estaba en condición de pensar en eso, a penas estaba saliendo de una crisis y necesitaba descansar, así que olvidando totalmente, solo se limitó a inclinarse hacia el azabache, haciendo que este se apoyará contra su pecho para rodearlo con sus brazos en un abrazo tranquilizador.

–Te prometo que jamás volveré a tocarte sin que me lo permitas–le prometió Apolo acariciándolo en la cabeza–y me disculpo de lo sucedido

–Por favor, solo...quédate cerca de mí hasta que duerma...–en una voz baja y quebradiza, Simo le suplicó aquello apretando la camisa del contrario.

–Lo que tú quieras–asintió Apolo dispuesto a concederle lo que quisiera ahora y siempre.

Siendo justos, Apolo no tuvo que esperar mucho tiempo antes de que Simo se quedará dormido, la crisis que tuvo le pasó factura más rápido de lo que cualquiera de los dos creyó, y pronto estaba profundamente dormido contra su pecho, lo que sí le costó fue después dejarlo en la cama solo sin despertarlo, tenía totalmente comprobado que Simo, como se imaginaba que era cualquier ex-soldado, ante el mínimo sonido o mínimo movimiento entra en estado de alerta, así que tuvo que ser extremadamente cuidadoso a la hora de apartarse, pero luego de como veinte minutos de esfuerzo pudo dejarlo cómodo y arropado en la cama para entonces salir de la cabaña.

La aldea de los Einherjar estaba en completo silencio y no era de menos, debían ser como las dos de la madrugada, aún no había aclarado, y eso era lo mejor, debía ir a dónde iría rápido antes de que su pareja despertara o alguien en sí se diera cuenta que se había ido, no quería quedar peor de lo que seguro ya estaba ante todos, pero debía ir con alguien que pudiera ayudarlo con lo que acababa de pasar, al menos esa era la esperanza puesta en el dios con el que iba a ir...

Aunque antes de poder dar un paso fuera de los límites de la caballa, su ropa fue jalada por los dientes de una perrita adulta, la mascota de Simo: Carelia, que estaba seguro que había escuchado todo el revuelo y ahora lo estaba cazando para saber qué haría luego de haber provocado todo ese alboroto que hasta a ella lo alteró.

Apolo suspiró ante ese breve detenimiento que tendría que hacer, y simplemente se inclinó un momento para darle unas palmaditas en la cabeza, terminando por decirle qué haría a pesar de que dudaba que ella pudiera entenderlo.

–Trataré de contactar con una persona a la que tal vez pueda preguntarle...algo...

Fue su única explicación antes de decidir irse para no perder más el tiempo.

𝕃𝕠𝕧𝕖 𝕋𝕙𝕖 𝕎𝕒𝕪 𝕐𝕠𝕦 𝕃𝕚𝕖 🌧️𝐴𝑝𝑜𝑙𝑜 𝑋 𝑆𝑖𝑚𝑜 𝐻𝑎̈𝑦𝒉𝑎̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora