Lleva a tu hermano

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25 de Mayo, y el clima era agradable.

Era el día ideal para Kawata Nahoya, mejor conocido como Smiley.

No tenía ninguna tarea pendiente y ninguna misión del Cuarto Escuadrón.

—Que día tan agradable.— dijo Nahoya con su característica sonrisa en su rostro.

El pelinaranja se encontraba viendo una agradable película mientras comía un bocadillo de la tarde.

—Hermano.— llamó Souta desde la sala de estar, pero al ver que su hermano no respondía decidió ir por él —Hermano.— el menor entró a la habitación con la que compartia con su gemelo —Te llaman por el teléfono fijo.— avisó.

—¿Quién es?— preguntó Nahoya si apartar su mirada de la pantalla.

—No se, solo dijo que quería hablar contigo.— dijo Souta para tomar asinto al lado de su hermano y ver también la película —Ve de una vez, es de mala educación dejar esperando a alguien en una llamada.

—Ya voy, ya voy.— a regañadientes, Nahoya fue hacia la sala principal y contesto el teléfono fijo —Aló.

—Hola mi algodonsito de azúcar, solo quería llamarte pa-.

—¿Algodonsito de azúcar?— Nahoya se mostró extrañado por el apodo pero rápidamente se recordó de la única persona que lo llamaba así —¿Qué quieres Ran?

—Awww, te acordaste de mi~.

—Habla rápido.— dijo con molestia. Hasta que el ruido de su madre bajando las escaleras le llamó la atención.

—Bueno, solo llamaba para desearte un feliz-.

—Oh, espera Ran, te llamo luego.— Smiley colgó a Ran luego de ver como su madre le hacia señas para que se acercara —¿Qué paso, ma?

Y de la nada, su madre sacó un billete de 5000 yenes y se los entregó a su primogénito.

—Lleva a tu hermano a jugar maquinitas.— decía ella mientras el sonriente miraba con alegría el dinero en sus manos —Y distraerlo hasta las 8 pm en lo que tu papá y yo le preparamos la fiesta sorpresa de cumpleaños.

Ese fue el día en que Kawata Nahoya se dio cuenta de quien era el gemelo favorito.

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